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Al término del tercer paro armado decretado por el ELN en Chocó, y el número 12 en los últimos dos años, la comandante Marta, también conocida como La abuela, quien hace parte del Frente de Guerra Occidental Ogli Padilla, habló por primera vez en entrevista sobre los confinamientos en ese territorio y la paz total de Petro.
En un video de 23 minutos, difundido por esa guerrilla, se ve a la mujer con prendas del ELN y un arma de fuego sobre sus piernas. En la entrevista aborda varios temas como el conflicto que se vive en el territorio y sin pruebas, habla sobre la connivencia de las Fuerzas Armadas con el paramilitarismo en Chocó.
“La confrontación que se vive es porque los paramilitares cometen los atropellos, los reclutamientos forzados, violaciones a niñas y mujeres. La Fuerza Pública se da cuenta, hacen movimientos, coordinan operaciones conjuntamente y los municipios están rodeados de este tipo de mercenarios, cuidados y custodiados por la Policía, por la Fuerza Militar, esto es visible”, explicó.
En términos más concretos, la disputa territorial en esa zona del país corresponde al ELN y al Clan del Golfo. Pero, no es una guerra nueva. Se intensificó en 2021, justo cuando el Frente de Guerra Occidental del ELN recibió un golpe de peso en su comandancia: la muerte de ‘Fabián’, el primer mando de la estructura, quien cayó en una operación del Ejército (un año antes había sido abatido ‘Uriel’, jefe político del Frente).
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En una reciente entrevista con este diario, el investigador Luis Fernando Trejos, docente de la Universidad del Norte, explicó que ese punto fue crucial porque marcó una “debilidad estratégica” que fue aprovechada por las AGC (o Clan del Golfo), lo que los llevó a “un proceso de avance desde el Medio hacia el Bajo San Juan, replegando al ELN al sur del Chocó”.
En medio de esa disputa, el Clan del Golfo ha logrado avanzar en varias zonas emblemáticas que controlaba la guerrilla y quitarle el control. Ante esa asfixia, el ELN ha respondido con seis paros armados en los últimos 16 meses, a modo de mecanismo de defensa para impedir que su enemigo avance más.
Los paros armados en Chocó
En un reciente comunicado, el Frente de Guerra Occidental Ogli Padilla del ELN anunció el tercer paro armado del año, esta vez fue de 48 horas, entre la medianoche del viernes 25 de julio y el domingo 27, en todo el departamento.
“Nuestro departamento sufre una de las mayores arremetidas paramilitares de los últimos tiempos en connivencia con la fuerza pública, que tiene como objetivo destruir el tejido social”, señaló la guerrilla a través de la misiva.
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La comandante Marta, o “la abuela”, explicó en la reciente entrevista que los paros armados pretenden elevar denuncias. “Nosotros no confinamos los pueblos. Los paros armados se realizan en el departamento para visibilizar los vejámenes de la fuerza paraestatal que hay en los territorios. En la región se mueren los niños de hambre, la desnutrición azota estos pueblos. Jamás se escuchan por los medios la situación de estos territorios. Pueden pasar muchos asesinatos de líderes, pero no salen en las noticias”.
Y agregó: “Este tipo de acciones son para denunciar todo lo que hace la Fuerza Pública en conjunto con el paramilitarismo. Si no hay ningún ente gubernamental ni atención de parte del Estado, ni el derecho de reclamar la vida digna, entonces la única forma que se escuche es a través de los paros”.
Sin embargo, esa actividad violenta afecta directamente a las comunidades. En los últimos dos años, Chocó ha vivido 12 paros armados decretados por el ELN. Este año van dos: el más reciente ocurrió entre el 2 y el 5 de mayo, el otro fue del 18 al 21 de febrero. Este constreñimiento, que duró 72 horas, causó el confinamiento de 5.910 personas, que se sumaron a la cifra de 3.600 desplazados por los combates de febrero, según datos de la Gobernación del Chocó.
Asimismo, detener la movilidad en los ríos del Chocó no solo implica la imposibilidad de desplazarse entre poblaciones para trabajar y hacer diligencias, sino también de atender urgencias médicas e, incluso, moverse hasta las fincas para cosechar alimentos o pescar. Para algunos líderes del territorio, los paros armados agravan las crisis humanitarias y ponen en riesgo a las comunidades, por lo que la única vía de solución es un diálogo que respete los derechos humanos.
Precisamente, uno de los efectos más perversos del paro armado en noviembre del año pasado, en plena ola invernal, fue que el Frente de Guerra Occidental impidió la atención a la emergencia. Tanto fue el rechazo que la misma Corte Suprema de Justicia le exigió a la guerrilla “el levantamiento de las acciones violentas y el cese del bloqueo territorial, para que sea posible el ingreso de la ayuda humanitaria”.
En poco más de una semana, ese paro armado afectó a 85 comunidades afros e indígenas (unas 45.000 personas, según cálculos de la Defensoría del Pueblo).
ELN critica la paz total del presidente Petro
Durante la entrevista, la comandante Marta también señaló la política de paz total del presidente Gustavo Petro.
“Es una paz que definitivamente fue la que lo llevó a la presidencia. El pueblo tenía muchas expectativas frente a su programa de gobierno, todo lo que fue la campaña presidencial. Hoy eso está volcado a una realidad en la que el pueblo está desilusionado. Soñaron que el Gobierno iba a traer otro tipo de vida, propuestas y hechos reales frente al sufrimiento. Aumentó la violencia, el desempleo, la falta de la educación. Eso no es paz. La paz total es que haya una vida digna para todos los colombianos“, señaló la comandante del ELN.
Su mensaje se dio justo después de que el mandatario señalara públicamente la ruptura de los diálogos con esa guerrilla del ELN.
“La decisión de romper ese proceso de paz por parte de ustedes, con la muerte de decenas de campesinos nortesantandereanos, se debió no a la necesidad de la revolución en Colombia, sino al mercado de las economías ilícitas que los hacen competir con armas por el control de territorios. Esos mercados ya no son manejados por nacionales sino por extranjeros, organizados en multinacionales del crimen. Es una mala manera de terminar el ciclo de la insurgencia armada y revolucionaria de Colombia”, apuntó.
No es la primera vez que desde el Gobierno señalan la ruptura del diálogo. A mediados del mes pasado, el grupo armado señaló en un comunicado que se había quedado sin “interlocutor” en el proceso de paz, a lo que el equipo negociador de Petro, en cabeza de Vera Grabe, respondió que el ELN había roto el diálogo.
“Nuestra Delegación de Paz quiere recordarle al ELN que fue esa organización la que rompió un proceso de diálogo que se estaba recuperando”, se lee en el comunicado.
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