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La crianza indígena mantuvo con vida a los cuatro niños en la selva del Guaviare

Los cuatro niños desaparecidos en la selva entre Caquetá y Guaviare, tras el accidente de una aeronave, lograron sobrevivir pese a las difíciles condiciones que incluían de falta de alimentos. Pero familiares y personas en la zona dicen que fue clave la formación que han tenido desde que eran más pequeños.

Mónica Rivera Rueda
11 de junio de 2023 - 02:00 a. m.
La razón por la que los niños sobrevivieron, aparte de su valentía, es esta: la avioneta cayó de nariz, y como ellos venían atrás salieron ilesos.
La razón por la que los niños sobrevivieron, aparte de su valentía, es esta: la avioneta cayó de nariz, y como ellos venían atrás salieron ilesos.
Foto: EFE/Ejército de Colombia - Ejército de Colombia

Hay una certeza, y es que hallar con vida a cualquiera de los cuatro niños desaparecidos en la selva de Caquetá iba a ser un milagro. El viernes esto se cumplió. Mientras desde el Puesto de Mando Unificado (PMU) se ponía en marcha el operativo, que ya estaba listo, para trasladar y atender a los cuatro menores, con la familia materna de los niños uitotos se comunicó Henry Guerrero, uno de los indígenas que desde el principio acompañó la búsqueda y que desde un teléfono satelital confirmó lo que ya se había dicho: los cuatro están vivos.

Esta vez sí fue verdad. Los cuatro niños, de 13, 9 y 4 años, junto al bebé de 11 meses, que alcanzó a cumplir el año en medio de la selva, fueron encontrados vivos, como más tarde lo confirmaron imágenes del Ejército y Presidencia que dieron cuenta de su estado. Delgados y con la ropa húmeda, se ve claramente a los cuatro menores de edad atendidos por comandos de las Fuerzas Militares, que junto a indígenas voluntarios de diferentes comunidades completaron 35 días de búsqueda terrestre.

Las condiciones no eran fáciles. La búsqueda de los niños se intensificó el día que fue encontrada la aeronave desaparecida, en medio de la selva virgen de Solano, en Caquetá. En el mismo lugar fueron hallados los cuerpos de los tres adultos: el piloto Hernán Murcia, el líder Herman Mendoza y Magdalena Mucutuy, madre de los menores de edad, así como pistas (un cambuche y la pañalera abierta) que daban cuenta de que los cuatro niños seguían con vida.

Un reciente informe preliminar del accidente publicado por la Aerocivil reveló que la aeronave cayó en picada a tierra, que por las condiciones en que fue encontrada y el estado de los cuerpos, los tres adultos que iban adelante tuvieron heridas mortales, pero el hallazgo de las sillas casi intactas donde se tenía certeza que iban los niños más grandes daban más esperanzas de que hubieran ido a buscar una salida de la selva.

“La evidencia disponible preliminar indica que, probablemente, una posible evacuación de la aeronave se realizó por la parte frontal izquierda, a través de la puerta de la posición del piloto al mando”, indica el informe.

A la ilusión se sumó una falsa esperanza de que los niños habían aparecido. Un error de comunicación llevó hasta el presidente Petro a caer en el error, por lo que luego de rectificar se intensificó la búsqueda y con ello el hallazgo de nuevos rastros con los que podían intuir que estaban cerca de encontrarlos.

Aunque aún no se conocen muchos detalles de lo que ocurrió en esas cinco semanas, habitantes de la zona en la que vive la comunidad muinane, adscrita a los uitotos y a la que pertenecen los cuatro niños, señalan que fue clave su infancia indígena. “Son niños criados en la selva, y la mamá y el papá tenían mucha experiencia en ello, porque el paisano enseña a los niños la educación tradicional. Ellos van a la escuela y en la casa aprenden del manejo de la selva, de la andanza, qué frutas son comestibles y todo lo de la supervivencia”, indicó Gilberto, familiar del líder Mendoza y una de las personas pendientes de la búsqueda desde Araracuara.

A los niños se les enseña desde pequeños cuáles plantas pueden comer y cuáles no deben tocar, cuáles son alimenticias y con cuáles pueden defenderse de embates de la selva. A los cinco años los niños son llevados por los padres a cazar, mientras que a las niñas las llevan a las chagras (cultivos) para arrancar la yuca, los lugares donde se puede lavar y a aprender de los caminos del monte.

Damaris Mucutuy, tía de los menores, aseguró a Noticias Caracol que desde pequeñas con Lesly, la niña de 13 años desaparecida en la selva, también jugaban a construir ranchitos. “Entonces pienso que esos que vimos en las fotos que nos enviaban (cambuches encontrados) fueron hechos por ellas, era lo que yo sentía”.

No era lo único, al ser la mayor, Lesly aprendió del cambio de pañales con su hermana de nueve años y de lo que debía prestar atención del llanto de los bebés cuando fue creciendo su hermano de 4, por lo que Damaris está convencida de que ella es parte clave en esta historia. “Ella tiene la capacidad de aprender muchas cosas y siento que por ella fue que sobrevivieron los hermanitos. Conocía todos los frutos que no podía comer y de sobrevivir en medio de la selva”.

A la espera de avances en su estado de salud, es claro que el milagro que se esperaba desde hace más de un mes es una realidad: los cuatro niños fueron encontrados con vida. Sin duda, como lo indicó el mismo presidente Petro, hay muchos aprendizajes que tendrán que salir de esta historia, por lo pronto es claro que los kits que se lanzaron en la selva con alimentos básicos fueron claves en estos últimos días y que se encuentran estables, no tienen nada que pueda poner en riesgo su vida.

Estarán entre dos y tres semanas internados en el Hospital Militar, donde recibirán asistencia física y psicológica, así como la visita de los mayores y médicos tradicionales de comunidades que acompañaron la búsqueda. Además de la búsqueda de Wilson, el perro que acompañó a los niños en una parte del recorrido, las autoridades tendrán que reconstruir esta historia, mientras tanto está claro que lo que saben a su corta edad, estos niños de la selva fue fundamental para su supervivencia.

Mónica Rivera Rueda

Por Mónica Rivera Rueda

Periodista de planeación, hábitat, salud y educación. Estudiante de la maestría de análisis de problemas políticos, económicos e internacionales contemporáneos.@Yomonrivermrivera@elespectador.com

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-(-)11 de junio de 2023 - 05:13 p. m.
Este comentario fue borrado.
Un observador(71824)11 de junio de 2023 - 05:12 p. m.
Cuál milagro ni qué dios... Si hubiese un dios, mejor hubiera hecho el milagro de no poner a esos niños a padecer la muerte de su madre y la angustia de 49 días perdidos en la jungla. Dios es una ilusión boba para ilusos en beneficio de la estulticia humana.
  • Juan(24596)11 de junio de 2023 - 07:48 p. m.
    No pues qué reflexión y qué aporte tan profundo. Qué cerebro!!!brito
cristina(c6x7w)11 de junio de 2023 - 12:49 p. m.
Gracias niñas y niño por las enseñanzas, por la esperanza, gracias a todos los que colaboraron en su encuentro y muy especialmente al gobierno Petro por no desfallecer. No sólo es un milagro, es la utopía de una nación hecha realidad
Helga66(40077)11 de junio de 2023 - 12:39 p. m.
De pronto si enseñan a la periodista a redactar ayuda a presentar mejor la información. En un párrafo inicia hablando de la salud de los niños, prosigue con afirmaciones de Petro sobre un aprendizaje (no dice cuál o si se relaciona con la salud) y termina concluyendo no se sabe sobre cuáles premisas que no hay nada que pueda poner en riesgo su vida. Desapareció la profesión de editor?
Hannibal(11732)11 de junio de 2023 - 12:06 p. m.
Calificar de "milagrosa" la sobrevivencia de los cuatro niños, es atribuir en cierta medida ésta hazaña a intervención divina y hacer de lado la titánica e inconmensurable capacidad de la mayor; lógicamente, por el sabio conocimiento y empoderamiento que tienen de su naturaleza. Inmenso ejemplo del poder de la mujer.
  • Frapolo(7328)11 de junio de 2023 - 12:34 p. m.
    Acertado comentario, Hannibal
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