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Uno de los puntos migratorios más importantes en el país está en el municipio de Necoclí a donde constantemente migrantes de otros países llegan para atravesar el Tapón del Darién, en su camino hacia el norte del continente. Pero cambios en las dinámicas demuestran que ya no son los haitianos, sino los venezolanos los que más están llegando a esta región.
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Un informe de la Defensoría del Pueblo, tras una visita al municipio, alerta que hay cambios significativos en la zona del Urabá-Darién, entre los que se encuentra un mayor flujo de venezolanos, quienes en su mayoría de veces no cuentan con los recursos para hacer la travesía, por lo que deben permanecer en la región realizando trabajos informales hasta conseguir el dinero necesario.
A esto se le suma una advertencia que el ente de control ya venía haciendo sobre el aumento de familias migrantes con niños, niñas y adolescentes, así como el registro de menores de edad no acompañados, que se mezclan en caravanas de personas.
“Tenemos reportes que muchos migrantes siguen recurriendo a transportadores informales para hacer su recorrido por rutas irregulares y sin el control de las autoridades, colocando en riesgo la vida, seguridad e integridad, como ha quedado evidenciado en varios naufragios recientes”, dijo el defensor del Pueblo, Carlos Camargo.
Como ejemplo, la Defensoría recordó el incidente del pasado 11 de junio en el que 29 personas naufragaron en el Golfo de Uraba y uno similar, en octubre de 2021, en el que murieron tres mujeres y un niño, que nunca fue encontrado.
Ante esto, pidieron a las autoridades nacionales como de los países receptores activar protocolos de protección para los niños que no están acompañados, con el fin de evitar que caigan en redes de narcotráfico, trata, explotación sexual o mendicidad.
“Las autoridades migratorias panameñas han identificado un total de 19.000 migrantes que han llegado a su territorio de la zona del Darién, de los cuales cerca del 25% (unas 4.700 personas) son niños, niñas y adolescentes”, resalto la Defensoría.