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Este 12 de agosto se cumplen 100 años del nacimiento de Guillermo Cano Isaza, el periodista que marcó a toda una generación por su defensa inquebrantable de la verdad, la ética y el periodismo independiente.
El recordado director del diario El Espectador entre 1952 y 1986 fue una voz incómoda para los poderosos y las estructuras de corrupción que se enquistaron en las instituciones del país durante las décadas más turbulentas del siglo XX.
En ese tiempo, el país vio nacer el Frente Nacional, vivir los años más violentos del bipartidismo, y caer bajo la presión del narcotráfico. Cano fue testigo de todo eso, y más que testigo, fue una voz que nunca dejó de incomodar.
Su carrera periodística, marcada por una defensa incondicional de la libertad de expresión y la independencia editorial, terminó de forma violenta: fue asesinado el 17 de diciembre de 1986.
Cano había sido una de las voces más firmes contra el narcotráfico, y desde su escritorio denunció con claridad lo que muchos no se atrevían a nombrar. Su muerte fue un mensaje para la prensa colombiana, y también un parteaguas: el periodismo no volvió a ser el mismo. Pero su legado sigue vivo en esta redacción que apuesta por la independencia.
Pero detrás de la figura pública, había también un gesto cotidiano, un detalle que retrata bien al hombre que fue la cabeza de El Espectador: tenía el hábito de abrir personalmente toda su correspondencia. No delegaba esa tarea. Leía cada carta, cada reclamo, cada elogio o crítica que llegaba a su oficina.
Así lo dejó escrito, con su propia voz, en el que sería su último editorial:
“Debido a una también vieja costumbre, la de abrir personalmente toda mi correspondencia, una tarea dispendiosa y aún mortificante porque son demasiadas cartas las que leo cada día, encontré dentro un sobre común y corriente una misiva que me puso la piel de gallina”, dijo en ese editorial.
Esa rutina —abrir sobres, leer las voces del país, tomarse el tiempo de escuchar— representa un periodismo que construye comunidad y que cree en el poder transformador del diálogo entre lectores y periodistas.
Por eso, hoy, a un siglo de su nacimiento, queremos invitar a nuestros lectores a revivir ese gesto. Si usted pudiera escribirle una carta a don Guillermo Cano, ¿qué le diría? ¿Cómo le contaría lo que ha pasado en Colombia en estas décadas? ¿Qué le agradecería? ¿Qué le advertiría? ¿Le hablaría del presente que heredamos, de los miedos que persisten, de los avances que quizás él no alcanzó a ver?
A través de “Cartas a don Guillermo Cano” abrimos un espacio para que esa “conversación” continúe.
¿Cómo participar?
Usted puede enviar su mensaje llenando el formulario que dejamos justo abajo de este párrafo. Allí podrá poner un texto de hasta de 600 caracteres. También puede decidir si quiere que su nombre sea publicado.
📨 Llene el formulario aquí y envíe su mensaje
Nosotros recibiremos esos mensajes y algunos de ellos serán publicadas el próximo 12 de agosto.
✉️ Si le interesan los temas de paz, conflicto y derechos humanos o tiene información que quiera compartirnos, puede escribirnos a: cmorales@elespectador.com; pmesa@elespectador.com o aosorio@elespectador.com.