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A las 8:30 a.m. está fijada la reunión entre la alcaldía de Barranquilla y los organizadores del Carnaval en la que se definirán las medidas a tomar con respecto a las fiestas, ante el pico de contagios que atraviesa el país por cuenta de la variante ómicron.
Sobre la mesa están la posibilidad de que las carnestolendas ya no se realicen entre el 26 de febrero y el 1 de marzo, sino que las fiestas sean aplazadas para abril, con el fin de evitar situaciones como el alto número de contagios que se presentó tras la celebración de la Feria de Cali.
El pasado 11 de enero, el alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, canceló todas las actividades masivas de precarnaval, así como la Lectura de Bando, que se reprogramó para febrero, ante el aumento de casos y previendo que la cuarta ola podría extenderse hasta la primera semana de febrero.
“Tenemos la infraestructura de UCI (unidades de cuidados intensivos) que no teníamos, porque en dos años duplicamos la capacidad que el sistema instaló en tres décadas. Y luego poseemos un mayor conocimiento del virus y, por tanto, mejores elementos para actuar. Este conocimiento no está reservado solo al equipo de gobierno: el personal de la salud, que va a cumplir ya dos años en esta brega, sabe, mejor que antes, cómo prevenir y enfrentar el riesgo”, señaló en ese momento el mandatario.