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Para entender la conquista de los derechos homosexuales se deben distinguir dos grandes etapas: la primera, comprendida entre 1993 y 2007, tiempo en el que la Corte le concedió derechos al individuo LGBT. La segunda, desde 2007 hasta ahora, en la que las parejas gais empezaron a adquirir derechos.
A través de la historia los homosexuales han logrado que se les permita ser maestros en entidades públicas, ingresar a la Fuerza Pública, tener derecho a que su pareja lo pueda afiliar a la seguridad social, tener derecho a la pensión de su compañero permanente y hasta expresarse cariño en público.
A pesar de que su valiente lucha les ha servido para conquistar algunos de los derechos que antes les eran negados, falta mucho para que lleguen a la plenitud de derechos. Algunas de sus demandas se han quedado por el camino, a veces por moralismos, a veces por desinformación ciudadana sobre el tema, incluso por falta de preparación de los operadores de justicia. Por esta razón, El Espectador lanzó en 2017 Sin Clóset, un nuevo espacio para hablar sobre diversidad sexual. En la primera de las historias, cinco personas LGBTI contaron cómo fue vivir en el clóset y lo que significó para ellas salir de él.
También se resaltó la historia de Ammarantha Wass, una mujer trans ciega. La estudiante de Lenguas Extranjeras en la Universidad Pedagógica inició oficialmente su tránsito hace un año. Debido a su decisión, su familia la echó de la casa y hoy se sostiene gracias a sus amigos.
Una de las historias que mayor resonancia tuvo fue sin duda el perdón que le tuvo que pedir el Estado a Martha Álvarez, una lesbiana a la que hace 23 años le negaron una visita íntima en la cárcel. Las autoridades ante las que acudió en aquella época decían que darles ese derecho a homosexuales atentaba contra la moralidad. Álvarez emprendió una larga batalla jurídica para pelear por sus derechos, la cual llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ente que hizo que el Estado colombiano se excusara con ella.
Y está el testimonio de Camila Chaín, la locutora le contó a El Espectador cómo le dijo a su mamá que le gustaban las mujeres: “Esto no es como si fuera una moda. No es ‘ay, ahorita hay mucha gente homosexual. No. Es una realidad, que además es parte de la naturaleza humana, no va a cambiar’”.
Si tiene algún tema o historia para postular a Sin Clóset, envíe su idea a pcuartas@elespectador.com