Un insólito hecho de intolerancia ocurrió en Baranoa (Atlántico), municipio en el que hay toque de queda y ley seca desde el pasado viernes 8 de enero para intentar reducir la propagación del COVID-19. (Lee también: Continúan las fiestas clandestinas: autoridades encontraron una en Chapinero)
Todo comenzó cuando un hombre se encontraba tomando cerveza en una tienda del municipio. Y antes de que empezaran a regir las restricciones, el propietario del establecimiento le pidió al ciudadano pagar la cuenta y retirarse del lugar. Sin embargo, el sujeto reaccionó de forma violenta a la petición del comerciante.
“Se molestó y comenzó a partir sillas y a decir que él era venezolano y que podía matar al que él quisiera. Al fin se calmó y se fue, pero en la madrugada regresó, roció gasolina y prendió el lugar. Nos dejó en la calle”, dijo el propietario de la tienda, Alberto Carmona, en BLU Radio.
La Policía informó que el hombre ya fue identificado y ya inició con la investigación, revisando las cámaras de seguridad del lugar, para dar con su paradero. De hecho, quedó registrado en video el momento cuando compró el combustible en una estación cercana.
Además, según las autoridades, se trataría de un individuo conocido por los habitantes del sector.
No ha sido la única noticia sobre violaciones a las restricciones que se han dado en los últimos días: en Barranquilla la Policía descubrió que el cirujano Marcos Petro realizó una fiesta con decenas de invitados y reconocidos artistas; y en Bogotá se descubrió una fiesta clandestina con más de 30 personas, entre ellas menores de edad.