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Córdoba es uno de los departamentos de la región Caribe con menos incidencia de contagio de COVID-19 por cada 100 mil habitantes. Aun así el panorama no es muy alentador, pues no se están haciendo las suficientes pruebas para detectar los contagios. Al menos así lo asegura el gobernador del departamento, Orlando Benítez, quien puso a conocimiento de la Superintendencia de Salud la situación.
Tras las exigencias de la Gobernación, desde el lunes 20 de julio, 93 funcionarios de las cuatro EPS: Coosalud, Cajacopi, Mutual Ser y Nueva EPS empezaron la búsqueda activa de casos de coronavirus en los municipios de mayor incidencia de contagios. Las muestras se tomarán sin importar si en los hogares hay personas de diferentes EPS, pues la que llegue debe tomar las muestras a todo el grupo familiar.
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Cuando empezó la emergencia por el coronavirus la red pública hospitalaria de Córdoba solo contaba con 45 camas en la UCI, que sumadas a las de la red privada llegaban a 190. Cuatro meses después, cuentan con 315 camas UCI, de las cuales 262 están ocupadas, por lo que se declaró alerta roja el 6 de julio de este año. Para mejorar la capacidad, el Gobierno Nacional entregó 30 ventiladores mecánicos, de los 170 que recibirá el departamento.
Con el decreto de alerta roja los cordobeses se tuvieron que acoger a una serie de medidas, como la ley seca y el toque de queda hasta el 31 de julio. “En este momento nos encontramos en el ascenso del pico epidemiológico, con las medidas restrictivas deseamos frenar un poco la propagación del virus en el departamento, de no ser por las medidas en este momento el aumento de los casos sería incalculable, por lo que para nosotros como gobierno departamental las medidas restrictivas han sido útiles”, detalló Wálter Gómez, secretario de Salud de Córdoba.
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Se espera que en el transcurso de esta semana se inaugure el hospital militar de campaña, adecuado en las instalaciones del Centro de Convenciones de Montería. El espacio contará con 105 camas UCI para atender solo a pacientes covid y así descongestionar las UCI de las clínicas y hospitales. Asimismo, se adelantan obras civiles en el laboratorio de salud pública para incrementar en 400 muestras nuevas para COVID-19, lo que permitirá mejorar la oportunidad diagnóstica.
Benítez dio detalles a El Espectador de la situación del sistema de salud departamental en medio de la pandemia y los retos para evitar el colapso.
¿Qué medidas se han tomado en medio de la alerta roja por la ocupación de camas UCI?
Se han hecho esfuerzos para ampliar la capacidad de las UCI, actualmente hay en funcionamiento 315 y esperamos habilitar 20 más esta semana. Nos preocupa que las EPS no tomen las muestras en el momento indicado para poder tener un diagnóstico oportuno. Nos preocupa la demora de los resultados, lo cual no evitaría las muertes, pero permitiría aislarlos y tener un mejor cerco epidemiológico. Recientemente se compraron 18 mil pruebas rápidas y Cerro Matoso nos donó 7 mil para aplicar en el departamento y poder tener una mejor oportunidad diagnóstica. Los resultados, sin embargo, tardan hasta 15 días en llegar.
¿Qué está pasando con las EPS en Córdoba?
El 74 % de la población del departamento pertenece al régimen subsidiado, que se traduce en aproximadamente 1’300.000 cordobeses. Las EPS Mutual Ser, Nueva EPS, Cajacopi y Coosalud han hecho a la fecha 10 mil pruebas, lo cual no llega ni al 0,5 %; eso incide en la alta tasa de letalidad. Solicité a la Supersalud que si no hay un cumplimiento procedamos a cancelar y sacarlas del departamento, porque no tienen el compromiso ni la reciprocidad con la población.
¿Qué respuesta reciben de las EPS?
El compromiso adquirido por estas entidades ante el superintendente de Salud, el ministro de Salud y el presidente de la República fue entregar el plan de trabajo y el plan de acción de choque para hacer las pruebas con relación a la población afiliada. Desde el lunes 20 de julio comenzó la primera búsqueda activa.
¿Cuáles son los municipios más críticos por la pandemia?
Montería, Lorica, Cereté y Sahagún representan más del 80 % de los casos del departamento. Nuestra curva se verticaliza desde el 19 de junio, día del primer día sin IVA. Hemos actuado en articulación con los 30 alcaldes de los municipios, los gerentes de los hospitales y el Gobierno Nacional.
¿Cuál ha sido el obstáculo más grande en medio de la pandemia?
Encontré un sector de la salud en estado crítico, con dos de los cuatro hospitales regionales intervenidos: el hospital San Diego de Cereté y el hospital San Jerónimo de Montería. Las dos EPS principales (Comafacor y Manexca) están cerradas y un laboratorio de salud pública deteriorado.
¿Cómo están las finanzas para seguir enfrentando la emergencia?
Para enfrentar la crisis necesitamos recursos y las entidades territoriales del orden departamental dependemos de las rentas como el consumo de licor, cerveza y cigarrillo que hoy están reducidas porque pasan a un segundo plano cuando la prioridad de la gente son las necesidades básicas primarias.
¿En qué se enfocarán entonces los esfuerzos?
Nos preocupa el número acelerado que se está presentando en el país, y Córdoba no es la excepción. Vamos a reforzar la búsqueda activa y a aplicar la estrategia que planteó el Gobierno Nacional. Vamos a seguir articulando como sistema la red pública y la privada, con el primer y segundo nivel. Seguimos haciendo las exigencias a las EPS.