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El jueves a las 8:00 de la mañana Juan Francisco Espinosa, director de Migración Colombia, se reunirá con las autoridades de La Guajira. El objetivo del encuentro es evaluar las condiciones en las que se encuentra la frontera con Venezuela para, posteriormente, trabajar estrategias que resuelvan las necesidades del departamento en relación con la frontera y de los migrantes que residen y que siguen llegando a Colombia, incluso durante la pandemia, por el norte del país.
“Regresé a Colombia porque en septiembre comenzaron a reabrir el comercio”, cuenta Jhonny Zuleta, quien viajó durante el aislamiento preventivo. Zuleta llegó a Paraguachón, en La Guajira, el 3 de septiembre. Dos días después del anuncio del presidente Iván Duque sobre la reactivación de diferentes sectores de la economía luego de siete meses de cierres por la pandemia.
En Colombia hay 1.7 millones de venezolanos, cifra que disminuyó en un 6% respecto a febrero, un mes antes de que se declarara el estado de emergencia por la llegada del COVID-19 al país. Esta disminución corresponde a los más de 100.000 venezolanos que retornaron a su país desde el 14 de marzo, día en que se anunció el cierre fronterizo, hasta el 1° de septiembre. Migración Colombia estima que por cada persona que se fue regresarán dos al país cuando se abra la frontera. De ser así, Colombia tendría el mayor número de ciudadanos venezolanos desde que comenzó la crisis humanitaria en Venezuela.
La frontera en La Guajira, aunque está cerrada, es el paso de miles de venezolanos durante la pandemia. Es el tercer departamento por donde más ingresan migrantes al país, solo superado por Arauca y Norte de Santander. En septiembre de este año, ACNUR registró que aproximadamente 5.700 personas entraron a Colombia a través de pasos no regulados, más conocidos como trochas, de La Guajira. En los 249 kilómetros de frontera entre La Guajira y Venezuela hay 250 trochas, según la Secretaría de Gobierno de Maicao. Zuleta, por ejemplo, entró por La Cortica, una de las más conocidas en el sector.
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En el caribe habita el 33% de venezolanos que hay en Colombia. La Guajira es el segundo departamento con mayor número en la región con con 150.943, superado por Atlántico con 159.474, según el último informe de Migración Colombia publicado el 9 de octubre con datos a corte de julio de este año. Este no es un dato menor si se tiene en cuenta que en Manaure, uno de los municipios con mayor población de La Guajira, viven 125.000 personas, según el DANE.
Saber cuántos migrantes están cruzando por pasos irregulares en este momento es imposible. Sin embargo, en la estrategia para la atención de la migración desde Venezuela concebida por el Departamento Nacional de Planeación en 2018 se explica que las respuestas principales a esta problemática corresponden a la regularización y a la atención humanitaria de los migrantes. La regularización permite saber cuántas personas son, dónde están y en qué estado. Y la atención humanitaria busca garantizar los derechos fundamentales de estas personas.
Para lograr que los extranjeros regularicen su estado migratorio en Colombia hay dos estrategias fundamentales. Primero: el Permiso Especial de Permanencia (PEP), que el 9 de octubre Migración Colombia anunció una nueva etapa para todos los migrantes que llegaron antes del 31 de agosto al país. El PEP les permite acceder a la oferta de las instituciones colombianas en salud, educación, trabajo. Hasta el momento, según Migración Colombia, más de 690.000 venezolanos cuentan con este permiso. La segunda estrategia es el Permiso Especial de Permanencia para el Fomento de la Formalización (PEPFF) que está destinado aquellos venezolanos cuya situación migratoria es irregular y que trabajan o están próximos a conseguir empleo en el país.
En cuanto a la atención humanitaria, en La Guajira hay 32 organizaciones internacionales agrupadas en el grupo Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V) que trabajan con las autoridades nacionales y locales para brindar servicios en salud, educación, alojo y atención especial a niños, adolescentes y mujeres embarazadas.
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Desde agosto hasta la fecha, ACNUR, parte de de R4V, atendió a más de 4.500 migrantes en Puntos de Atención y Orientación (PAO) y en el Centro de Atención Integral (CAI) ubicados en Maicao, donde las personas reciben asesorías legales y atención humanitaria; desde alimentación y alojamiento hasta servicios de salud. Hasta el 8 de octubre estaban alojadas 280 personas en el CAI de las cuales el 54% son niños y adolescentes.
Jhonny Zuleta estuvo de manera transitoria en Maicao, donde le realizaron una prueba diagnóstica para COVID-19, para luego llegar a Barranquilla donde vive con Johandry, su hijo, quien llegó a la ciudad en enero. Zuleta espera que antes de que acabe el año su esposa y dos hijas, que viven en Maracaibo, estén en Colombia.