La Tienda de La Empatía nació a finales de julio, en medio de la emergencia sanitaria por el COVID-19 en Colombia. La cuarentena ya iba por los cuatro meses y algunas organizaciones de víctimas del conflicto armado seguían buscando la manera de sostenerse económicamente. Era el caso de la Tejedoras de Mampuján, un grupo de mujeres desplazadas por la violencia en la región de los Montes de María (Bolívar) que se unieron desde 2004 para tejer sobre sus tragedias.
Muchas de ellas se encontraban en una situación económica difícil por la cuarentena, así que decidieron transformar su experiencia en la costura de telares para crear tapabocas bordados y venderlos. “Las bocas se cubren, pero los sueños no. Porque las tragedias pasan, pero la memoria queda. Porque mientras nos queden nuestras manos tejedoras, lucharemos para que los colores de la vida se impongan contra la muerte”, señalan en sus productos.
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Estos tapabocas son escenas de mujeres bailando bullerengue, montadas en burro, sembrando o pescando y los podrán encontrar en la página https://www.latiendadelaempatia.com/ por un valor de $35.000 cada uno.
Claudia García, una de las fundadoras de la tienda y directora de la empresa La Empatía, que trabaja en desarrollo comunitario con varias organizaciones víctimas de la violencia, asegura que a raíz de la iniciativa de estas mujeres decidieron apoyarlas con un plataforma virtual para que vendieran sus tapabocas en todo el país: “Montando la plataforma electrónica nos dimos cuenta que era muy complejo para una organización como ellas encargarse de las ventas virtuales porque ya implica la factura en línea, pagar IVA, los envíos…muchos formalismos que para organizaciones que aún son pequeñas es complejo”.
De esta manera inició la tienda virtual, con los tapabocas de las Tejedoras de Mampuján y otros productos de organizaciones con las que ya trabajaban años atrás, aunque, añade Claudia, la idea es ampliar el número de colectivos que quieran vender sus productos en la tienda.
Algunos de esos artículos fueron las hamadoras, una combinación entre hamacas y mecedoras hechas por la Asociación de Soldadores de Hamadoras y Estructuras Metálicas de El Salado (también en los Montes de María) – Hamaescol. El diseño fue donado a la comunidad de este municipio por el arquitecto Simon Hosie para dotar su casa de cultura y se convirtieran en una generación de ingresos para los habitantes. Sus precios están entre los $280.000 y los $650.000.
“Compramos a las organizaciones son sus precios de venta y a eso le sumamos lo del IVA, el ICA y otros temas financieros que están alrededor del 30% del sobrecosto. Todas las ganancias de este proyectos se van en costos, no hay utilidades. Y nuestra idea no es ser el único canal de comercialización sino que abra puertas para que más personas y empresas los acompañen”, explica Claudia. Agrega que estas comunidades no sólo necesitan un acompañamiento en la comercialización sino también en la generación de marcas o en el diseño de empaques.
Lo que inició como un piloto con las Tejedoras de Mampuján ha tenido gran acogida en un solo mes: tan sólo agosto realizaron alrededor de 600 transacciones que beneficiaron a estas organizaciones. Esta respuesta también ha permitido que otras organizaciones se quieran sumar. Esta semana, por ejemplo, la Tienda de La Empatía comenzará a comercializar el Café de la Serranía del Perijá, hecho por una asociación de madres cabezas de hogar en La Guajira.
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Otros de los productos son los retes artesanales hechos a partir de materiales reciclables, creados por la Asociación de Tejedoras de El Salado, que nació en 2012 como parte de la reconstrucción de este corregimiento afectado por la masacre de paramilitares en el año 2000. También está el tabaco, elaborado también por la Asociación de mujeres productoras de tabaco de El Salado (Asoprosal) y la miel orgánica de la Asociación de jóvenes productores (Asojopros), también de El Salado o que la producen excombatientes en Anorí (Antioquia).
Del Putumayo venden la pimienta Mikhuna, cultivada por familias indígenas, negras y mujeres cabezas de hogar del Valle del Guamuez y que surge dentro del programa de sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito de la coca. “Para nosotros la paz es la posibilidad de poder trabajar sin hacerle daño a nadie. Para nosotros la paz es nuestra pimienta”, dicen.
También están los tambores tradicionales de San Basilio de Palenque, conocido precisamente por su Festival anual de Tambores. Y desde la Sierra Nevada de Santa Marta encontrarán las mochilas de los pueblos kakuamo y arhuaco. Sus figuras plasman la flora y la fauna de esta región así como la cosmogonía de estos pueblos indígenas.
Todos los productos los podrá comprar de forma virtual desde cualquier parte del país y a través de cualquier forma de pago. / https://www.latiendadelaempatia.com/