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A mediados de este mes, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) espera enviar a la Luna un sensor de rayos X para capturar las primeras imágenes globales del campo magnético que protege a la Tierra de la radiación solar, una capa llamada magnetosfera. Se trata del Lunar Environment Heliospheric X-ray Imager, o LEXI, una de las diez cargas útiles a bordo de la próxima entrega lunar que hará la agencia.
Este instrumento hace parte de la campaña Artemis, que busca volver a llevar a astronautas a la superficie lunar. Su función será ayudar a comprender cómo nuestro planeta responde al clima espacial, es decir, a las condiciones en el espacio impulsadas por el Sol.
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“Estamos tratando de obtener una visión general del entorno espacial de la Tierra. Mucha física puede ser esotérica o difícil de seguir sin años de entrenamiento específico, pero esta será una ciencia que se podrá ver”, dijo Brian Walsh, físico espacial de la Universidad de Boston e investigador principal de LEXI.
La agencia explicó que el sensor capturará los rayos X de baja energía que se forman cuando una corriente de partículas provenientes del Sol, llamada viento solar, choca contra el campo magnético de la Tierra. Esto sucede en el borde de la magnetosfera. Los investigadores han podido detectar recientemente estos rayos X en un mosaico de observaciones realizadas desde otros satélites e instrumentos. Sin embargo, desde el punto de vista de la Luna, toda esta capa estará en el campo de visión de LEXI.
El equipo en la Tierra trabajará las 24 horas del día para rastrear cómo la capa se expande, se contrae y cambia de forma en respuesta a la fuerza del viento solar.
“Esperamos ver la magnetosfera exhalando y respirando por primera vez”, dijo Hyunju Connor, astrofísica del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA y líder de la NASA para LEXI. “Cuando el viento solar es muy fuerte, la magnetosfera se encoge y empuja hacia atrás, hacia la Tierra, y luego se expande cuando el viento solar se debilita”.
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¿Cómo funcionará LEXI?
Según la NASA, una vez que se disipe el polvo que dejará el aterrizaje del sensor en la Luna, LEXI se encenderá, se calentará y volverá a enfocar hacia la Tierra. Durante seis días, recopilará imágenes de los rayos X que emanan de los bordes de la vasta magnetosfera de nuestro planeta.
Esta vista integral podría ilustrar cómo este límite protector responde al clima espacial y otras fuerzas cósmicas, así como también cómo puede abrirse para permitir el ingreso de corrientes de partículas solares cargadas, creando auroras y potencialmente dañando la infraestructura.
Con este estudio, los investigadores esperan responder preguntas sobre estos eventos, incluyendo si ocurren en varios lugares simultáneamente, si son constantes o en ráfagas, entre otras dudas.
Sobre el viaje en el que irá el instrumento, la NASA sostuvo que se lanzará desde el Centro Espacial Kennedy de la agencia en Florida no antes de mediados de enero, con el módulo de aterrizaje Blue Ghost de Firefly Aerospace.
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