Cerca de 50 familias desplazadas han regresado a Isla de la Amargura en Cáceres
Después de cumplir 24 días fuera de sus tierras, algunas de las familias que habitan la Isla de la Amargura, zona rural de Cáceres (Antioquia), decidieron regresar de manera voluntaria a sus casas. El desplazamiento se originó el pasado 3 de septiembre.
El jueves 3 de septiembre cerca de 800 personas de la Isla de la Amargura, en Cáceres (Antioquia), tuvieron que salir de manera forzada por amenazas de un grupo armado. Las familias se refugiaron en colegios del municipio antioqueño, esperando garantías del Gobierno para retornar. Sin embargo, 24 días después, aproximadamente 50 núcleos familias decidieron regresar de manera voluntaria con el acompañamiento del Ejército Nacional.
En total son 206 familias las que salieron desplazadas, según los registros realizados por la Alcaldía de Cáceres. Es decir, que todavía permanecen por fuera del territorio aproximadamente 150 familias. El acompañamiento estuvo liderado por el alcalde municipal Juan Carlos Rodríguez y la secretaría de Gobierno. “Regresamos a la comunidad con la esperanza de que todo mejore. Nuestros cultivos se estaban perdiendo y fue algo que hicimos con mucho esfuerzo. Le comunicamos a las autoridades que decidimos regresar voluntariamente”, dijo a El Espectador Eder Macea, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC).
La noche del 2 de septiembre, los habitantes de la Isla fueron sorprendidos por la presencia de un grupo armado que, hasta la fecha, no ha sido identificado oficialmente. Les dieron plazo hasta la 1 de la tarde del 3 de septiembre para salir. Ese fue el segundo desplazamiento vivido, pues cuando ocurrió la emergencia de Hidroituango, las familias de Isla de la Amargura también tuvieron que dejarlo todo y fueron 41 días lejos de casa. “Anteriormente habíamos tenido dos veces la visita de los grupos armados en la vereda, pero solamente fue un susto. La primera vez llegaron llevándose los celulares y las cosas que teníamos de valor; los recibimos durante dos noches”, detalló Yarledis Bassa, quien desde hace 10 años vive en la vereda y se encarga de la vicepresidencia de la (JAC).
También le puede interesar: Isla de la Amargura: un desplazamiento masivo que refleja el miedo en el Bajo Cauca
La mayoría de los habitantes de la Isla de la Amargura se dedican al cultivo agrícola y a la cría de animales. Esa fue una de las razones por la que decidieron regresar. De acuerdo con el censo de la Alcaldía de Cáceres en el territorio habían quedado más de 100 hectáreas de cultivos de arroz, 38 de maíz y 47 de plátano. Cultivos que se suman a los animales que quedaron abandonados. “Necesitamos recoger los cultivos que con tanto esfuerzo sembramos. Acá estamos”, agregó Maceas.
De los culpables de la amenaza y el desplazamiento, entretanto, poco se sabe. Martín Rivera, secretario general de Cáceres, asegura que aún no se ha identificado a quienes están detrás de todo, pero que en la zona hay presencia de Los Caparrapos y el Clan del Golfo. Nombres que no dicen nada y parecen todos los mismos cuando lo que impera es el miedo y el verdugo es irreconocible.
El jueves 3 de septiembre cerca de 800 personas de la Isla de la Amargura, en Cáceres (Antioquia), tuvieron que salir de manera forzada por amenazas de un grupo armado. Las familias se refugiaron en colegios del municipio antioqueño, esperando garantías del Gobierno para retornar. Sin embargo, 24 días después, aproximadamente 50 núcleos familias decidieron regresar de manera voluntaria con el acompañamiento del Ejército Nacional.
En total son 206 familias las que salieron desplazadas, según los registros realizados por la Alcaldía de Cáceres. Es decir, que todavía permanecen por fuera del territorio aproximadamente 150 familias. El acompañamiento estuvo liderado por el alcalde municipal Juan Carlos Rodríguez y la secretaría de Gobierno. “Regresamos a la comunidad con la esperanza de que todo mejore. Nuestros cultivos se estaban perdiendo y fue algo que hicimos con mucho esfuerzo. Le comunicamos a las autoridades que decidimos regresar voluntariamente”, dijo a El Espectador Eder Macea, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC).
La noche del 2 de septiembre, los habitantes de la Isla fueron sorprendidos por la presencia de un grupo armado que, hasta la fecha, no ha sido identificado oficialmente. Les dieron plazo hasta la 1 de la tarde del 3 de septiembre para salir. Ese fue el segundo desplazamiento vivido, pues cuando ocurrió la emergencia de Hidroituango, las familias de Isla de la Amargura también tuvieron que dejarlo todo y fueron 41 días lejos de casa. “Anteriormente habíamos tenido dos veces la visita de los grupos armados en la vereda, pero solamente fue un susto. La primera vez llegaron llevándose los celulares y las cosas que teníamos de valor; los recibimos durante dos noches”, detalló Yarledis Bassa, quien desde hace 10 años vive en la vereda y se encarga de la vicepresidencia de la (JAC).
También le puede interesar: Isla de la Amargura: un desplazamiento masivo que refleja el miedo en el Bajo Cauca
La mayoría de los habitantes de la Isla de la Amargura se dedican al cultivo agrícola y a la cría de animales. Esa fue una de las razones por la que decidieron regresar. De acuerdo con el censo de la Alcaldía de Cáceres en el territorio habían quedado más de 100 hectáreas de cultivos de arroz, 38 de maíz y 47 de plátano. Cultivos que se suman a los animales que quedaron abandonados. “Necesitamos recoger los cultivos que con tanto esfuerzo sembramos. Acá estamos”, agregó Maceas.
De los culpables de la amenaza y el desplazamiento, entretanto, poco se sabe. Martín Rivera, secretario general de Cáceres, asegura que aún no se ha identificado a quienes están detrás de todo, pero que en la zona hay presencia de Los Caparrapos y el Clan del Golfo. Nombres que no dicen nada y parecen todos los mismos cuando lo que impera es el miedo y el verdugo es irreconocible.