
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El proceso de diálogos entre el Gobierno Petro y los antiguos jefes de grupos paramilitares dio un giro esta semana.
Como reveló Colombia+20 hace algunos días, la apertura de una mesa con los ‘exparas’ generó tensiones al interior de varias entidades, al punto de que no iba a ser liderada por la Oficina del Consejero Comisionado para la Paz (OCCP), como cualquier otro tablero de conversaciones, sino por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).
Sin embargo, fuentes cercanas al proceso le dijeron a este diario que en los últimos días, luego de discusiones en el alto gobierno (y algunos “jalones de orejas”), se decidió que sea la OCCP, en cabeza del comisionado Otty Patiño, la entidad que tome las riendas de esta mesa, que será de conversaciones (no de negociación).
Los diálogos fueron anunciados a inicios de mayo en un evento en Córdoba, al que asistieron excomandantes como Salvatore Mancuso, Carlos Mario Jiménez (Macaco), Rodrigo Tovar (Jorge 40), entre otros. Aunque hay no hay suficiente claridad, el objetivo central de la mesa sería dar cierre al proceso de Ralito, un acuerdo de palabra establecido en 2003, en el Gobierno de Álvaro Uribe, para dar inicio a la desmovilización de los paramilitares.
Le recomendamos: La pugna en Gobierno Petro por mesa de diálogo con exjefes paramilitares, que ya se abrió
Como evidencia del giro en el proceso, este miércoles se conoció un comunicado del Centro de Memoria, en el que toma distancia de los diálogos y dice que “bajo ninguna circunstancia el CNMH busca suplantar competencias de otras entidades de Gobierno, ni extralimitarse en sus funciones".
El llamado de atención que estaría detrás del cambio de liderazgo en el proceso
El pasado 3 de mayo, la directora del CNMH, María Gaitán, le dijo a este diario que “por su misionalidad, es el Centro de Memoria al que más le compete el proceso” con los antiguos comandantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y las Autodefensas Campesinas del Casanare.
El abogado Juan Carlos Villamizar, quien asesora a los ex-AUC en el proceso de cierre de Ralito, aseguró que el comisionado Otty Patiño había “despreciado” la mesa con los ‘exparas’, y que por eso “se decidió de común acuerdo” que la OCCP “participara como observadora y el tema estuviera liderado por el Centro de Memoria”.
Pese a que tras el evento de Córdoba se habló de “la instalación de una mesa de diálogos para el cierre del proceso de Ralito”, el tema se manejó con bajo perfil y sin mayor difusión a través de los canales de comunicación del Gobierno. No obstante, en las últimas semanas fue creciendo el ruido, hasta llegar a la Casa de Nariño.
Lea también: Esto acordaron, tras reunión, exparamilitares nombrados gestores de paz por Petro
También hubo algunas críticas entre los sectores cercanos a los procesos de memoria en el país, que alegaban que el CNMH no tenía competencias misionales para abrir ni liderar mesas de diálogo, especialmente de un proceso para el que se creó todo un sistema especial de justicia transicional (los tribunales de Justicia y Paz).
La instrucción final del presidente Gustavo Petro, dijo la fuente, fue continuar con el proceso, pero bajo el liderazgo de la Oficina del Consejero Comisionado para la Paz.
La orden del mandatario viene, al menos, desde octubre de 2024, cuando dijo, en un evento junto a Mancuso: “Podemos reactivar la mesa de paz porque el proceso no ha terminado (...) quedó interrumpido. Propongo instalar la mesa para finiquitar el proceso de paz que inició Uribe con ustedes, esta vez sin traición y sin miedo a la verdad”.
Dos meses de gavela para mostrar avances
Para avanzar en ese camino, el jefe de Estado firmó una resolución que extendió, por dos meses más, la designación de 16 excomandantes paramilitares como gestores de paz.
En contexto: Petro extiende gestoría de paz de 16 exjefes paramilitares; ¿por qué retiraron a dos?
La prórroga era indispensable para continuar con la mesa, toda vez que en los primeros seis meses de vigencia de las gestorías de los ‘exparas’ no se lograron avances concretos.
De hecho, solo hasta la primera semana de mayo, luego del evento en Montería, los antiguos jefes entregaron sus planes de trabajo para aportar en temas como la reparación de víctimas, el esclarecimiento de verdad y la búsqueda de personas desaparecidas.
La decisión de extender la designación como gestores por dos meses, y no por seis, obedecería al interés del Gobierno por filtrar quiénes sí tienen voluntad de avanzar en la mesa, por lo que es previsible que en el mes de julio se extiendan o retiren algunos de estos nombramientos.
¿Qué rol jugará, entonces, el CNMH?
En su reciente comunicado, el Centro de Memoria aclara que su rol en estas conversaciones se restringirá a entregar un documento.
“En el marco de su misionalidad, el CNMH está realizando un balance que busca saldar las deudas de verdad y memoria del proceso de Ralito que contribuya a la reparación de las víctimas. Este documento será entregado al señor presidente Gustavo Petro en diciembre de 2025 y hará parte de los más de 22 informes que desde el 2013 el CNMH ha realizado sobre el paramilitarismo en Colombia, a partir de más de 14.000 contribuciones a la verdad de desmovilizados de las 39 estructuras paramilitares”, dice el comunicado.
Le puede interesar: Alerta por vacío legal en Gobierno Petro que afectaría campaña electoral de curules de paz
Estos son los exparamilitares que participan en la mesa
Los exjefes a quienes les prorrogaron sus gestorías de paz son Salvatore Mancuso, Carlos Mario Jiménez (Macaco), Arnubio Triana Mahecha, Héctor Jose Buitrago Rodríguez, Ramiro Vanoy Murillo, Hernán Giraldo Serna, Luis Eduardo Cifuentes Galindo, Manuel de Jesús Pirabán, Juan Francisco Prada Márquez, José Baldomero Linares, Diego Fernando Murillo Bejarano, Rodrigo Tovar Pupo, Rodrigo Pérez Alzate, Fredy Rendón Herrera, Edwar Cobos Tellez y Héctor German Buitrago.
A Hébert Veloza García (HH) y Ramón Isaza se les retiró la designación. En el caso de Veloza, ya se sabía que había desistido de su rol de gestor de paz. Isaza, en cambio, no continuaría por complicaciones de salud (además, habría incidido la reciente muerte de su hijo Oliverio Isaza, ‘Terror’, cabecilla del Clan del Golfo abatido en marzo pasado).
