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El negocio de tráfico de estupefacientes tiene en alarma tanto a las autoridades como a los ciudadanos de Bucaramanga y su área metropolitana. Tras la alerta temprana emitida por la Defensoría del Pueblo, el 17 de diciembre de 2021, quedó al descubierto que la “economía de guerra” -como lo define ese organismo, debido fundamentalmente a la distribución y comercialización de clorhidrato de cocaína- amenaza con romper la armonía y el sosiego de los que aún gozan los habitantes de Bucaramanga, Floridablanca, Girón y Piedecuesta.
“Los grupos armados ilegales y delincuenciales ligados al negocio del narcotráfico y las economías ilegales están amenazando la tranquilidad de los ciudadanos de Bucaramanga y su área metropolitana, al utilizar esta región para el lavado de activos y el tránsito, albergue u ocultamiento de sus integrantes”, aseguró el defensor del Pueblo, Carlos Camargo.
Esta declaración no es novedosa para el Observatorio de Derechos Humanos de Santander, en cabeza de su director Julio Acelas, quien en varias ocasiones ha denunciado que en la capital santandereana se han asentado los voceros de los grandes carteles del narcotráfico.
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“Bucaramanga se ha convertido en un escampadero de los narcos, desde aquí opera el negocio. Hemos identificado la captura de testaferros, narcos, capos o extraditables. Desde 2005 a hoy, 81 capos y 48 mil personas han sido capturadas con todo lo que tiene que ver con narcotráfico desde el 96. Bucaramanga y Cúcuta se convierten en lugares de lavado de activos. Se ha construido a la par la idea de que no pasa nada y que es un tema de microtráfico”.
La versión de Acelas es confirmada por la Defensoría al advertir que Bucaramanga y su área metropolitana funcionan como zona de refugio para el tránsito, albergue u ocultamiento de integrantes de grupos armados ilegales, ligados en algunos casos al conflicto armado y en otros al crimen organizado. Por mencionar solo un caso, en Floridablanca fue capturado, en mayo de 2021, Juan Lárrinson Castro Estupiñán, alias Matamaba, presunto cabecilla de la denominada estructura Cordillera del Clan del Golfo, responsable de múltiples acciones armadas y narcotraficantes en el Pacífico, según la Fiscalía General de la Nación.
Al ser consultado sobre la presencia de grupos armados ilegales, el comandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, general Samuel Darío Bernal Rojas, aseguró que “en el marco de los mecanismos de coordinación, y apoyados en los antecedentes disponibles, se ha desvirtuado la presencia y el accionar de grupos armados organizados en esta jurisdicción, identificando, por el contrario, que las problemáticas de violencia que ocurren en la metropolitana son dinamizadas por grupos de delincuencia común organizada, lo que infiere componentes ilegales con menor capacidad de articulación y afectación a la seguridad ciudadana”.
Los planes de la Alcaldía
La secretaria del Interior de Bucaramanga, Melissa Franco, afirmó que acatan la alerta y que seguirán trabajando para combatir el delito. “Se llevó a cabo una reunión convocada por el Ministerio del Interior, en la cual participaron los representantes de cada una de las entidades territoriales municipales identificadas en la alerta. Allí se presentaron, en líneas generales, las actividades desplegadas para atender las recomendaciones y la proyección de los planes de acción”.
Dichos planes están enfocados en intensificar los operativos contra las bandas de microtráfico en la ciudad y controlar el ingreso de sustancias psicoactivas al departamento con operativos en las zonas de ingreso a Santander, explicó la funcionaria. Otro de los puntos claves consiste en trabajar de la mano con el Inpec para reducir el hacinamiento en las estaciones de Policía, que actualmente en Bucaramanga y el área metropolitana está en el 736 %.
Cifras registradas en el Observatorio del Delito de la Policía Nacional indican que en Bucaramanga aumentó la incautación de cocaína en 2021, con 74,27 kilos, la más alta en los últimos cinco años (ver infografía). Sin embargo, las autoridades locales manejan un indicador diferente. Según el comandante Bernal Rojas, en la capital santandereana se incautaron 11,49 kilos de cocaína en 2021, que equivalen a una reducción frente a 2020, cuando se incautaron 22 kilos, cifra que sí coincide con la del Observatorio.
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Asimismo, el año pasado se desarticularon 21 bandas dedicadas al tráfico de estupefacientes en Bucaramanga, 177 personas fueron capturadas, de las cuales 118 están en medida intramural, 31 en detención domiciliaria y 18 en libertad.
Otro de los datos que se destacan es que de los 226 homicidios que se cometieron en 2021, el 43 % tenían algún antecedente judicial relacionado con el tráfico, porte o consumo de estupefacientes. De ese global, solo diez estuvieron relacionados a ajustes de cuentas entre bandas de microtráfico, según la Policía Metropolitana.
Aunque la actividad que se maneja en los cuatro municipios es catalogada por el Observatorio de Derechos Humanos del departamento como un “nodo de narcotráfico suave”, porque no está acompañado de grandes acciones de violencia, la realidad de los habitantes del sector Villas de San Pedro, en Floridablanca, es otra. Allí denuncian que en diferentes ocasiones bandas delincuenciales dedicadas al microtráfico se han enfrentado con armas de fuego. “Un día tuve que esconderme en la cocina con mi hija porque empezaron a sonar disparos en la calle. No es la primera vez que pasa. El año pasado, como en octubre, también mataron a un muchacho acá”, manifestó una de las habitantes del sector, quien pidió la reserva de su identidad.
