Vostok 1: la historia detrás detrás del día internacional de los vuelos espaciales

En 2011, una resolución de Naciones Unidas estableció que hoy se conmemore la misión que convirtió a Yuri Gagarin en el primer humano en salir de la Tierra. El éxito de la operación vino después de una larga lista de catástrofes.

Redacción ciencia
12 de abril de 2017 - 09:50 p. m.
Dage - Looking For Europe via Flikr
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Un día como hoy, a las seis y siete minutos de la mañana en el cosmódromo de Baikonur, en la actual Kazagistán, el rostro del hijo de una pareja de campesinos era capturado por una cámara y transmitido en directo por toda la Unión Soviética. La hazaña del joven pálido de 27 años sería uno de los momentos inaugurales de la era espacial y haría que en 2011 Naciones Unidas declarara el 12 de abril como Día Internacional de los Vuelos Espaciales Tripulados.

En agosto de 1960, un año antes de la misión que hoy se conmemora, la Agencia Espacial Federal Rusa había lanzado con éxito el Korabl-Sputnik 2. La cápsula espacial llevaba en su interior a Belka y Strrelka, dos perras que junto a ratones, insectos y muestras de piel humana, se convirtieron en las primeras muestras de material biológico recuperados sanos y salvos después de ser lanzados por fuera de la atmósfera terrestre.

A pesar del éxito de esa misión, a comienzos de los 60, el panorama para un llevar a un ser humano al espacio exterior estaba minado por antecedentes poco alentadores. En noviembre del 57 Laika, el primer animal que orbitó la tierra, murió unas cuantas horas después del lanzamiento del Sputnik 2 del que era tripulante.

Aunque la historia oficial lo negó durante años, Laika murió por estrés y el sobrecalentamiento de la cabina que ocupaba. Un ocultamiento semejante volvió a ocurrir cuando, unos meses después de la exitosa misión de Belka y Streka, en 1960, el Korabl-Sputnik 3 fue lanzado en diciembre para repetir la hazaña.

En esa ocasión, la nave que llevaba a dos perras, Pchyoilska y Mushhka, y otros animales y plantas, explotó cuando empezaban a regresar a la tierra. Según el historiador Asif Azam Siddiqi, se decidió hacer que la cápsula se autodestruyera tan pronto se dieron cuenta de que un error de cálculo la haría aterrizar por fuera de su territorio nacional, lo que podría en riesgo los secretos de ingeniería claves para mantener a la Unión Soviética a la cabeza de la carrera especial.

También en 1960 los rusos protagonizaron una de las tragedias más grandes en la historia de la ciencia aeroespacial. En la catástrofe de Nedelin, la explosión de un misil balístico R-16 que se estaba probando cerca del cosmódromo de Baikonur dejó cerca de 100 personas muertas.  

Apenas unos meses después de la catástrofe, que el gobierno ruso sólo hizo pública después de la caída del Muro de Berlín, Baikonur volvía a convocar las miradas de las autoridades rusas y estadounidenses involucradas en la carrera espacial.

Desde allí despegó el 12 de abril de 1961 el Vostok 1 tripulado por Yuri Gagarin, un hijo de campesinos humildes que había sido obrero metalúrgico y técnico en tractores antes de convertirse en aviador y, por último, en cosmonauta.  

Gagarín regresó a la tierra 108 minutos después de haber sido despegado y su misión sirvió para empezar a entender los efectos que de la falta de gravedad en el cuerpo humano.

Desde entonces, las agencias espaciales no han parado de enviar misiones tripuladas al espacio y hemos llegado al punto en que se espera que el próximo año se realice la primera visita turística a la luna .

Empresas privadas como Virgin o Blue Origin le han quitado el protagonismo a las agencias espaciales, y sin embargo, con las reminiscencias de la Guerra Fría trae nuestro presente contexto político vale la pena recordar las palabras de la resolución con la que Naciones Unidas declaró en 2011 el día internacional de los viajes espaciales tripulados:

“La ciencia y la tecnología espaciales contribuyen de manera importante a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, a aumentar el bienestar de los Estados y los pueblos, y a asegurar que se vea cumplida su aspiración de reservar el espacio ultraterrestre para fines pacíficos”.

Por Redacción ciencia

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