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Salka en la tierra de nadie: el drama de muchos migrantes

Jeison Fandiño González*
15 de noviembre de 2020 - 11:01 p. m.

Salka en la tierra de nadie, es uno de los documentales en la selección de la séptima edición del Festival de Cine por los Derechos Humanos - Colombia. El largometraje, dirigido y producido por Xavi Herrero, nos lleva a explorar la historia de los migrantes africanos en Mauritania, quienes viajan en vagones de carga de un tren de la empresa SNIM para atravesar el desierto del Sahara y hacer un recorrido de 700 km para llegar hasta la costa atlántica en la Bahía de Nouabidhou y tener la oportunidad de embarcarse en un cayuco (embarcación informal) y arribar a las costas europeas.

La luz del sol cae y calienta la superficie a unos 50 °C, el ruido de los engranajes del tren y el traqueteo de las ruedas deslizándose entre los rieles crean una atmosfera hostil mientras el tren de SNIM se desliza como una serpiente azul y amarilla por el desierto. Hombres, mujeres y niños miran al horizonte mientras se sostienen en los vagones de transporte de minerales. Algunos cantan y bailan en su lengua nativa, otros toman el té y unos más oran como intentando retener parte de su cultura mientras se alejan del lugar donde nacieron.

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Xavi Herrero, Realizador y productor catalán y creador del Festival Internacional de Cine Independiente de Ibiza, nos contó en entrevista que se subió al tren con lo elemental: una cámara pequeña, una botella de agua, pan y su morral. Hizo el recorrido junto a los protagonistas y, a lo largo del documental, logra hacer al espectador un migrante más, pues como explica, buscaba en los elementos visuales y sonoros “dar una experiencia sensorial inmersiva”.

No hay entrevistas a cámara o expertos hablando, solo las imágenes de la experiencia profunda de estar en el camino del migrante y las voces en off de los protagonistas: Salka, una niña que busca migrar y su padre quien da concejos a su hija ante el camino que emprende. Según el director, realmente estos personajes son ficticios pues en ellos se encarna, a manera de metáfora, la voz de los migrantes que hacen ese mismo camino.

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El informe de 2020 de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), explica que 272 millones de personas no viven en su país de origen y contabiliza 14.854 llegadas de inmigrantes y refugiados a las costas de Europa. Esa realidad, que a veces parece tan lejana, se hace cercana con el largometraje de Herrero y nos invita a escuchar las voces de los protagonistas.

Así, Xavi Herrero nos da una gran lección de cómo ver de cerca una realidad distante. Según explica, cuando se trata de narrar los Derechos Humanos, el cine de ficción o no ficción “es una herramienta muy útil, básica y poderosa”. Salka en la tierra de nadie es una invitación a relatar los dramas sociales incluso si se carece de recursos. Como explica, cualquiera puede realizar historias como esta pues él mismo realizó la producción con pocos recursos económicos y solo con la ayuda de la ONG mauritana M.A.T y el proyecto Colibrí – Un lápiz, un dibujo.

Por Jeison Fandiño González*

 

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