La crisis que dejan los bloqueos en la vía Medellín-Quibdó

El paso se encuentra restringido desde hace más de 15 días en la vía que comunica a Quibdó con Medellín.

Foto: Gobernación de Chocó

Mientras en los supermercados de Quibdó ya se ven estantes vacíos, en la terminal de transporte de Medellín ya no hay buses que lleven a la capital chocoana. Esto ocurre debido a que se completan 18 días de bloqueos en la vía, primero por cuenta de indígenas embera con solicitudes puntuales en sus comunidades y luego por los transportadores, que exigen garantías para movilizarse en la zona.

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Todo comenzó con las protestas de los indígenas del resguardo Embera Katío El Diechiocho y El Noventa, quienes convocaron una minga pacífica sobre la vía que comunica a Quibdó con Chocó, a la espera que se estableciera una mesa de concertación y diálogo con autoridades locales del Carmen de Atrato y de carácter nacional como el Ministerio de Defensa.

Esto debido a una serie de solicitudes como la construcción de un colegio, una casa administrativa, el puesto de salud, la continuidad del proyecto de ganadería y el cumplimiento de los acuerdos con el Dispac para el acceso a energía eléctrica, así como la ampliación de la cobertura del programa Familias en Acción.

Sumado a esto, piden reparación colectiva de la unidad de víctimas, la construcción de un monumento y justicia en el caso del asesinato del líder indígena Eleázar Tequia Bitucay, asistencia de madres comunitarias, inclusión en programas de víctimas y desplazados, como el cumplimiento de lo pactado con el consorcio encargado de las obras en la vía.

“Estamos firmes en la minga pacífica en la carretera Quibdó-Medellín y estaremos esperando aquí a que el Gobierno nacional y sus ministros se pronuncien y se dialogue con los representantes de la minga”, indicaron los indígenas, quienes además pidieron la asistencia del Gobierno Nacional, porque “estamos cansados de los engaños de los gobernantes chocoanos”.

Fue así como se estableció una mesa de diálogo con el secretario encargado del Interior de Chocó, Jair Moreno, las secretaría de Infraestructura y Movilidad, la alcaldía Carmen de Atrato, alcaldía de Quibdó, Defensoría del Pueblo, Procuraduría Regional y el comisionado Departamental Derechos Humanos. Este grupo llegó a un acuerdo, el pasado 7 de octubre, co el resguardo de El 19.

Entre los compromisos estaba el reinicio de los trabajos de la casa comunitaria o reubicación del albergue comunitario y permitir el paso de material (cemento, acero, material de playa) en la zona del 90, así como la gestión para hacer puentes de paso, cancha de fútbol y promover proyectos productivos dentro de la comunidad.

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Además, se habló de protección a los líderes Diego Arce, Luis Ángel Arce, Ricardo Tequia y Lucelia Arce y una ruta de diálogo previo a cualquier vía de hecho, dado que en los últimos meses han sido constantes los bloqueos.

De igual forma, este martes 11 de octubre, la gobernación del Chocó, en la mesa con el resguardo de El 18, se comprometió a entregar 67 reces, 65 novillos y dos toros, así como hicieron claridades con respecto a la construcción del nuevo colegio y los recursos que saldrán de regalías, así como las condiciones para la instalación del alumbrado público con la empresa Dispac, entre otros acuerdos con el operador que se encarga de la vía.

Y aunque todo parecía andar bien y se acordó terminar las protestas, los transportadores anunciaron que no levantarían los bloqueos hasta que no tuvieran la presencia de representantes del Gobierno Nacional con quienes avanzar en medidas que les garantice a ellos la movilidad por estas vías.

“Aparte de la negociación que tuvieron ayer con la comunidad del 18 y el 90, no tuvieron en cuenta a las comunidades afros que también han obstaculizado las vías. Hace 15 días tuvieron bloqueado el sector de Tutunendo. La vía Yuto también ha sido bloqueada por varias partes. Lo que no vamos a permitir es que socialicen con dos o tres comunidades y esto siga en las mismas, por eso estamos en pie de lucha, hasta que haya actas firmadas en las que se comprometan a que nos van a respetar el derecho al trabajo”, dijo uno de los líderes transportadores en el sector de la Mansa.

Ante estas circunstancias, los mandatarios locales han pedido apoyo ante el desabastecimiento de algunos alimentos, mientras que el alcalde del Carmen de Atrato, Jaiberth Ríos, pidió la intervención del Gobierno Nacional. “Hago un llamado al ministro del Interior para que llegue a nuestro territorio con directrices y proyectos para nuestra comunidad. Esperamos el acompañamiento del señor presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta, Francia Márquez. El Chocó los necesita”.

Desde la Gobernación del Chocó indicaron que en la mesa de diálogo estuvieron representantes de los camioneros, quienes no manifestaron ninguna contrariedad. “Se asumió que se había levantado el paro y se realizó una publicación en la que anunciamos su levantamiento. Desde la institucionalidad manifestamos que los dos viceministros y otras autoridades, incluyendo nuestra gestión, se fueron muy comprometidos con esta problemática”.

Por lo pronto, desde el gremio de transportadores hay preocupación. Felipe Muñoz, director regional de Antioquia de la Federación Colombiana de Transportadores, manifestó que “en valores de fletes estamos hablando que, a hoy, las pérdidas pueden estar alrededor de los $1.500 millones. Las afectaciones del comercio y de las industrias productoras, agrandan el problema para todos”.

Por su parte, Samir Echeverri, director de la Asociación de Transportadores de Pasajeros de Antioquia, aseguró a Radio Nacional que “para las empresas es muy importante despachar a las personas. Llevamos más de diez días sin poder transitar por el recorrido. Cerca de 600 personas diariamente se ven afectadas desde Medellín y el Eje Cafetero para llegar a Chocó”.

Es por ello que tanto quienes no han podido ingresar a la zona, como los que están atrapados en el bloqueo, piden acciones concretas, en especial por los alimentos que se dañan y se dejan de recibir, como por el desabastecimiento de gasolina que ya se está viendo en las largas filas que se arman en estaciones y en lo difícil que se ha convertido encontrar una fruta o un pimentón, lo que augura una crisis peor si no se actúa pronto.