Tras la controversia desatada en Manizales por la tala de un centenar de árboles en el barrio Milán, la Alcaldía de la capital de Caldas confirmó que serán talados 65 de los 99 urapanes que le darán paso a obras del bulevar de la Zona G de la ciudad, entre ellas ampliación de andenes y construcción de parqueaderos.
Lo anterior, luego de reuniones de concertación adelantadas por la administración con la comunidad y con el colectivo ‘No a la tala de árboles en Milán’, movimiento ciudadano que se ha opuesto desde el principio a la medida, aduciendo el perjuicio ambiental para el sector. (Lea: Polémica por eventual tala de un centenar de árboles en Manizales)
De acuerdo con la Alcaldía, se preservarán 34 urapanes que se enmarcarán en un proyecto de renovación del espacio urbano, teniendo en cuenta además que los árboles –que, según la administración, tienen cerca de 75 años y cuyo periodo de vida no supera los 100– han deteriorado los andenes, las redes de servicios públicos y la infraestructura del sector.
“La zona que buscamos intervenir está muy degradada en materia de andenes, zonas verdes y espacio público. Tras adelantar estudios y diseños que contemplan un análisis estructural de todo el sector, concluimos que ya está finalizando el proceso de vida de los árboles”, aseguró recientemente a El Espectador el secretario de Obras Públicas de Manizales, Jorge Eliécer Rivillas.
Entretanto, el colectivo ‘No a la tala de árboles en Milán’ optó por atar citan púrpuras a los árboles que serán talados como un símbolo de duelo, argumentando que debería ser la infraestructura la que se adapte a las necesidades de los urapanes.
“Se han replanteado algunos parámetros técnicos ya evaluados, con el objetivo de preservar la mayor cantidad de árboles (…) consideramos que el interés ciudadano y el esfuerzo de todo nuestro equipo por un propósito noble, lograron motivar a la Alcaldía para ir en pro de la vida de los árboles; por esto, se hará el último diagnóstico, con el fin de permitir que los árboles que no representen un riesgo evidente y/o afecten propiedades privadas, puedan cumplir por completo su ciclo de vida”, manifestó el colectivo.
Ante la tala, la administración municipal ideó una sustitución que comprende el remplazo de los urapanes por guayacanes amarillos, que se adaptan mejor a las zonas urbanas y que no afectan las redes de servicios públicos.
“La sustitución que se planteó comprende una compensación uno a tres, es decir que 300 árboles serían la retribución para la ciudad. Son guayacanes amarillos, menos corpulentos y a los cuales se les puede controlar el crecimiento de sus raíces, para que sea hacia abajo y no hacia los lados, lo que afecta las redes de servicios”, explicó el secretario de Obras Públicas de Manizales.
Aunque la Alcaldía ha reiterado que se trata de un proyecto estructurado, ideado en materia social y técnica, se ha mostrado abierta al diálogo y la concertación –de cara a ampliar la socialización y decidir lo más conveniente para el espacio urbano–, mientras que los opositores al proyecto aseguraron que actúan como veedores del proceso para que sea la ciudadanía en pleno la que apruebe la medida.