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“Mi elección es reconocer el Acuerdo de Paz”: Sandra Ramírez

La senadora de la FARC fue la gran sorpresa de la instalación del Congreso. La corporación la nominó y eligió como segunda vicepresidenta de la mesa directiva del Senado.

Natalia Tamayo Gaviria
22 de julio de 2020 - 02:00 a. m.
Sandra Ramírez estuvo 35 años en las filas guerrilleras y fue parte desde el inicio de las conversaciones de paz.  / Cortesía
Sandra Ramírez estuvo 35 años en las filas guerrilleras y fue parte desde el inicio de las conversaciones de paz. / Cortesía
Foto: Álvaro Tavera

Sandra Ramírez o Griselda Lobo. El orden no importa, tampoco si la llaman por un nombre o el otro. Esa sencillez de la senadora del partido FARC, recién electa como segunda vicepresidenta del Senado, se traduce en la pregunta tímida que hace antes de colgar la llamada: “¿Cierto que es la primera vez que una mujer de mis condiciones llega a ese cargo?”. Y sí, es la primera vez que una mujer campesina y excombatiente ejerce dicha dignidad. El nominado, en principio, era Gustavo Bolívar, pero por la alternancia de género y, en acuerdo con su coalición, cedió su turno.

(Lea: Histórico: Sandra Ramírez, del partido FARC, segunda vicepresidenta del Senado)

¿Antes de su postulación se había hablado algo al respecto? ¿Gustavo Bolívar le manifestó que les cedería el turno a usted y al partido?

Nosotros no nos lo esperábamos. Los partidos de oposición habíamos hecho unos acuerdos con relación a nuestro derecho consagrado por el Estatuto de la Oposición para pertenecer a las mesas directivas, y a la FARC le correspondía el último período. Con sorpresa recibí la generosidad del senador Bolívar de cedernos el turno y en una rápida reunión con mis compañeros me escogieron a mí para nominarme. La sorpresa fue para todos. Para Angélica Lozano, Roy Barreras, Iván Cepeda, Alexánder López y otros. Pero la mayor sorpresa fue la votación. Indudablemente, la mayoría del Senado les apuesta a la paz y al Acuerdo, y es un mensaje, también, de solidaridad para nuestro partido, víctima de una arremetida criminal por parte de sectores que sesgados por el sectarismo político han querido cerrarle el paso a nuestra plena reincorporación pública, económica y social. Son más de 200 compañeros que le han apostado a la paz y han sido asesinados.

Resulta extraño que como oposición, en principio, hayan respaldado la nominación de Bolívar cuando se debía de postular a una mujer, según determina el Estatuto…

Tenía en mente que iba a ser Aída Avella por la alternancia entre hombres y mujeres, pues Alexánder López terminaba período. En últimas pasó lo que ya la gente sabe, nos cedieron el turno y fue un gran reconocimiento para nosotros.

¿Qué significa esta elección para usted, en lo personal?

Es una gran responsabilidad que la asumo como mujer y estoy dispuesta a enfrentarla. Estamos con toda la disposición para aprender cómo vamos a liderar este cargo, y no estaré sola. Tengo mi partido, un equipo y también a los senadores que han sido muy solidarios y prestos a ayudarnos. Asimismo, este nombramiento es un reconocimiento a la paz que venimos buscando desde 1984 a través de una salida política al conflicto social y armado. Lo mejor que le pasó a Colombia fue firmar el Acuerdo y eso nos implicó llegar a estos puestos, en los que también visibilizaremos y propugnaremos por la implementación de los textos de La Habana, y nos apersonaremos de la situación que atravesamos por cuenta de la pandemia del COVID-19.

Se vio al senador Álvaro Uribe aplaudiendo su elección…

Agradezco las palabras del senador Uribe, y ese gesto da cuenta de que sí podemos confluir desde las diferencias, sin discursos polarizantes y estigmatizantes, sin falsas estadísticas como la que presentaron hace pocos días. Hay que construir desde la diferencia, porque estamos legislando para un país que tiene aproximadamente 50 millones de habitantes.

Cuando vuelvan al recinto y por azares de la vida le toque presidir el Senado, ¿cree que la bancada del Gobierno le hará mal ambiente, como se ha visto en algunas situaciones particulares?

Somos senadores iguales a ellos, tenemos derechos y contamos también con un Estatuto, producto del mismo Acuerdo, que nos da garantías a las minorías, como la de participar en las mesas directivas del Congreso. Podrán decir lo que quieran, están en su libertad, pero, insisto, es un derecho que tenemos de estar en la mesa directiva y, si es el caso, de presidirla.

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¿Qué lectura hace del discurso del presidente Duque el día de la instalación del Congreso, especialmente sobre los aspectos relacionados con la implementación?

El Gobierno tiene un discurso mediático de implementación, pero la realidad y las cifras nos muestran otra cosa. Lo que pasa en el territorio, los asesinatos, la inseguridad que hay, es lo que verdaderamente pasa allá. La gente está diciendo que hubo dos discursos muy diferentes. Uno de una Colombia que no sabemos en qué punto de nuestro planeta está y el otro de una Colombia real, inocultable, que saca trapos rojos porque está aguantando hambre. Esta última realidad es la que voy a visibilizar desde la mesa directiva.

Desde su nueva posición, ¿cree que el presidente Duque por fin va a ceder para atenderlos personalmente?

Esperamos que sí, porque ese es uno de nuestros propósitos, especialmente interlocutar y construir con el Gobierno cómo vamos a ejecutar políticas públicas, programas tangibles que realmente les den una salida a las problemáticas que vivimos. Así como ya lo mencioné, visibilizar el avance del Acuerdo, si se está implementando en su integralidad, en su espíritu. Por ejemplo, a los PDET los están municipalizando, les están llevando la responsabilidad a los municipios cuando esta le compete directamente a la parte central del Gobierno.

¿Qué lectura hace de las permanentes críticas a la JEP y de los recientes señalamientos en contra de la Comisión de la Verdad?

Nosotros tenemos un Estado que se preparó toda la vida para la guerra. Se hizo un acuerdo muy importante para Colombia, pero ese Estado, desafortunadamente, no ha dado ese paso de la guerra a la paz, entonces no es raro escuchar este tipo de aseveraciones contra la JEP y la Comisión de la Verdad. Estas instituciones están cumpliendo sus funciones. Igual, no nos sorprenden este tipo de expresiones provenientes de personas que no se paran de sus escritorios para dar órdenes.

¿Cómo está el partido políticamente?

Poco a poco avanzando, en medio de grandes dificultades, y la principal de ellas, el asesinato de los militantes. Eso por supuesto nos generan temores e incertidumbres, pero asumimos el compromiso. Tenemos claro que este es un proyecto revolucionario a largo plazo, estamos sobre las bases firmes, construyendo unidad, en el interior del partido y fuera de este, para consolidar un gran bloque popular para pensarnos en un futuro en las elecciones.

Ya que habla de la unidad interna del partido, ¿es verdad que están divididos internamente con relación al liderazgo de Rodrigo Londoño?

No está pasando nada, hemos hecho reuniones, encuentros con los jefes de las áreas de reincorporación, así como cinco plenos desde la Dirección Nacional, y nos han manifestado el apoyo a la línea del partido, a las decisiones tomadas por el Consejo Político Nacional y a nuestro líder, Rodrigo. Por el contrario, hay compañeros que se creen parte del movimiento, pero salen a hacer críticas destructivas, cuando nosotros tenemos un mecanismo interno para este tipo de situaciones, mismo mecanismo que es (y ha sido) nuestra ética revolucionaria. Cuando se desconocen estos principios, causan mucho daño a los partidos.

¿Cómo va el proceso de denuncia de los asesinatos sistemáticos a los firmantes de la paz en la Corte Interamericana de Derechos Humanos?

Vamos avanzando. Ya hicimos una primera reunión donde expusimos la difícil situación que tenemos por cuenta de los asesinatos. Ellos escucharon muy atentamente, pero este no es un proceso rápido, en estos momentos estamos en recolección de datos para nuevamente hacer el trámite ante la Corte y esperar las resoluciones después de los análisis que den como resultado.

Por cuenta de estos asesinatos, ¿ha dudado volver a las armas?

No, en ningún momento. Pienso y estoy firmemente convencida de que lo mejor que hicimos fue firmar el Acuerdo. Sabíamos que nos íbamos a enfrentar a enormes dificultades, como la de los asesinatos, pero también contamos con mucho apoyo de organismos internacionales, como Naciones Unidas. Estamos trabajando para que Colombia llegue a un pacto político del no uso de la violencia ni el ejercicio de las armas en la política.

¿Qué impronta dejará de Manuel Marulanda en su vicepresidencia?

Trabajar por la paz de Colombia. Esa es la impronta de Manuel Marulanda que nos legó él y por eso mismo nos sentamos a conversar con el gobierno Juan Manuel Santos.

¿Cómo será la relación con el presidente del Senado, el cual ustedes criticaron por su situación judicial?

Primero, reconocemos su elección porque obtuvo las mayorías de votos. Aparte de los inconvenientes con la justicia, que él deberá de responder, tenemos una agenda y sobre esta trabajaremos de manera respetuosa y en equipo.

¿Están con la plena convicción de que les dará garantías a ustedes como oposición?

Eso lo vamos a ver en el desarrollo, además es un derecho que la bancada está presta siempre a reclamar.

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