El pedido de perdón de las Farc a víctimas del Caquetá

En 2002, integrantes de la entonces guerrilla quemaron todas las casas de la inspección El Triunfo, en este departamento, desplazando a más de 40 familias. Este 24 de noviembre, en el aniversario de los tres años del acuerdo de paz, excomandantes les pidieron perdón a los habitantes y se comprometieron a reconstruir el pueblo.

Carolina Ávila Cortés / @lacaroa08
25 de noviembre de 2019 - 07:00 p. m.
Betsy Ruíz, excombatiente de las Farc, le entrega un ramo de flores blancas a Hermelinda Díaz, víctima de desplazamiento como acto de reconciliación. / Fotos: Comunicaciones Farc
Betsy Ruíz, excombatiente de las Farc, le entrega un ramo de flores blancas a Hermelinda Díaz, víctima de desplazamiento como acto de reconciliación. / Fotos: Comunicaciones Farc

Hermelinda Díaz le advirtió a su esposo que tendrían que salir inmediatamente de su pueblo, la inspección de El Triunfo en el municipio de La Montañita (Caquetá), momentos después de escuchar que un miliciano de las Farc había sido asesinado en ese lugar. En medio del alboroto que generó este hecho, ese 25 de marzo de 2002, las razones de quiénes y por qué lo mataron se perdieron. 

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La premonición de Hermelinda se cumplió el día que Faiber, el comandante de la guerrilla de las Farc en esa zona, citó a toda la comunidad a una reunión. Les advirtió que la muerte de uno de sus hombres de confianza sería vengada, que se fueran o que se atuvieran a las consecuencias. 

Esta mujer, que ahora tiene 67 años, recuerda que salió de su casa en los primeros días del mes de mayo, con su esposo y dos hijas, una de ellas en condición de discapacidad física. Se fueron sin ninguna pertenencia, con la esperanza de que la decisión del comandante de las Farc cambiara. Llegaron a Santuario, otra vereda de La Montañita, y allí recibieron por el Estado remesas durante tres meses para su sostenimiento. Veía que todos sus vecinos hacían lo mismo: huir de las tierras en donde estaba consignada la vida de varias generaciones campesinas. 

Se enteró también de que a los dos días de salir todas las casas de madera del pueblo habían sido quemadas. No quedó nadie. Las 47 familias que vivían allí se fueron. El pueblo quedó fantasma. 

La gran mayoría de ellos, de los que sabe Hermelinda, hicieron su vida en otro lugar. Ella y su familia se instalaron definitivamente en La Montañita, pero dice que nadie regresó a El Triunfo. Ahora viven allá siete familias que nada tuvieron que ver con el hecho. 

Sin nunca imaginárselo, 17 años después, Hermelinda y otros habitantes de El Triunfo estaban en Agua Bonita, también en La Montañita, en donde queda uno de los espacios de reincorporación mejor instalados de las Farc. Después de tres años en los que esta exguerrilla decidió dejar sus armas y comprometerse a dejar atrás la guerra, invitaron a la comunidad de las veredas cercanas a celebrar el acuerdo de paz con el gobierno, firmado el 24 de noviembre de 2016 en el Teatro Colón de Bogotá. 

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Los excombatientes no solo celebraron el tercer aniversario del acuerdo con fútbol, cacerolazo (en apoyo al Paro Nacional), comida, bailes y con una feria de productos hechos por ellos mismos. Su fin también era resaltar que siguen firmes con la paz a través de un acto público de perdón con las familias víctimas de El Triunfo. 

“En nombre de las Farc, les pedimos de corazón, con mucho dolor en el alma, que nos perdonen por todo el dolor que les causamos”, les dijo Norberto Rivero, uno de los excombatientes que estuvo por años en esa zona. 

En seguida, le entregaron a Hermelinda un ramo de flores blancas, como símbolo de reconciliación. “Una segunda ofrenda será la siembra de un árbol para unir esos deseos de esperanza y paz”, dijo Betsy Ruiz, coordinadora de ese espacio de reincorporación y encargada del trabajo de mujer, género y diversidad sexual con los excombatientes. 

De acuerdo con Betsy, los excombatientes de Agua Bonita hicieron el compromiso de reconstruir ese pueblo. Están reuniendo gente del espacio de reincorporación para hacer trabaja comunitario en El Triunfo con ayuda de la Cruz Roja Colombiana y el Consejo Noruego de Refugiados, quienes han aportado los materiales de construcción. Se activó el puesto de salud y se construyó una motobomba para suministar agua.

“Muy bien que pidan perdón. Nosotros estamos en el deber de perdonar para que el Señor también nos perdone a nosotros”, dijo de manera muy tranquila Hermelinda. 

El árbol será sembrado al lado de un muro construido a la entrada de Agua Bonita. En esa pared blanca el Colectivo Caldera Gráfica, de jóvenes de Florencia (Caquetá) dibujó el apretón de manos entre el expresidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño después de firmar el acuerdo de paz. Esa unión la sostiene Raúl Castro, expresidente de Cuba, como símbolo del apoyo internacional que ha tenido el proceso de paz y su implementación. 

En ese muro, en medio del festejo por los tres años del acuerdo durante este fin de semana, pusieron sus firmas Juan Fernando Cristo, ministro del Interior de Santos; Rodrigo Londoño, jefe del ahora partido político de las Farc; los senadores Iván Cepeda y Antonio Sanguino, los excomandantes Pablo Catatumbo y Rodrigo Granda y figuras internacionales que han apoyado el proceso, como Raúl Rosende, jefe de verificación de la segunda misión de la ONU y Peter Ptassek, embajador de Alemania en Colombia. El árbol como el mural son otra forma de refrendar el compromiso de muchos colombianos y excombatientes de seguir firmes con la paz. 

Por Carolina Ávila Cortés / @lacaroa08

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