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Camarones, Riohacha: sin agua potable y con un alcantarillado que causa daños ambientales

Desde 2016, el acueducto de ese corregimiento no cuenta con operador. El alcantarillado colapsó por falta mantenimiento y está infectando el humedal que conecta con la laguna de pesca.

Michelle Serna Esquivel*
30 de septiembre de 2020 - 11:43 p. m.
Las familias que no cuentan con los recursos para comprar el agua que traen los carrotanques se ven obligadas a consumir aguas no tratadas.
Las familias que no cuentan con los recursos para comprar el agua que traen los carrotanques se ven obligadas a consumir aguas no tratadas.
Foto: Cortesía

En 2014 el corregimiento de Camarones, zona rural de Riohacha y a 17 km al sur de la ciudad, recibió el acueducto que finalmente les proveería agua potable. Desde noviembre del 2015, luego de terminado el periodo de prueba, hasta mayo del 2016, la empresa Avanzadas Soluciones de Acueducto y Alcantarillado (ASAA) hizo acompañamiento a la Alcaldía de Riohacha en la operación del acueducto. Desde entonces la planta no ha tenido un operador oficial.

“Lo dejamos funcionando. Para ello firmamos un Acuerdo con la empresa ASAA, operadora en Riohacha. Ese acuerdo trascendió nuestro periodo ya que llegó hasta mayo de 2016. En ese momento ASAA trataba el agua, operaba el acueducto y se suministraba el agua a la comunidad”, afirma Rafael Ceballos, el exalcalde que decidió la construcción y puesta en marcha del Sistema Integral de Acueducto y Abastecimiento de agua potable en el corregimiento de Camarones.

En las instalaciones es el celador quien, además de vigilar, enciende las bombas para que el agua circule por el corregimiento. El acueducto, al no contar con el personal adecuado, bombea el líquido sin el tratamiento necesario, por lo que el agua que llega a los hogares no es apta para el consumo humano. Pese a ello, esta facilita las tareas domésticas.

Hace más de un mes el transformador que suministra la energía eléctrica al sistema de la planta dejó de funcionar. La alcaldía conoce del daño y afirmó que se necesita un nuevo transformador, pero, aun así, no ha habido solución al problema.

El miércoles 23 de septiembre, el secretario de Infraestructura y Servicios Públicos, Keyder Agustin Freyle Sarmiento, en reunión con líderes de la comunidad, dio un parte de tranquilidad. Afirmó que a la empresa ASAA se le extenderá por un año más el contrato para operar el acueducto de Riohacha, con el compromiso de que también opere el sistema de acueducto y alcantarillado de la zona rural del municipio. Informó que esto entrará próximamente en negociación, por lo que aún no es un acuerdo formal entre la entidad territorial y la empresa.

El 28 de septiembre, luego de más de un mes sin agua, la planta volvió a bombear, gracias a que el concejal Sandy Toro consiguió la donación de Acpm que necesitaba la planta eléctrica auxiliar del acueducto.

Entre los planes de la alcaldía se encuentra conectar el acueducto a las líneas que solían suministrar el agua desde el río Tapias al distrito de Riohacha, para que los pozos de los que actualmente se obtiene el agua queden como un sistema de respaldo.

Con todo, el problema de Camarones, donde nació Luis Antonio Robles, el primer ministro negro de Colombia, no se limita al acueducto. La comunidad se ha conectado al alcantarillado y este, al no contar con supervisión ni mantenimiento, ha colapsado y las aguas residuales se han vertido al humedal Pozo de San Lucas que conecta con la laguna Navío Quebrado, poniendo en peligro no solo la salud de los habitantes, sino también representando un problema que, de no ser atendido, pone en riesgo el ecosistema de una de las fuentes de ingresos más importantes del corregimiento, la pesca.

“Los manjoles están colapsados y tenemos un problema sanitario. La alcaldía está al tanto de la situación, pero hasta el momento ha hecho caso omiso. Dicen que están preparando un proyecto para limpiar toda la tubería, pero hay que esperar. La situación lleva así hace alrededor de tres años”, afirma Bayron Barros, líder de la comunidad.

La solución real y necesaria que pide desde hace más de cuatro años la comunidad es un operador formal que se encargue del acueducto y el alcantarillado.

En el 2019, el entonces alcalde de Riohacha, Juan Carlos Suaza, se comprometió a suscribir, a más tardar el 30 de noviembre de 2019, el contrato de concesión para la operación del acueducto y que el agua suministrada a través del sistema sería apta para el consumo humano.

Eso se firmó en el marco de la estrategia Compromiso Colombia de la Contraloría General de la República. Sin embargo, el exalcalde nunca presentó reportes. Este año, se adelanta el mismo proceso, ya sea para reactivar dichos compromisos o fijar unos nuevos con el alcalde actual, José Ramiro Bermúdez.

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Hasta la fecha no hay soluciones tangibles a la problemática del corregimiento. Las familias que no cuentan con los recursos para comprar el agua que traen los carrotanques, se ven obligadas a consumir aguas no tratadas que son nocivas para la salud. La acumulación de aguas negras no solo genera incomodidad por los olores, sino que también pone en peligro la salud y el sustento de los habitantes.

*De Fundación Color de Colombia para El Espectador

Por Michelle Serna Esquivel*

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