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La Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic) y el Instituto Nacional de Salud no han tenido cifras compatibles para cuantificar en los pueblos ancestrales la cantidad exacta de muertos, recuperados, casos activos o comunidades afectadas durante la pandemia.
Sin embargo, los números que más se acercan (sin ser iguales en ningún documento emitido por parte de ambas organizaciones) es el de muertos a causa de COVID-19.
Según el más reciente informe del INS, solo en la región Caribe hay 1.594 casos activos de coronavirus en pueblos indígenas, de los cuales 529 se concentran en Atlántico y 474 en Sucre, siendo estos los departamentos caribeños con mayores índices de contagios. Desde el inicio de la cuarentena, sin contar posibles subregistros que tengan a nivel local, en esta zona del país han muerto 123 personas de estas comunidades.
Por esta situación, pueblos como el arhuaco, kogui, wiwa y kankuamos, han enviado llamados de urgencia al Gobierno Nacional para que les ayuden a mitigar los estragos del virus dentro de sus familias.
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Los datos del INS arrojan que las entidades territoriales con mayores índices de fallecimientos de este tipo son Sucre (474), Atlántico (529), Córdoba (354), La Guajira (85), Santa Marta (14), Bolívar (78) y Cesar (60).
Por su parte, la ONIC advirtió que con este panorama “la sabiduría ancestral está en riego en Colombia”, precisando que cada 10 días se duplican los contagios en sus pueblos al norte del país.
Desde Nación Wayúu, por ejemplo, denuncian que los problemas sociales conexos a la pandemia han generado más caos que la misma enfermedad. José Silva Duarte, líder de la ONG asegura que los wayúu se han desplazado desde sus territorios ancestrales a las cabeceras municipales porque no tienen alimentos ni agua que consumir.
El balance a nivel nacional, con corte al 6 de agosto, muestra que en Colombia hay 4.498 indígenas contagiados con COVID-19.