Antes de Aeolus no existía ningún otro sistema capaz de medir la velocidad del viento en todo el globo terráqueo. Esto era una pena para la meteorología y sus expertos porque los modelos se quedaban cortos en cada predicción. De ahí que la Agencia Espacial Europea se hubiera propuesto diseñar el primer cohete encargado de monitorizar los vientos de todo el planeta. Un innovador satélite bautizado Aeolus que acaba de ser lanzado al espacio exterior, este miércoles 22 de agosto al anochecer. (Lea: Resuelven la duda: sí hay hielo en la Luna)
Fue lanzado desde una estación en Kourou, en la Guayana francesa, lo que marca el comienzo de una misión coordinada desde Darmstadt (oeste de Alemania) para mejorar los pronósticos meteorológicos. Curiosamente, su lanzamiento tuvo que ser aplazado 24 horas a causa de los vientos. Así que por fin este miércoles, a las 18.20 horas (21.20 GMT) tuvo lugar el evento y, en algo más de media hora, entró en órbita.
Cincuenta y cinco minutos después del despegue tuvo lugar la separación del satélite y, algo después, la recepción de la primera señal hizo que todo el equipo de la sala de control rompiera en aplausos y se abrazara por el éxito de la misión.
“Esperamos que las mediciones de Aeolus contribuyan a un avance significativo en los modelos de dinámica eólica en la atmósfera terrestre”, dijo Anne Grete Straume, una de las científicas de la Agencia Espacial Europea (ESA) a cargo del proyecto. Porque actualmente, existe toda una serie de aviones, barcos, boyas y satélites que hacen mediciones, pero en el hemisferio sur, sobre los océanos, en los trópicos, pero a más de diez kilómetros de altura la red no está muy desarrollada.
Medir el viento a 30 kilómetros de altura
Con Aeolus se medirá, por primera vez, la velocidad de los vientos a 30 kilómetros de altura. “De momento, cada 24 horas hay cerca de un millón de mediciones. Con Aeolus el número de mediciones aumentará en cerca de un 8 %”, señaló Straume en un comunicado de la ESA. “Si tuviéramos varios satélites de este tipo que miraran en varias direcciones estaríamos ante un hito en la historia de las predicciones meteorológicas”, añadió.
La idea a medio plazo es crear todo un sistema, con varios satélites similares, para subsanar los vacíos que actualmente existen en la medición de la velocidad de los vientos. La mayoría de las mediciones actuales son puntuales mientras que, con el nuevo sistema, se puede llegar a determinar el movimiento y la velocidad de los vientos en toda la Tierra.
La clave del sistema es un aparato que contiene Aeolus y que se llama Aladin (Atmospheric Laser Doppler Instrument), que examinará la atmósfera desde 320 kilómetros de altura. A partir de la forma como se reparta la luz del láser en las moléculas del aire y a partir de su reflexión se calcularán los movimientos del viento.
Aladin enviará sus datos a una estación en Noruega que deberá desarrollar, a partir de ellos, perfiles de los vientos para luego ponerlos a disposición de las diversas estaciones de predicción del clima en Europa.
Pronósticos a una semana
Durante el primer año tras su puesta en órbita -probablemente a partir de marzo de 2019- las estaciones meteorológicas podrán empezar a hacer uso de los datos de Aeolus para sus predicciones. Con ello, los expertos esperan una mejora en la precisión de los pronósticos de los siete días siguientes.
El meteorólogo alemán Alexander Cress indicó que, hasta ahora, la escasez de datos hace que algunos fenómenos atmosféricos no se interpreten correctamente lo que perjudica la precisión de los pronósticos. La misión estuvo preparándose durante 15 años en los que hubo que superar diversas dificultades técnicas y ha tenido un costo superior a los 300 millones de euros (346 millones de dólares).
Inicialmente, el plan era que Aeolus fuera puesto en órbita en 2007, pero en los primeros test de los instrumentos hubo una serie de dificultades que retrasaron la misión. “Por momentos muchos pensamos que era mejor abandonar el proyecto, pero ahora estamos orgullosos”, dijo el director de observaciones terrestres de la ESA, Josef Aschbacher, en un comunicado.