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En septiembre de 2017, el papa Francisco estuvo por seis días en el país, en los que participó de diferentes actividades en Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena. Durante estos días, varios hechos llamaron la atención nacional como el golpe que sufrió en el papamóvil en sumo pontífice y que le dejó un morado en la cara justo el último día de su gira.
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El hecho también llamó la atención del mundo, debido a que varios días después de su regreso al Vaticano, Jorge Mario Bergoglio mantuvo el ojo morado, así como una lesión sobre su ceja, como consecuencia del golpe, pero, ¿qué fue lo que pasó?
En su recorrido por la ciudad de Cartagena, el sumo pontífice era trasladado en el papamóvil al popular barrio San Francisco, en donde se encontraría la lideresa Lorenza Pérez, una mujer de 77 años que para ese momento se dedicaba a alimentar a niños vulnerables.
En el camino, en su intento por saludar a un niño, el papa se golpeó contra una baranda del vehículo, luego de que el conductor se detuvo intempestivamente en el camino. Aunque varias de las personas que lo acompañaban lo rodearon, el religioso se limitó a tocarse la herida y pidió que siguieran el recorrido previsto.
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A quienes los seguían les pidió que no llamaran médicos, sino que lo atendieran en la casa de a mujer que visitaría. De eso, Lorenza recordó en el documental Francisco de RTVC que “con la toalla lo secaron, porque tenía mucho sudor. Coloraron un hielo a la toalla y se lo pusieron en el pómulo y después me pidieron agua oxigenada, pero yo no tenía, entonces le pusimos un pedazo de esparadrapo antialérgico”.
El papa no paró, después de salir de la casa de Lorenza estuvo en la glorieta de Bazurto, en la casa santuario de San Pedro Claver, donde rezó el Ángelus y, subió a un helicóptero, para bendecir la figura de la Virgen del Carmen sobre la bahía de Cartagena. Finalmente, Francisco presidió la última misa campal en Cotecar para regresar al Vaticano.
“Luego de que sufriera el accidente en el papamóvil y llegara a la plaza de San Pedro Clavel le preguntábamos cómo se sentía y nos dijo que golpeado, pero contento de esta experiencia, con un ánimo. Tenía la sotana con sangre, pero era un hombre que a pesar de estar golpeado tenía la alegría de haberse encontrado con la gente. Ni siquiera en el momento de partida a Roma, que tenía el ojo más inflamado, mostró incomodidad. Siempre estaba feliz, era un hombre esperanzador y alegre en medio de todo”, dijo a El Espectador monseñor Juan Álvaro Zapata, quien hizo parte del equipo del Episcopado que organizó la visita del papa.
Francisco murió a los 88 años en la madrugada de este lunes, 21 de abril, luego de una breve aparición en la plaza de San Pedro del Vaticano para celebrar la Pascua. El sumo pontífice venía de pasar 38 días en un hospital de Roma a causa de una neumonía bilateral, de la que había sido dado de alta el 23 de marzo.