La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) impuso una medida preventiva para evitar que motos y carros 4X4 realicen prácticas en el área de reserva forestal de fuentes hídricas ubicada en el páramo de Rabanal, en la vereda Firita Peña Arriba del municipio de Ráquira, en Boyacá.
Después de realizar visitas técnicas al páramo, la CAR identificó afectaciones a la fauna y a la flora de este ecosistema debido al paso de automotores, así como contaminación por la inadecuada disposición de residuos por parte de las personas que participan en carreras clandestinas o “piques”.
También se evidenció una posible afectación a la calidad del agua de la quebrada La Honda que abastece a dos acueductos rurales, pues el líquido que por escorrentía termina en ese afluente, llega turbio y cargado de sedimentos como consecuencia del tránsito de estos vehículos.
La medida se toma de forma posterior a las denuncias de la comunidad. Según Jahanna Castro, directora de la Regional de Chiquinquirá de la CAR, la entidad recibió la denuncia sobre uno de los camperos que participaba en estas actividades y que cayó sobre el cauce de la quebrada La Honda, lo que la contaminó con Aceite Combustible Para Motores (ACPM).
“El agua se vuelve muy turbia y la represa se llena de sedimentos, esto provoca que se nos tapen los paneles de filtración en las dos plantas de tratamiento, tanto en Ráquira como en Guachetá”, afirma Isauro Cortés Casas, habitante de la vereda Firita Peña Arriba.
Por esta razón, Castro aseguró que “ahora estamos imponiendo una medida preventiva consistente en la suspensión inmediata de toda clase de actividades como, por ejemplo, las carreras clandestinas en el páramo de Rabanal”, dijo.
Este páramo, que provee de agua a más de 400.000 colombianos, también ha sufrido anteriormente las consecuencias de una ocupación descontrolada, el avance de la ganadería y de cultivos, en especial de la papa.