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La Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano, disidencia de las FARC al mando de Walter Mendoza, ha llegado a varios acuerdos con el gobierno en el marco del proceso de diálogo que se adelanta en Nariño.
Entre los compromisos más destacados están la destrucción de 13.5 toneladas de material de guerra, la sustitución de 7.500 hectáreas de cultivos de uso ilícito y la creación de una Zona de Capacitación y Ubicación Temporal en ese departamento.
Precisamente, esta semana se cumplió un mes desde que se anunció la destrucción del material, pero todavía no se ha cumplido ese objetivo. Tampoco se ha logrado el traslado a la Zona de Ubicación, a pocos días de que se cumplan tres meses desde ese anuncio.
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Recientemente Novoa señaló que el plan era lograr un acuerdo definitivo con esa disidencia entre agosto y septiembre, sin embargo, a mediados de agosto no está tan clara esa meta.
En entrevista con Colombia+20, el delegado Novoa señaló que si bien han tenido que mover el cronograma para poder cumplir con los acuerdos, se han seguido moviendo y reuniendo para lograrlo.
Usted señaló que buscaban un acuerdo definitivo para agosto o septiembre con la disidencia de Mendoza ¿Cree que se va a poder cumplir ese objetivo?
Vamos a mediados de agosto, todavía no tenemos un acuerdo definitivo, pero sí tenemos unos avances muy significativos en la mesa que hacen parte de la construcción de la ruta del acuerdo definitivo. Tenemos medidas concretas para el desescalamiento del conflicto en el territorio. Eso significa la destrucción de 14 toneladas de material de guerra que acordamos en la mesa.
De tal manera que aunque no estemos cumpliendo dentro de los plazos y los tiempos previstos por parte de nuestra delegación con entregar un acuerdo definitivo, hemos tomado medidas en esa dirección a través de acuerdos parciales y estamos examinando la posibilidad de construir el acuerdo definitivo antes del mes de diciembre de este año. Hay que entender que este es un proceso gradual que es diferente en su cierre a lo que ocurrió en el año 2016 con las anteriores FARC, donde hubo un cierre definitivo con dejación de armas.
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Este es un proceso distinto, más complejo, porque dentro de esa idea de integralidad, la dejación de armas también está articulada a la transformación de economías territoriales y a la creación de zonas de capacitación.
Se nos están corriendo los plazos, pero avanzamos a pasos acelerados en la dirección correcta.
Ayer se cumplió un mes desde que se hizo el anuncio de la entrega de 13.5 toneladas de material de guerra. ¿Qué ha pasado con ese acuerdo?
El cumplimiento de ese propósito tiene que contar con el apoyo de distintas instituciones porque hay unos pasos que son complejos que involucran a varias autoridades como Ministerio de Defensa, Fondo Paz, entes territoriales y consultas con las comunidades. Todo eso está en desarrollo.
Aspiramos a que a más tardar la primera o segunda semana del mes de septiembre vamos a cumplir con ese propósito de desescalamiento de la violencia que representa este grupo, a través de la destrucción de ese material.
¿En qué etapa va el proceso?
Hicimos un cronograma de 40 días y vamos en el día 14. Ya se han hecho dos cosas fundamentales, ya se ubicaron los terrenos aptos para el traslado de ese material de guerra y su destrucción. No se puede hacer de cualquier manera sino que tiene que cumplir con unas condiciones y con el concurso de las fuerzas militares.
Esos terrenos ya están identificados tanto en Nariño como en Putumayo. Estamos a punto de firmar dos convenios en los que participan Fondo Paz y algunas entidades del Comando General del Ejército que deben prestarnos su concurso para que esa destrucción se haga sin poner en riesgo las comunidades porque es la destrucción de 14 toneladas. Ese procedimiento tiene un impacto de onda expansiva de más de 10 kilómetros.
Los convenios interadministrativos ya se elaboraron, están en trámite para la firma, una vez ocurrido, la Coordinadora Nacional trasladaría ese material explosivo a los puntos seleccionados. Luego llegaría la Fuerza Pública para la destrucción de ese material con la aclaración de que por restricciones de orden legal, no es posible que haya un contacto entre integrantes del grupo ilegal y miembros de la Fuerza Pública.
¿Dentro de esos 40 días se espera avanzar a la última etapa que tiene que ver con destrucción y evaluación?
En los 40 días esperamos que haya una destrucción de alrededor del 60% del material. Esto se realizará por los lados del municipio de Tumaco y en un paso subsiguiente en Putumayo. Ojalá pudiéramos completar ese proceso cuando se celebre la Semana de la Paz, pero los trámites administrativos son un poco complejos y estamos tratando de acelerarlos para cumplir con el compromiso adquirido.
Uno de los acuerdos más recientes tiene que ver con el proceso de sustitución de cultivos de uso ilícito en 7.500 hectáreas. ¿Cómo han avanzado en ese acuerdo?
Estamos en el tema de desarrollo de los programas piloto de sustitución de cultivos de uso ilícito y de transformación de las economías locales en economías legales. Tanto en Nariño como en Putumayo, a través de la dirección del programa de sustitución se están adoptando unas medidas concretas.
Casi se cumplen tres meses desde el anuncio de una Zona de Ubicación Temporal en Nariño y Putumayo. ¿En qué va ese proceso?
A la creación de la zona de capacitación integral y ubicación temporal irán inicialmente 60 miembros de la Coordinadora en Nariño y 60 en Putumayo. Justamente ahora estamos saliendo de una reunión en donde ya empezamos a abordar las características que tienen que ver con esa zona de ubicación.
¿Ya hay condiciones de seguridad para el traslado de los combatientes hacia esa zona?
Iniciamos esa discusión con el acompañamiento de algunos expertos internacionales que por petición de las delegaciones vienen de Suiza y otros países. Está haciéndose el reconocimiento de los territorios y esperamos tener este jueves una definición más precisa de cuáles son las coordenadas o los puntos concretos también para ubicar el material de guerra.
¿Para cuándo está previsto el próximo ciclo de diálogo con la mesa?
Será la primera semana de septiembre en el municipio, muy probablemente, de La Hormiga, en Putumayo.
¿En qué va la situación del señor Rojas en la Corte? ¿Cree que se vaya a frenar la extradición?
La solicitud de extradición en este momento está a consideración de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia. Solamente cuando esa corporación se haya pronunciado, el Presidente tendrá que valorar los avances de la mesa y tome la definición que le corresponde de si ordena extraditar al señor Araña o se suspende esa decisión. Todavía no hemos llegado al punto en donde él tenga que pronunciarse de manera inmediata sobre el asunto.
Este miércoles se conoció la resolución que le da calidad de facilitador al gobernador de Nariño, pero ahora con un carácter más general. ¿Eso tiene alguna diferencia con su papel de facilitador que ya venía desempeñando?
La resolución se presta a equívocos porque pareciera que el gobernador va a asumir el papel de un comisionado de paz regional, pero ese no es el sentido de la resolución. El documento lo que plantea es que donde no haya mesas de diálogos de paz, el gobernador actuará como facilitador para identificar si esos grupos tienen la voluntad de iniciar esos diálogos y en qué condiciones.
Esa competencia está en la resolución. El gobernador seguirá prestándonos el apoyo como lo ha hecho, pero sin que se pueda interpretar que es un nuevo delegado de la mesa ni tampoco un comisionado de paz territorial. Él lo que va a hacer es explorar la voluntad de paz de grupos que en este momento no están en mesas de diálogo y que estén en Nariño. Se habla del Estado Mayor Central de Iván Mordisco que pueden estar en algunos puntos de Nariño, o lo que se llaman las autodefensas de Nariño.
Él tendrá que verificar si se puede avanzar en unos diálogos y una vez verificada esa voluntad, se presentarán informes al consejero comisionado, pero el papel del gobernador no tiene una relación directa con la mesa de diálogos de paz que existe con la Coordinadora Nacional.
Será acompañante de los procesos como lo ha venido haciendo de tiempo atrás. Él es el primer mandatario del departamento y, por supuesto, no es indiferente y ha prestado la mejor colaboración, esperamos que así lo siga haciendo.
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