ICBF tiene bajo su cargo 23 niños venezolanos, algunos de ellos por explotación infantil

Margy León, directora regional de Santander, afirmó que los menores se encuentran en el proceso de restablecimiento de sus derechos.

* Redacción Nacional
04 de julio de 2018 - 03:04 a. m.
Archivo El Espectador
Archivo El Espectador

El Instituto de Bienestar Familiar (ICBF) informó que 23 niños venezolanos fueron alejados de sus familiares y ahora están a cargo de la institución en Bucaramanga, por diversas causas, entre ellas, la explotación laboral de los menores en las calles.

Margy León, directora regional de Santander, le dijo a Blu Radio que el ICBF comenzó un proceso para reestablecer los derechos de los menores. León añadió que 1.379 niños venezolanos han sido atendidos en programas del departamento de Santander.

La directora también le señaló al mismo medio que primero se realiza un trabajo de asistencia y asesoría con las familias de los menores vulnerados. En caso de que las familias no garanticen el bienestar de los niños, el ICBF comienza el proceso de restablecimiento de derechos.

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En mayo y junio 119.709 niños, niñas y adolescentes de Venezuela ingresaron al país, según datos del Riesgo Administrativo de Migrantes Venezolanos en Colombia (RAMV).

La llegada masiva de los venezolanos al territorio colombiano generó diversas campañas en contra de la xenofobia. Un experimento social realizado por Caracol Televisión, Somos Panas Colombia, Save the Children y la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), puso a prueba la reacción de niños colombianos frente a la presencia de los otros pequeños de Venezuela.

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El experimento consistió en que un grupo de niños de ambas nacionalidades jugaron al teléfono roto. Se estaban divirtiendo hasta que les pidieron a los colombianos pasar un mensaje ofensivo (sacado textualmente de trinos de adultos) hacia sus compañeros del vecino país.

En ese momento muchos se negaron a pasar el mensaje, por respeto y empatía con los otros menores y dieron el mensaje de que la xenofobia no es un juego. 

Por * Redacción Nacional

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