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La disyuntiva del Eln frente al tema de los recursos

En el marco de la reciente coyuntura se ha vuelto a poner sobre la mesa la discusión entorno a la unidad de mando dentro del Eln y sobre la capacidad del Comando Central (COCE) para representar a todas estructuras a nivel nacional.

Andrés F. Aponte - Luis Fernando Trejos*
19 de febrero de 2021 - 04:24 p. m.
En sus inicios, el Eln fue una guerrilla centralizada.
En sus inicios, el Eln fue una guerrilla centralizada.
Foto: AFP - RAUL ARBOLEDA

Dos hechos han suscitado un amplio debate sobre la unidad de esta guerrilla. El primero, está relacionado con la alerta que emitió la embajada de Cuba al gobierno colombiano sobre la posibilidad de que un frente de esta insurgencia desarrollara una acción armada en la ciudad capital. El segundo, está vinculado con una nota periodística publicada por el diario El Tiempo donde se visibilizaba ciertas tensiones y divisiones en la comandancia, entre los cuales es de resaltar el debate que parece haber al interior de esa insurgencia frente algunas fuentes de financiación, en particular respecto la economía cocalera.

En un artículo anterior afirmamos que sus problemas de acción colectiva, son el reflejo de luchas internas por el posicionamiento estratégico de sus estructuras dentro del proyecto nacional, más no una clara ruptura que lleve a la fractura o atomización de dicha organización insurgente; algo que se expondrá de forma detallada en el libro ¿Por qué es tan difícil negociar con el Eln? Las consecuencias de un federalismo insurgente, 1962-2020.**

En este artículo nos dedicaremos a analizar las implicaciones que tiene el debate en torno a las fuentes de negociación y su desarrollo en el tiempo para entender el presente del Eln en esta dimensión. Para esto, abordaremos la dinámica organizacional de esta insurgencia y las implicaciones que tiene el ascenso de nuevos cuadros a las instancias de comando y dirección nacional de esta guerrilla, para mostrar que este proceso responde a dinámicas de largo aliento que se han conjugado con la llegada de nuevo agentes.

En parte este esfuerzo analítico hace parte de una serie de pequeños artículos que quieren mostrar la naturaleza del Eln, la cual no tiene semejanza alguna a las de las extintas Farc, lo que ha llevado a las que las estrategias de paz y seguridad sean poco exitosas en la actual administración de Duque, así como en anteriores.

El origen del federalismo eleno para entender sus vínculos con la coca

Variados análisis sobre el Eln señalan su carácter federado, no obstante, esto no siempre fue así. En sus inicios, el Eln fue una guerrilla centralizada y dicha centralización derivó en una conducción autoritaria que privilegió el fusilamiento como mecanismo de resolución de controversias internas (1964-1974), llevándolo a enfrentar su primera gran crisis interna en el marco de la derrota militar de Anorí (1973) y el “Replanteamiento” (1975-1983).

Como estrategia de recomposición, el Eln adoptó un una estructura colegiada y federada para evitar concentrar el poder en una sola persona, para lo cual instituyó en su interior una dirección colectiva, horizontal y democrática con amplia discusión política sobre la estrategia revolucionaria y la táctica armada; algo que se mantiene se mantiene vigente en el presente.

Esto le dio rienda a suelta a los impulsos autonomistas de sus Frentes, los cuales han respondido más al sentir de las condiciones territoriales y de las bases que dicen representar que a la organización nacional. De ahí los reiterados problemas que ha tenido el COCE para homogenizar y centralizar políticamente a la organización, para tener una importante capacidad para redistribuir los recursos entre sus frentes, y en las dos últimas décadas, para a mantener la línea prohibicionista frente a la economía cocalera.

La expansión y proliferación de los cultivos ilícitos en zonas de frontera y áreas marginales de diversas regiones del país, puso en entredicho, en particular en los años noventa, la postura moralista y prohibicionista del Eln nacional en las zonas donde sus frentes tenían presencia. No solo fueron las presiones y apuestas de los actores armados los que incidieron en dicha dinámica, también las exigencias de los propios pobladores que “obligaron” a algunos cuadros medios y comandantes territoriales a dejar entrar los cultivos de coca y amapola en sus zonas de influencia.

Al inicio del milenio (2002-2010), su retroceso territorial, la inconexión entre sus estructuras y la comandancia nacional y la estrategia de recomposición, a través de diversas economías legales e ilegales, en las periferias de sus periferias, profundizó la autonomía de los Frentes y su mayor vinculación con la economía cocalera. Evidencia de esto fueron las alianzas y disputas con las Farc y los Grupos Sucesores del Paramilitarismo (Urabeños, para ese entonces, Rastrojos, Águilas Negras, etc.) en zonas del Cauca, Chocó, Sur de Bolívar, Bajo Cauca, etc. con el fin de monopolizar o coadministrar dichas rentas.

Así, esta insurgencia y en particular estos diversos frentes vinculados a la coca, fueron adquiriendo destrezas y conocimientos del negocio, con los cuales han orientado, en el tiempo del pos acuerdo, su aparato armado y sus ofertas regulatorias para monopolizar o intentar hegemonizarse en toda la cadena del narcotráfico (Chocó), en algunos eslabones (cultivo y procesamiento como Catatumbo) o mantenerse en la etapa del cultivo o el cobro de peajes para permitir pasar cargamentos por rutas estratégicas donde tiene control (Sur de Bolívar).

Así lo que muestra esta dinámica descrita, de un mediano aliento, es que la vinculación de las estructuras territoriales del Eln, obedece más a una postura discrecional de las diversas organizaciones que la componen que una política desde el nivel central de la organización; lo que explica a su vez, que existan en este proceso variaciones temporales (el vínculo con la coca no ha sido el mimo en el tiempo) y espaciales (las dinámicas varían de región a región)en la forma en que se han relacionado sus diversos frentes con la economía cocalera. En otras palabras, de acuerdo ciertos momentos el tipo de lazo tejido con esta actividad estuvo dado por el tipo de territorio y su relación con la población presente.

La clave en los agentes: los cuadros medios

El rompecabezas descrito no se puede entender sin los agentes o actores de la escena. Es decir, sin los cuadros medios de estos frentes territoriales.

En años recientes, tanto en los medios de comunicación nacionales y regionales como en los órganos de difusión de esta insurgencia, ha sido palpable la emergencia de una nueva camada de cuadros y mandos medios que tienen una importante figuración al interior y exterior del mundo eleno.

La particularidad de este nuevo contingente de guerreros es que no se formaron o no tuvieron tanto contacto con los mitos fundacionales de esta guerrilla (Camilo Torres, las marchas armadas o las debacles de Anorí y el Febrerazo), y su emergencia y socialización se dio al son del momento de recomposición de los años iniciales del nuevo milenio, cuando las estructuras armadas empezaron a criminalizarse en sus medios.

En nuestro entender, las exitosas experiencias de las Farc y de los paramilitares, en su vinculación con la coca, no solo fueron un referente para este grupo de nacientes mandos; de igual forma, su atender al sentir de los territorios donde hicieron presencia los llevaron a vincularse de forma pragmática, obligada o una mezcla de los dos con la economía cocalera.

Este proceso evidencia que este nuevo grupo de personas, no solo estaban abriendo una brecha con la dirigencia tradicional, reunidos en el COCE con una mirada nacional e ideológica del conflicto armado, y unos mandos regionales liderando los Frentes de Guerra con visiones pragmáticas y subregionales de sus conflictos.

Ahora bien, en la práctica, como se señaló en nuestra reciente columna, si bien esto no significa un quiebre con lo nacional, sí implica una mayor autonomía regional en la conducción de la guerra, elección de aliados, financiación y posturas frente a la negociación. Todo en un marco en el cual se mantiene una dirección nacional que se sostiene sobre un cambiante equilibrio de fuerzas y contrafuerzas que buscan ampliar o mantener su capacidad de influencia sobre otras estructuras.

A modo conclusivo

Con este recuento queremos mostrar e insistir que tenemos que elaborar un nuevo prisma y una nueva narrativa para entender y analizar al Eln. En primera instancia, esta guerrilla no solo difiera de las FARC en su momento fundacional, sino que también las decisiones de sus líderes tuvieron importantes repercusiones en la trayectoria organizacional que ha tenido.

Su condición federada, explica que la vinculación con la economía cocalera sea más una política descentralizada y discrecional de una nueva línea de cuadros y comandantes territoriales, los cuales son muchos más criminalizados en sus medios, pero no en sus fines: siguen ordenando y gobernando los territorios donde tiene presencia y persisten en su trabajo político organizativo con miras a la consecución de transformaciones sociales.

Asimismo, queremos mostrar que la vinculación con la coca, suscita una serie de debates ya que implica tumbar un discurso moralista de los líderes fundacionales, el cual le ha dado base al discurso revolucionario eleno; a la vez, que implica el ascenso de una nueva generación de líderes que se están posicionando en la organización nacional en detrimento de una comandancia vieja y desgastada. O, en otras palabras, las tensiones esgrimidas por el periódico El Tiempo en torno a las fuentes de financiación, muestran los retos que tiene el Eln para actuar cohesionados, pues la incoherencia entre un mensaje a nivel nacional de no apoyo a la economía cocalera y el apoyo a esta en algunos territorios, da cuenta de dichas contradicciones.

Asimismo, esto implica grandes dificultadas ante un posible escenario de implementación de los Acuerdos de Paz y da pie al uso de matrices de opinión con fines militares donde se le criminaliza, haciendo cada vez más lejana una posibilidad de dialogo.

*Andrés F. Aponte: Investigador del equipo conflicto y paz del CINEP.

Luis Fernando Trejos: Doctor en Estudios Americanos con mención en Estudios Internacionales (IDEA/USACH). Profesor e investigador universitario

**Esta es una investigación coordinada por Andrés F Aponte, gracias a los recursos de la embajada sueca, a través de Diakonia, en su estadía como Investigador del CINEP Y el cual será publicado en el mes de Abril.

Por Andrés F. Aponte - Luis Fernando Trejos*

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