Una denuncia penal interpuesta el pasado miércoles en Atlántico puso al descubierto lo que la justicia parecía ignorar: que Levith Rúa Rodríguez, expolicía destituido por delitos sexuales, condenado por violar a una joven en Valledupar y señalado de intentar abusar de otra cuando obtuvo un permiso de 72 horas estando preso, sería un violador serial. La adolescente llegó el 13 de diciembre a la Unidad de Reacción Inmediata de la Fiscalía, acompañada de su padre, para contar el horror que había vivido por cuenta del exuniformado. (Lea aquí: Expolicía investigado por crimen de estudiante del Sena sería un violador en serie)
El diario El Heraldo reveló el relato que hizo la joven ante una psicóloga forense del CTI. Según informó el medio local, ella narró que todo empezó en el barrio Ciudadela 20 de julio, donde Rúa la intimidó con un arma de fuego para llevarla finalmente a un cambuche en una zona alejada, donde abusó sexualmente de ella. (Lea aquí: Hallan decapitada a estudiante del Sena desaparecida hace tres semanas)
“Yo estaba a las 9:00 de la mañana sentada en la puerta de una peluquería, propiedad de una tía. Esperaba a que ella abriera el negocio. En ese momento se me acercó el hombre (Levith Rúa) de tez clara. Este sacó un revólver brillante de un bolso negro y amenazó con matarme si no lo acompañaba. Caminamos hasta el centro comercial Metropolitano y nos montamos en un carro negro”, contó la menor a las autoridades.
En ese vehículo la condujo a una trocha en la Sexta Entrada, en Malambo. Hasta las 2p.m. permaneció allí retenida. “Me lleva a lugar bien elaborado, con muebles, había botellas de agua, toallas de tela, toallas sanitarias usadas, condones usados, ropa interior femenina y masculina, toda tirada en el piso… Después sacó un cuchillo del mismo bolso negro donde tenía el revólver, me lo puso cerca y me dijo que si gritaba o lloraba, me mataba…Así me obligó a quitarme la ropa…”, agregó la denunciante, a quien Rúa habría violado en varias oportunidades.
Levith Rúa Rodríguez salió de prisión en mayo de este año, tras purgar una condena de 14 años por acceso carnal violento. / Foto: El Heraldo
La joven agregó que el expolicía le robó su celular y luego le dio $2.000 para que pagara el pasaje del bus y regresara a su casa. Pero un detalle (sus tatuajes) permitió que las autoridades ataran cabos y llegaran a vincular al caso de violación a Rúa, quien ya estaba en la mira como sospechoso de la desaparición de la estudiante del Sena Gabriela Romero Cabarcas.
La víctima contó que su victimario tenía unos tatuajes en los brazos que decían: Mateo y Sara Valentina, y uno más en el pecho con dos alas de ángeles. El fiscal le mostró a la joven una foto de Rúa, y ella inmediatamente lo identificó. Los casos de la joven venezolana y la de la estudiante desaparecida coincidieron entonces en el mismo supuesto agresor.
Gabriela Romero Cabarcas estaba desaparecida hacía tres semanas. Su familia la vio por última vez cuando salió a un centro comercial para una cita donde concretaría una oferta de trabajo. Días después, su hermano se percató que Gabriela había dejado su cuenta de Facebook abierta en el celular de su papá. Se dieron cuenta que había conversado con Rúa y que con él era la cita. Le había ofrecido trabajar como niñera en una finca de Malambo.
Tras la denuncia del miércoles, los investigadores encontraron el cambuche descrito por la víctima y a unos metros hallaron el cuerpo sin cabeza de Romero. Ese día la Fiscalía le imputó cargos a Rúa por el caso de la venezolana: acceso carnal violento, secuestro agravado y hurto agravado. No los aceptó, pero aceptó ante un defensor público que sí mató a la estudiante del Sena. Se espera que este lunes le sean imputados cargos por el crimen de Romero: desaparición forzada y homicidio agravado. El ente investigador está a la espera de que Medicina Legal determine sí también fue víctima de violación, con lo que sumaría otro delito.
No es la primera vez que Levith Aldemar Rúa Rodríguez llega a los estrados judiciales acusado por delitos sexuales. En 2010 perdió su puesto como uniformado de la Policía cuando fue condenado por violar a una joven en Valledupar, Cesar. La mujer quedó afectada física, moral y sexualmente, informó este sábado la Fiscalía. Aunque fue sentenciado con una pena de 14 años, logró quedar en libertad hace seis meses.
Desde entonces, según el ente investigador, se ha dedicado a “afectar” a mujeres de entre 15 y 18 años en la Costa Atlántica, a violarlas. La directora de la Fiscalía en Barranquilla, Ángela Bedoya, señaló que podría tratarse de un violador en serie involucrado en por lo menos 10 casos. Se han recogido más testimonios de víctimas, que se espera sean incluidos en la investigación. La funcionaria agregó incluso que el hombre, estando en el sistema penitenciario, usó un permiso de 72 horas para “afectar” a una niña en Ponedera. “La maltrató, la golpeó brutalmente, le quebró la mandíbula en tres partes y le tumbó varios dientes”, agregó Bedoya.
El Heraldo dio a conocer también el testimonio de una de las víctimas de Ponedera: Karla Cantillo Hernández, quien denunció el hecho, pero aseguró que las autoridades no hicieron nada por hacer justicia. Su drama ocurrió el 1 de enero. La joven de 19 años estaba de fiesta con sus amigas. Rúa la abordó cuando fue al baño, la agarró por el cuello y le dijo: “qué estás comiendo que estás tan bonita”. Luego la llevó a una zona alejada.
No alcanzó a ser abusada porque un hombre llegó y gritó: ¿qué pasa ahí? Rúa salió corriendo y se voló por una pared. “Si él no llega, me mata. Estoy segura”, agregó la víctima.
Las acusaciones contra Levith Aldemar Rúa Rodríguez, a quien la prensa local ha llamado la "bestia del matadero", recuerdan el caso del condenado Fredy Armando Valencia, también llamado ‘Monstruo de Monserrate’. El sujeto mató a por lo menos nueve mujeres en un cambuche en los cerros de Bogotá. Valencia ofrecía dinero, ropa y comida a mujeres habitantes de la calle a cambio de favores sexuales y cuando estas se negaban las mataba. Sus cuerpos eran enterrados en bolsas negras en el cerro de Monserrate.