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La Iglesia se tardó y se sigue tardando en pronunciarse a favor de población LGBTI: Alberto Linero

El papa Francisco defendió esta semana, en un documental, el derecho de las personas homosexuales a vivir en “unión civil”. Alberto Linero, quien durante más de 25 años ejerció el sacerdocio y con estudios en filosofía y teología, asegura en entrevista con El Espectador que “el Dios de la Biblia no discrimina” y que la hostilidad hacia las personas LGBTI desborda los límites de lo religioso.

Pilar Cuartas Rodríguez (@pilar4as) / Redacción Sin Clóset
22 de octubre de 2020 - 10:36 p. m.
Alberto Linero fue sacerdote durante más de 25 años, tiene estudios en filosofía y teología y hoy trabaja en la mesa de Blu Radio.
Alberto Linero fue sacerdote durante más de 25 años, tiene estudios en filosofía y teología y hoy trabaja en la mesa de Blu Radio.
Foto: Cortesía

En un documental presentado este miércoles en la Fiesta del Cine de Roma, el papa Francisco defendió el derecho de las parejas homosexuales, “hijos de Dios”, a vivir en el seno de una “unión civil” que les proteja legalmente, una apertura que ha generado numerosas reacciones, según informó la agencia de noticias AFP. “Las personas homosexuales tienen derecho a estar dentro en una familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de una familia a nadie, ni hacerle la vida imposible por eso. Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil, tienen derecho a estar cubiertos legalmente. Yo defendí eso”, explica el papa. (Juez homofóbico en Cartagena no está impedido para casar a lesbianas, según Judicatura)

Con esas palabras el papa argentino aborda de nuevo un tema que divide a la Iglesia y sobre el cual se ha referido en varias ocasiones con una mentalidad más abierta. “Desde el inicio del pontificado el papa ha hablado de respeto hacia las homosexuales y ha estado en contra de su discriminación. La novedad hoy es que defienda como papa una ley para las uniones civiles”, explicó a Rainews la vaticanista Vania de Luca. (8 lecciones del caso del juez que se negó a casar a pareja de lesbianas)

AFP explicó también que, a favor del reconocimiento de las uniones civiles , e han pronunciado en los últimos años varios cardenales, entre ellos el italiano Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal italiana, y el obispo Marcello Semeraro, muy cercano a Francisco, quien acaba de ser nombrado titular de la Congregación para los Santos. (La postura antiderechos de Colombia en la OEA en contra de mujeres y LGBTI)

¿Esta declaración supone un cambio drástico de postura de la Iglesia frente a las personas homosexuales? ¿Es importante o no este pronunciamiento? ¿Cuáles son los alcances reales de estas declaraciones? El Espectador le preguntó a Alberto José Linero Gómez, quien fue sacerdote durante 25 años y quien cuenta con estudios en filosofía y teología.

El papa Francisco expresó por primera vez su apoyo a la legalización de las uniones civiles de parejas del mismo sexo. La posición del papa fue conocida a través de un documental en el Festival de Cine de Roma y fue calificada de “histórica”. ¿Cree que es histórica?

Bueno, no sé si sea la primera vez, pues ahí mismo dice que había apoyado estas leyes de convivencia civil en el pasado. Sin embargo, lo que ha sucedido ayer ha tenido una enorme relevancia, que no sé si pueda llamarse histórica, pero sí ha trascendido los límites del catolicismo. Allí lo que expresa el Papa es algo que va en total coherencia con la propuesta de Jesús, con esa opción de Dios a favor de todos, especialmente de los que han sido marginados y rechazados por distintas condiciones. La Iglesia Católica tiene una misión de ponerse en favor de esos que han sido discriminados. Podría pensar que lo histórico es que supone una posible evolución de lo que se había dicho en la Iglesia previamente. A veces la evolución supone corregir lo anterior, como en el caso de la pena de muerte. Podría ser que esto sea el inicio de algo similar, en relación con la apertura del catolicismo al reconocimiento o incluso el favorecimiento de las uniones civiles de parejas del mismo sexo, pero eso aún no se puede saber, está por verse. (Marta Álvarez, la lesbiana que le ganó una pelea internacional al Estado)

¿Cuáles son los alcances reales de que un Papa opine esto?

Por ahora, un impulso, un fortalecimiento, porque la lucha de estas personas y de sus colectivos merece respaldos de todos aquellos que valoren la diversidad y defiendan los derechos de los demás y se supone que eso cree y profesa nuestra religión. Ya había dicho el Papa que la fe verdadera nos mueve a defender los derechos de los demás con la misma fuerza con que defendemos los nuestros. Eso para el catolicismo es un reto porque supone entender algo que es muy obvio, pero que en los ámbitos religiosos suele olvidarse: y es que nadie es mejor que otro por sus creencias, y que nuestro punto de encuentro es el respeto y la compasión. Así que tiene implicaciones reales porque suscita ese debate, porque pone el tema sobre la mesa, no solo en términos de una moralidad sexual, sino de la esencia misma del cristianismo, por eso tanto en medios de comunicación católicos, como en redes sociales ha explotado el tema, y es bueno que así suceda.

¿Cuál es hoy la verdad posición de la Iglesia frente a las personas LGBTI? ¿Cree que las respalda o no las incluye del todo?

Creo que la versión oficial es ampliamente conocida. Está en el catecismo, en los números 2357 al 2359 y podría resumirse en un respeto un poco vago, porque si bien se promueve la fraternidad y la acogida de las personas homosexuales, a su vez se califican sus prácticas como desordenadas y fuera del plan de Dios. Creo que en eso hay una seria dificultad en la lectura de la antropología que hacen estos documentos. Sabemos que desde la Biblia las cosas son bien distintas y estamos a la espera de un documento de antropología bíblica, que ya lleva un año en trámite de traducción, que promete dar puntos de vista muy diferentes a esto que se ha planteado.

Así que soy de los que confía en que pronto se avance en la comprensión de lo que aparece en nuestro texto sagrado sobre la dimensión relacional y sexual del ser humano. Aquí no se trata de modernizar, pues la acusación de “modernismo” llueve en la iglesia, sino de volver a las raíces. Es una dinámica interesante esa, avanzamos cuando volvemos a las raíces, y creo que la visión de ser humano de la Biblia es no sólo válida sino necesaria, el problema es que muchas veces la mezclamos o la confundimos con ciertas tendencias culturales y nos casamos con visiones excluyentes, y eso no puede suceder.

¿Cuáles deberían ser, en su opinión, las acciones concretas de la Iglesia para aceptar 100% a las personas LGBTI?

Creo que lo primero es no estorbar en su lucha por la reivindicación de sus derechos, de su dignidad y de su lugar en la sociedad, con eso ya haríamos mucho en comparación con lo que sucede hoy. Pero el cristianismo no es una invitación a la tolerancia, sino al amor hasta el extremo, entonces estamos llamados como Iglesia a ir siempre más allá. ¿Cómo concebirlo y lograrlo? Primero tenemos que hacer este movimiento de volver a las raíces. Claro que en la biblia hay expresiones excluyentes, por supuesto, hablamos de textos concebidos en la antigüedad, pero su visión del ser humano, su visión del mundo y su visión de la historia como lugar de revelación de Dios para nuestra felicidad, no tiene un ápice de exclusión. Al contrario, es la propuesta más arriesgada que conozco en términos de inclusión, de garantía del derecho de los marginados y de justicia social.

Que las personas religiosas a lo largo de los siglos lo hayamos convertido en un vademécum de frases para discriminar es otra historia, una lamentable historia. Pero el Dios de la Biblia no discrimina, no excluye y cuando parece que separa en “buenos y malos”, su criterio es: ¿Cuánto te importó el dolor del que estaba a tu lado? Nada más. De ahí vendría lo segundo, actuar en consecuencia, tanto en lo personal como en lo institucional. Nuestras expresiones comunitarias, solidarias, rituales y demás formas de espiritualidad tienen que ser incluyentes y promover un acompañamiento que rescate y dignifique, porque la hostilidad hacia las personas LGBTI desborda los límites de lo religioso, y nuestra labor es poner nuestro carisma al servicio de su cuidado.

¿La posición del papa Francisco debe ser leída como la posición de la Iglesia Católica frente al tema o es la posición personal de su máximo representante?

El Papa es el mayor referente de autoridad en la Iglesia, y de unidad en el criterio. Sin embargo, él mismo suele presentarse como uno más, en una comunidad en la que todos somos importantes. Estas declaraciones tienen esa doble dinámica. Claro que lo ha dicho el Papa y eso es mucho más que una opinión, pero Francisco es el Papa de los Sínodos, de los diálogos, de los consensos, entonces eso implica que necesitamos que en muchos escenarios de la iglesia empecemos a dialogar sobre estos temas y lo hagamos desprovistos de prejuicios.

Frente a esta noticia, tenemos al menos 3 reacciones al interior de la iglesia: Los enemigos del Papa lo siguen tildando de hereje y apóstata, pero no por rechazo al Papa, sino por rechazo a la auténtica propuesta de Jesús. Los defensores de la institución quieren matizar o aclarar al Papa para que todo concuerde con lo que se ha dicho siempre, y eso con Francisco lo tienen muy difícil porque este es un Papa de retos, de desafíos, que no vino a ser el cuidandero de lo viejo sino a lanzarnos a salir y exponernos a la realidad. Y los que están felices y hasta exageran lo que ha dicho el Papa como si eso fuera una licencia para derribarlo todo al interior de la iglesia. Ninguna de esas reacciones realmente le hace eco al Papa que, insisto, es un pastor de sinodalidad, de diálogo, que no va a dar una respuesta definitiva porque su opción ha sido una iglesia que aprenda a pensar y decidir más que a obedecer.

¿Debería la Iglesia tener tanta atención al hacer estos pronunciamientos cuando se trata de derechos de otras personas? ¿No debería decirse más bien que ya era hora de que los reconociera?

Bueno, esa es una pregunta que deben hacérsela los medios. Porque si juegan al sensacionalismo se vuelven los mejores aliados de los que rechazan y discriminan. En la Iglesia Católica hemos tenido una valiosa historia de seres humanos valientes que han ofrecido su vida por la defensa de personas marginadas, así que para mí no es nuevo. Recién el Papa ha publicado una carta para el mundo en la que propone temas muy serios y vitales para la vida de los pobres, de los migrantes y de los desprotegidos, y los medios no le dieron tanta atención. Creo que ahí hay una desproporción que ayuda poco, no a la iglesia, sino a los temas que se propone para que entre todos, desde todas las orillas, hagamos ese reconocimiento por el que me preguntas. Y lo digo con total autorreflexión, pues yo también soy un hombre de medios, y es una postura que tendríamos que revisar.

¿Importa o no que la Iglesia reconozca las uniones entre personas del mismo sexo?

Para las personas homosexuales que son católicas importa muchísimo. Y para las personas homosexuales que viven en medio de familias o comunidades con marcadas creencias católicas importa muchísimo. Pero también para las personas homosexuales que viven en países en los que una de las mayores armas de manipulación política es la religión, y estos temas en particular, pues es crucial que se den estos respaldos a la reivindicación de sus derechos y que sepan que, para los auténticos cristianos, el amor solidario que predicamos y proponemos es una invitación a que todos puedan realizar su proyecto de vida a plenitud.

Más de 30 países reconocen hoy el matrimonio entre personas del mismo sexo y los sistemas de derechos humanos han encaminado a los Estados a su legalización, pues es una cuestión de derechos humanos. ¿Se tardó la Iglesia en pronunciarse a favor de la población LGBTI?

Sí, se ha tardado y se sigue tardando. Nos ha faltado lectura de realidad, algo que en la fe llamamos “Signos de los tiempos” porque cuando empezaron todos estos movimientos para que las personas no tengan que vivir escondidos, ni ocultando su forma de ser y de vivir, debimos reconocer que eso era algo que nos comprometía completamente. Pero la institución eclesial no se caracteriza por su sintonía con el momento en el que vive. Sin embargo, quiero insistir en que, entre los creyentes, entre la gente de iglesia, muchos han estado muy a la vanguardia de esa defensa y son inspiradores para todos.

*Sin Clóset es un espacio de El Espectador para hablar de diversidad sexual

Por Pilar Cuartas Rodríguez (@pilar4as) / Redacción Sin Clóset

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xproyecto(inxvt)23 de octubre de 2020 - 04:33 p. m.
Solo buscan Teologos catolicos y sacerdotes, por que no buscan teologos de verdad, que no esten vinculados a la iglesia catolica y pueden obtener una respuesta mas coherente y equilibrada???
Leidy(75539)23 de octubre de 2020 - 01:55 a. m.
Este petardo no es el mejor ejemplo para opinar de temas serios, es un charlatán como muchos curas que hay en Colombia.
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