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Las deudas con los sobrevivientes de minas antipersonal en Algeciras, Huila

El municipio tiene 66 víctimas de estos artefactos y varias llevan más de una década esperando reparación integral. En 2021, Algeciras fue declarado libre de sospecha de minas, lo que para las organizaciones ha llevado sus demandas al olvido.

Silvia Corredor Rodríguez
16 de junio de 2022 - 12:30 p. m.
En la entrada de la Alcaldía de Algeciras fueron instaladas placas conmemorativas de 17 víctimas por minas antipersonal.  / John Rodríguez
En la entrada de la Alcaldía de Algeciras fueron instaladas placas conmemorativas de 17 víctimas por minas antipersonal. / John Rodríguez

El 30 de marzo de 2011, Édgar Cuenca pisó una mina antipersonal. “Estaba cortando una madera para hacer un cercado de mora y pisé la mina, me voló el pie. Ese día me trasladaron en una ambulancia hacia el municipio de Algeciras y ahí me prestaron los primeros auxilios, pero me echaron para Neiva porque tenían que hacerme la cirugía para amputarme la pierna”, narró Cuenca a Colombia+20.

El hecho ocurrió en la vereda de San José Alto, ubicada en el suroccidente del municipio de Algeciras, donde Cuenca vivió la mayor parte de su vida. Sin embargo, cuatro años después del accidente, se trasladó al centro poblado El Paraíso, porque se sentía más seguro y cercano al casco urbano.

El trágico hecho cambió radicalmente su vida, pues no solo significó afectaciones emocionales, sino también complicaciones en sus labores del campo. Desde hace 47 años se dedica a la siembra de café, tomate, habichuela y aguacate en su finca, donde sacó adelante a su familia. “Gracias a Dios hambre no se aguantó, pero no poder movilizarme como antes es muy duro. No tenemos harto, pero al menos sí para sobrevivir, y hemos podido salir adelante”, relató.

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A esta situación se suma la lucha que aún hoy, 11 años después, continúa: lograr la indemnización contemplada en la reparación integral de víctimas de la Ley 1448 de 2011. Édgar afirma que hizo los trámites correspondientes para inscribirse al Registro Único de Víctimas y que incluso, durante ese proceso, encontró muchas trabas y dificultades. Tanto él como su hijo Camilo afirman que en Algeciras hay una incapacidad institucional para apoyar y tramitar los procesos de reparación integral de víctimas.

De acuerdo con su testimonio, la única ayuda que recibió fue de la Cruz Roja, que dio recursos económicos para su traslado y permanencia durante dos meses en Neiva. Allí le realizaron la intervención quirúrgica y las terapias de rehabilitación, estas últimas cubiertas por la EPS. El Fondo de Seguridad y Garantía (Fosyga) le entregó su prótesis en Bogotá.

En Algeciras, desde enero de 2012 hasta el 31 de mayo de 2022, han ocurrido 66 eventos relacionados con minas antipersonal que dejó el mismo saldo de víctimas, según cifras de la Unidad de Víctimas. De ellas, 12 son sujetos de atención. Ante la pregunta sobre a qué se deben las demoras en los procesos de reparación integral -como en el caso de Édgar, que ya supera la década-, esa institución dice que en el país existen cuatro razones: “Actualización de sus datos de ubicación y contacto, documentación completa cuando se requiere, novedades pendientes por actualizar en el RUV (Registro Único de Víctimas) y la última, que es el proceso de indemnización mediante el método técnico, depende del cómputo de variables de todo el universo de personas. No hay una variable territorial, y dependemos también del presupuesto asignado a la entidad por vigencia”, señala la entidad precisando que es difícil determinar cuál de estas razones aplica específicamente para ese municipio.

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Sin embargo, Fabián Ordóñez, líder de la Asociación Huilense de Sobrevivientes de Minas Antipersonal, le explicó a Colombia+20 que muchas de las víctimas, incluidas Édgar, han aportado los documentos para entrar a la ruta prioritaria de reparación y que la lentitud del proceso se basa en la falta de voluntad de la institución. “Llegamos a la Unidad de Víctimas con la directora regional del departamento buscando que se les pueda priorizar estas indemnizaciones a estas personas, pero aún no ha sido posible. Nos aseguran que no tienen documentados los casos, cuando sí los han documentado. El Gobierno Nacional, a través de la Unidad de Atención y Reparación Integral de Víctimas, tiene una deuda histórica con los sobrevivientes de minas antipersonal en el municipio de Algeciras”, resalta.

Según un funcionario de la Alcaldía de Algeciras, este año la administración no cuenta con un programa específico para atención a víctimas de minas antipersonal y solo se brinda “una atención general”.

Esto también se debe a que para 2022 Algeciras no tiene activa su Mesa Municipal de Víctimas. A pesar de que la Alcaldía garantizó la convocatoria, las pocas personas que se postularon renunciaron tras recibir amenazas. A escala departamental la situación no es mejor. En junio del año pasado, Derly Pastrana, coordinadora de la Mesa Departamental de Víctimas del Huila, recibió ocho disparos cuando llegaba a su casa en Neiva, y murió un mes después.

Para las organizaciones de víctimas esta situación genera preocupación, porque Algeciras es el único municipio de Huila que no tiene mesa ni participación efectiva de las víctimas a escala municipal. Ante esa realidad, la Asociación Huilense de Sobrevivientes de Minas Antipersonal terminó siendo la única que actualmente apoya a estas víctimas.

Algeciras, municipio libre de sospecha de minas

El panorama de lentitud en la reparación de víctimas contrasta con el hecho de que el 30 de octubre de 2021, la Asociación Campaña Colombiana Contra Minas entregó a la Alcaldía las 69 veredas del municipio de Algeciras como libres de sospecha de contaminación por minas antipersonal.

Francy Milena Vallejo coordinó el proceso de desminado humanitario de este municipio, del que es oriunda. Resultado de ese trabajo de cinco años con población civil, expolicías, exmilitares y exguerrilleros, se destruyeron 49 artefactos: 27 minas antipersonal, 17 artefactos explosivos improvisados y cinco municiones sin explotar.

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Édgar, así como otros algecireños, afirma que esta noticia es el freno que necesita esta situación. “Doy gracias a Dios porque esa organización hizo ese trabajo de haber desminado, porque no quisiera que más personas cayeran en eso, que ese mal que me sucedió a mí no le suceda a ninguno más”.

Por su parte, Gerardo Vargas, coordinador de la región surcolombiana de la Campaña Colombiana Contra Minas, explica que los impactos del desminado humanitario se ven en la construcción de paz: “Desde estos territorios donde se vivió la guerra es donde se tiene que sembrar la paz. Se debe sembrar eso en el campo, porque es la única posibilidad que tenemos los colombianos de trabajar por la paz”.

No obstante, la percepción de la Asociación Huilense de Sobrevivientes de Minas Antipersonal es que a raíz de esta gran noticia, las miradas hacia el municipio y el departamento se sigan alejando y las demandas de los sobrevivientes queden invisibilizadas.

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