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Las lluvias de las últimas semanas en Cali han generado alertas entre la ciudadanía y las autoridades. Después de fuertes precipitaciones, el pasado 31 de marzo el alcalde de la ciudad, Jorge Iván Ospina, compartió un video alertando sobre la creciente del río Cauca en la vía al aeropuerto, en el que aseguraba que todas las capacidades de la ciudad estaban en alerta. Barrios del norte y el oeste de la ciudad fueron los más afectados, y videos grabados por habitantes de la zona mostraron motocicletas arrasadas por la fuerza de las aguas que inundaron varias viviendas.
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La calamidad pública fue declarada en la capital vallecaucana a principios de marzo. De acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Gestión de Riesgo del Desastre de la ciudad, quedan aproximadamente 32 días de emergencia latente, es decir, que hay alta posibilidad de movimientos en masa o inundaciones.
A pesar de la alarma que esto puede generar entre los caleños, Hernando Devia, ingeniero operativo de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), indica que “las lluvias en el casco urbano de Cali no son muy preocupantes, porque esas precipitaciones las asimila fácilmente el río Cauca”. En cambio, cuando llueve fuertemente en ríos como el Jamundí, Timba, Claro o Desbaratado, sí hay más razones de preocupación, por que se pueden incrementar los caudales.
Además de esto, el reforzamiento reciente del jarillón de Cali, la barrera construida en 1962 por la CVC para proteger la zona oriental de Cali de inundaciones, es una garantía más para el casco urbano de la ciudad. Sin embargo, son las familias que están asentadas entre el río Cauca y el jarillón quienes están expuestas a un riesgo más alto. Esta es una zona de alto riesgo no mitigable.
Puede haber varias razones para la permanencia de estas personas ahí, indica Devia. Una es que algunos llegaron después de que se realizó el censo entre 2013 y 2014, para establecer quiénes podrían ser los beneficiados para ser reasentados. No obstante, hay personas que se sienten seguras en la zona. “La interpretación que ellos tienen de las crecientes y las inundaciones es que no les afectan porque han vivido muchos años ahí y porque el río Cauca no es de crecientes súbitas, sino que anuncia su crecimiento”, explica el ingeniero Devia.
La Secretaría de Gestión del Riesgo de Desastres de la ciudad ha utilizado este conocimiento de las comunidades que viven cerca del río y pueden detectar sus cambios como insumo para el Sistema de Alertas Tempranas Inteligentes y Comunitarias. “Hemos descubierto que quienes saben más sobre el río Cauca son quienes viven a su lado, así que el sistema de alerta funciona por medio de radioteléfonos en donde se puede alertar sobre cualquier situación”, manifestó Rodrigo Zamorano, secretario de Gestión del Riesgo.
Ante una posible creciente del río, la CVC indica que el afluente se desbordaría hacia franjas llamadas llanuras de inundabilidad, que son lugares que se deben dejar desocupados por eso mismo. Aunque está creciendo, el río Cauca está un metro y medio por debajo de su nivel máximo. La Alcaldía de Cali indicó que monitorea la situación de los habitantes del jarillón en sectores como Brisas del Cauca, Puerto Nuevo, Playa Renaciente, La Playita, Navarro y Floralia.
Ante este panorama, las autoridades iniciaron obras en las zonas de ladera y en puntos en donde, potencialmente, se puedan salvar más vidas. Rodrigo Zamorano, secretario de Gestión de Riesgo de la capital vallecaucauna, aseguró que se considera que todas las áreas de la ciudad podrían enfrentar algún tipo de emergencia, y que el mensaje principal a la ciudadanía es que dispongan de la basura de forma correcta. “La mitad de las inundaciones se producen por la mala disposición de estas. Si las personas tiran sus desechos en la calle, obstruyen los canales de desagüe y provocan inundaciones”, explicó el funcionario.
Con la llegada del fenómeno de La Niña, que ocurrirá con un 90 % de probabilidad, la ciudad se podría ver enfrentada a un panorama “muy complicado”, advirtió Zamorano.
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¿Cuáles son los avances en las obras del jarillón de Cali?
El pasado 6 de abril se hizo entrega de más de 11,16 kilómetros reforzados del jarillón, a lo largo de las comunas 7, 6, 15 y 21. De los 26,1 kilómetros de dique que forman parte del proyecto, a la fecha se han reforzado 23 kilómetros.
“Nos hacen falta 3 kilómetros, 2,5 de ellos correspondientes a la zona de Floralia y Comfenalco, donde esperamos iniciar obras en las próximos semanas, y 500 metros, correspondientes a la zona del Consejo Comunitario de Playa Renaciente, con quienes estamos adelantando el proceso de consulta previa y donde esperamos empezar obras en lo que queda del año”, indicó Eli Schnaider, gerente del proyecto del jarillón, quien añadió que esperan acabar todas las obras antes de diciembre de 2023.
En una entrevista con El Espectador, en noviembre del año pasado, el gerente había señalado que una gran parte de la dificultad con respecto al avance del proyecto había sido la concertación con las comunidades asentadas en el dique. “Por ello, determinamos que las familias se irán del jarillón cuando las viviendas estén disponibles”, explicó. El Fondo de Adaptación indicó, además, que a la fecha se han entregado 3.500 viviendas y antes de que finalice el año 400 más. La licitación por 800 adicionales está próxima a abrirse, agregó la entidad.
Después de la firma del convenio para la realización del proyecto del jarillón en 2015, el Fondo de Adaptación quedó a cargo del grueso de la financiación y de los proyectos de vivienda, mientras que a la Alcaldía de Cali le correspondió la reubicación de 8.777 familias.
