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“No hubo regaño del presidente, pero se deben coordinar los diálogos”: Gobernador de Nariño

Luis Alfonso Escobar habló sobre el diálogo regional que se realizó este sábado en Samaniego y que generó tensión en la mesa con el ELN.

Redacción Colombia +20
09 de marzo de 2024 - 10:58 p. m.
Luis Alfonso Escobar, gobernador de Nariño, habló de la paz total y los diálogos regionales con grupos armados.
Luis Alfonso Escobar, gobernador de Nariño, habló de la paz total y los diálogos regionales con grupos armados.
Foto: Alonso Cortes

Este sábado se realizó el primer encuentro regional en Nariño, una iniciativa que está impulsando el gobernador de ese departamento, Luis Alfonso Escobar para dar solución a la grave crisis de violencia que vive la región por cuenta de la presencia y disputa entre estructuras disidentes de las FARC y la guerrilla del ELN.

El anuncio de ese evento generó una fuerte tensión en la mesa de diálogos con el ELN porque, según dijo el mismo Gobernador, se esperaba la participación de Comuneros del Sur, una estructura que opera dentro del frente de guerra suroccidental Carlos Alberto Troches Zuleta (FGSO) con influencia en Nariño y Cauca. Finalmente, en el encuentro de este sábado no hubo representantes de Comuneros del Sur, como inicialmente lo había planteado Escobar, pero sí estuvieron comunidades del municipio de Samaniego, —donde hace presencia ese grupo—. Según la Gobernación, la idea era que la población lleve sus propuestas para las transformaciones territoriales necesarias.

El diálogo regional resultó con el anuncio de una “maqueta de paz”, con un inversión inicial de 237 mil millones de pesos, que se darán para cuatro componentes: Seguridad humana para la vida y la paz; transformación para la vida; transformación productiva para la paz y conectividad para la paz.

Sobre este evento habló Escobar con Colombia+20.

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¿Cuál fue el objetivo de ese diálogo territorial que comienza en Nariño?

El diálogo regional para la paz en el departamento es el diálogo con todos los actores sociales para transformar el territorio. Es el diálogo con indígenas, campesinos, personas de las JAC (Juntas de Acción Comunal), empresarios, políticos, la Iglesia, todos los que hacen parte del territorio, inclusive donde está el conflicto en su territorio.

¿Ese diálogo por qué no incluyó a los grupos armados?

Por ahora no incluyó a los grupos armados que está en la región, son actores que desestabilizan el territorio y a lo que se les invita es a que hagan parte de las transformaciones, pero no hacen parte de este diálogo regional. En el escenario del diálogo que lleva el Gobierno Nacional con el ELN esas son decisiones que tiene que tomar solo el Gobierno.

Ahora, si en el marco de estos diálogos regionales para la paz y el Gobierno nos da competencias para hablar de temas de transformación territorial con estos actores, lo podríamos hacer. Pero nunca para hablar de temas de dejación de armas, justicia transicional o asuntos políticos sobre los cuales nosotros no estamos interesados, sino en la transformación del territorio.

En el encuentro hay presencia de los tres niveles de gobierno asumiendo un compromiso de inversión que nunca se había visto. Además, de manera emblemática hacer el encuentro en un coliseo que albergó a comunidades desplazadas por más de ocho meses.

¿Hubo algún jalón de orejas, un llamado de atención del Alto Comisionado de Paz o del presidente Petro por esa tensión que se generó con el ELN por su propuesta de estos diálogos?

El gobierno departamental hace parte constitucional del Estado y lo que debemos hacer es coordinar con el Gobierno Nacional la búsqueda de la paz, cuya competencia está en cabeza del presidente. Lo que yo he hecho desde el Gobierno departamental es poner en evidencia de que en Nariño, a pesar de que hay cese al fuego con todos los actores, no hay paz. Entonces no puede haber regaño porque somos dos gobiernos. Lo que tenemos que hacer es ponernos de acuerdo en la coordinación de cómo se territorializa la paz.

El diálogo que he tenido con delegado del Alto Comisionado para la Paz, el representante del secretario general de Naciones Unidas, los delegados como Iván Cepeda o la misma jefa de la delegación, Vera Grabe, muestran que la apuesta que hemos planteado en Nariño tiene el respaldo del Gobierno nacional. Las aclaraciones que nosotros hemos hecho es que, en la medida en que sea posible, nosotros podemos escalar a un diálogo más allá de los actores sociales que hoy convocamos. Pero eso solo es posible, si el Gobierno Nacional lo define.

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¿La tensión en la mesa de diálogos por su propuesta provocó ese cambio? Porque inicialmente en sus pronunciamientos se había una intención de involucrar a grupos armados

No hay cambio para hablar de los temas de transformación territorial, pero sin la presencia de la delegación del Gobierno (en el proceso de paz con el ELN) no lo podemos hacer. Es decir, cuando nosotros hicimos el anuncio, lo hicimos con la intención de hablar con estos actores, pero cuando haya posibilidades de hacerlo. Mientras eso ocurre, vamos a hablar con todos los actores sociales del territorio, de tal forma que las inversiones públicas en agua potable, saneamiento básico, educación, vías que muestren la presencia Integral del Estado y por supuesto diluyan la presencia de estos actores en el territorio.

En su momento el frente Comuneros del Sur del ELN pidió pista en la paz total y se esperaba que ese grupo hiciera parte de ese encuentro, ¿qué pasó con eso?

Sí, el frente se pronunció en favor de los diálogos regionales de paz y en su voluntad de avanzar como grupo en la sustitución de las economías ilegalizadas tanto de la coca como de la minería ilegal. Por supuesto, ese pronunciamiento lo recibimos de manera positiva. Sin embargo, mientras no tengamos la presencia de la delegación del Gobierno Nacional para hacer ese tipo de encuentros, orientados a la transformación de los territorios, no haremos ese diálogo. No tenemos la competencia constitucional.

¿Es un objetivo suyo sentarse en algún momento con alguno de los voceros de estos grupos, no solo del ELN, sino de las disidencias Segunda Marquetalia o del Estado Mayor Central (EMC) para poner sobre la mesa esas transformaciones?

Sí, la Segunda Marquetalia y el EMC han manifestado su voluntad para participar en estos diálogos para la transformación territorial. Para nosotros sería muy conveniente, no con el sentido de que se determinen las inversiones con ellos, sino de escucharlos y generar las condiciones de seguridad que nos permitan a los actores institucionales tener esa incidencia del territorio. Es que aún hay dificultades porque, si bien hay un cese al fuego a nivel nacional, en el territorio ese alto al fuego no opera porque estos actores del conflicto siguen enfrentándose entre ellos y eso ha generado esta crisis humanitaria que hoy estamos viviendo en zonas como la costa pacífica y la cordillera.

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Nariño es históricamente uno de los más afectados por el conflicto Y en los últimos años además ha sufrido el recrudecimiento de la violencia y disputas territoriales muy fuertes. ¿Ese es el antecedente para que ustedes propongan esta nueva forma de sentarse y conversar con todos esos actores?

Hay que darle el poder a la ciudadanía. Hay que darles poder a las organizaciones campesinas que con ellas mismas vamos a acelerar la inversión del Gobierno Nacional y departamental para que esas transformaciones sean fruto del trabajo mismo de las comunidades. Creo que empezar a hacer convenios solidarios con ellos para poder arreglar sus vías, los colegios, los puestos de salud y tener mecanismos de seguimiento a las obras que vamos a hacer. Creo que es lo novedoso en esto. Pasamos de las decisiones de los gobiernos centrales nacionales, que nunca han operado en el territorio, a unas decisiones en las que nos articulamos de Gobierno Nacional Departamental y las comunidades de la guerra en su territorio para que juntos con ellos transformemos. Por eso pensamos que los actores armados no pueden impedir esto porque en la esencia de quién toma las decisiones están las comunidades.

¿Por qué hacerlo en Samaniego?

En todo el departamento de Nariño tenemos una gran tradición alrededor de la movilización por la paz, una paz que nos ha sido negada por fuerzas extrañas a nuestro territorio y que se disputan el control. Samaniego ha tenido liderazgos sociales que siempre han movilizado alrededor de la paz.

Hay ocho zonas de paz, la primera que se instala con unos diálogos regionales es en Nariño.

Nariño fue uno de los departamentos que más apoyó la elección del presidente Petro y en buena medida fue por ese deseo de consolidar la paz territorial allá. ¿Qué dicen las comunidades sobre esta ola de violencia ya tras dos años de la llegada de Petro al poder?

El único gobierno departamental del Pacto Histórico es el que eligió a Luis Alfonso Escobar como gobernador del departamento de Nariño. Eso nos pone en sintonía con un Gobierno que quiera hacer la paz total y que viene heredando unos acuerdos que fueron hechos trizas en el gobierno anterior. La apuesta que está haciendo el presidente Petro por la paz en nuestro departamento en nuestro país no solo debe hacerse sobre la vía de los diálogos nacionales, sino de materializar o territorializar esa paz. Eso es lo que esperan los nariñenses, pero requieren ver esas inversiones.

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