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La imagen del elefante africano Tantor, que se encuentra en el zoológico de Barranquilla, y que estaría en un espacio muy reducido, causó indignación en redes sociales y entre animalistas que enviaron un derecho de petición a la institución con el fin de conocer el estado de salud del animal que en los años 80 perteneció a los hermanos Ochoa.
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En respuesta, el Zoológico de Barranquilla señaló que desde hace 31 años se han encargado del animal, que se estima tiene aproximadamente 50 años. “El zoológico ha realizado innumerables esfuerzos para que el elefante reciba todos los cuidados especializados necesarios para garantizar su salud y bienestar, incluyendo el acompañamiento de un equipo de expertos en fauna silvestre, conformado por veterinarios, biólogos, zootecnistas y cuidadores”.
Así como alzamos la voz por el Toro en Corralejas, también quiero que compartamos este caso. Este es el Zoológico de Barranquilla y en estas condiciones tienen a este elefante. Esto también debería ser considerado crueldad animal. @alcaldiabquilla pic.twitter.com/KS6nY3JS0B
— Adriana Solano (@adrianasolano29) June 28, 2022
Sumado a esto, señalaron que la Fundación Botánica y Zoológica de Barranquilla destina al año alrededor de $1.500 millones en la conservación de 130 especies que se encuentran en el lugar, de los cuales $100 millones se usan exclusivamente para la alimentación del elefante Tantor.
Por último, indicaron que en trabajo con la alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico se viene trabajando en la reubicación del Zoológico, a un espacio más grande para los animales. “Para ello, ya se cuenta con investigaciones de mercado, un concepto de diseño, un predio seleccionado y una firma internacional escogida para realizar el plan maestro arquitectónico, lo cual ratifica el compromiso de nuestra BiodiverCiudad con el bienestar animal y la conservación de la biodiversidad”, indicaron en comunicado.
Tantor llegó al Zoológico de Barranquilla en 1991, luego de que la Dirección Nacional de Estupefacientes lo rescató en una finca en Repelón (Atlántico), que era de Los Hermanos Ochoa, narcotraficantes del Cartel de Medellín en los años 80.
En 2012, el animal fue operado por un grupo de especialistas de Estados Unidos, quienes lo atendieron por una afección en uno de sus colmillos, lo que requirió una intervención en la que participó un equipo de 30 personas entre veterinarios, biólogos y técnicos.
Mientras que en 2017, por una fractura en el colmillo derecho, se hizo una campaña con el propósito de recolectar los $25 millones, para completar los $270 millones, que valía la operación en la que nuevamente participaron decenas de expertos.