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El proyecto de sometimiento de las estructuras armadas en el país que radicó ayer el ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, levantó críticas y pronunciamientos desde diferentes sectores sociales y políticos.
Este fin de semana el expresidente Juan Manuel Santos, uno de los arquitectos del Acuerdo de Paz con las FARC, en entrevista con Colombia+20 se refirió al documento y señaló que se trata de un proceso sin claridad jurídica ni política, que además arriesga desviar el foco de la implementación del Acuerdo de 2016.
Ante las críticas, el ministro Montealegre, en rueda de prensa, defendió su proyecto y explicó que con los acuerdos que se firmaron en La Habana no se terminaron las negociaciones de paz.
“Han surgido críticas bastante interesantes de sectores muy respetables del país que consideran que con las negociaciones de La Habana se cierran todas las oportunidades de justicia transicional en Colombia. El gobierno nacional y este ministerio no comparte esas respetables interpretaciones”, dijo.
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El proyecto que busca someter a las bandas criminales y a estructuras armadas como el Clan del Golfo, también incluirá un nuevo esquema de “segundas oportunidades” para personas excluidas de anteriores procesos como Justicia y Paz o la Jurisdicción Especial para la Paz.
Frente a esta premisa, el expresidente Santos se pronunció en entrevista con este diario, pues ese punto del proyecto también podría cobijar a desertores del proceso con las FARC, aunque el Acuerdo de Paz dejó sentada una restricción.
“Los reincidentes no pueden volver a tener los beneficios de una justicia transicional y ese acto legislativo sigue vigente. Es que el error fue haberse metido en un proceso sin haberlo planeado, sin rigor ni método. Ese ha sido el error desde el comienzo y sigue vigente, infortunadamente”, dijo Santos en entrevista.
Al respecto, el ministro Montealegre explicó que esas normas a las que hace referencia el Acuerdo de Paz, no son normas para todos los procesos de negociación. “Sería absolutamente inconstitucional una norma que dijera que se cierra toda posibilidad de buscar salidas negociadas al conflicto armado”, señaló.
Dentro de las críticas, el expresidente Santos también contempló el tema de la justicia transicional que podría ser aplicada a grupos considerados “no políticos” como el Clan del Golfo.
“La comunidad internacional no acepta que se aplique una justicia transicional como la que se aplicó, por ejemplo, con las FARC, a un grupo delincuencial como es el Clan del Golfo. Eso requiere un marco jurídico de sometimiento a la justicia, no de negociación, como si fuera un grupo político. Lo que muchos no han entendido es que el conflicto armado en Colombia -y así lo ve la comunidad internacional-, terminó con la negociación que se hizo con las FARC. Los grupos que quedaron son considerados grupos criminales, a los que no se les puede atribuir intención política, y por eso el régimen que se les aplica es un régimen de justicia final y sometimiento a la justicia", dijo el exmandatario.
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Precisamente, uno de los pilares del proyecto es que no se creará una nueva jurisdicción especial, como ocurrió con la JEP tras el Acuerdo de Paz con las antiguas FARC. En su lugar, el Gobierno propone que los procesos para grupos como el Clan del Golfo sean tramitados por la Fiscalía General de la Nación, particularmente a través de la Dirección Especializada de Justicia Transicional, una unidad creada en 2013 durante la gestión del propio Montealegre como fiscal.
“Sería absolutamente violatorio del modelo constitucional nuestro, que tiene uno de sus ejes centrales el derecho fundamental a la paz, sostener que no pueden haber nuevas justicias transicionales en Colombia”, señaló el ministro y agregó que con los acuerdos de la Habana “no se botó la llave de la paz”.
“Debemos entender que los acuerdos de La Habana no están escritos en piedra, no pueden fosilizar futuras negociaciones de los conflictos armados en Colombia (...) Son muy respetables los criterios de Juan Manuel Santos, valoro todo el trabajo que ha hecho por la paz, se ganó merecidamente el premio Nobel de la paz, pero los pactos de La Habana no son el fin de la historia. Yo le diría al presidente Juan Manuel Santos, le recordaría la frase de “quien no esté dispuesto a cambiar lo castiga la historia”, concluyó.
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