Las tenazas de las Farc afuera

Correos inéditos de ‘Raúl Reyes’ y otros documentos de organismos de seguridad dejan ver el entramado de contactos que han construido las Farc para obtener apoyo en el exterior, tal como lo han hecho por décadas.

Redacción Judicial
09 de enero de 2010 - 09:00 p. m.

Veinticinco años después de que Jacobo Arenas y Alfonso Cano plantearan por primera vez la creación de un frente internacional de las Farc —que se concretó en 1993 después de su octava Conferencia—, con el degüello del gobernador Luis Francisco Cuéllar aún en las retinas de los caqueteños y el espanto de su atroz asesinato que generó repudio internacional, Colombia conoció el indignante documental, exhibido en un teatro de Buenos Aires (Argentina), que pretendió mostrar a la guerrilla como una organización de cultivadores de cacao, lulo y plátano como único sustento para financiar su revolución.

Más allá del cínico documento, las blandengues explicaciones de los organizadores del festival en el que fue presentado el video, o la configuración por parte de la Cancillería de una agenda internacional con la instrucción de evitar en el exterior estas estratagemas de las Farc y visibilizar la barbarie que cometen en Colombia, lo que evidencia esta nueva movida de la guerrilla es que, pese a la muerte de Raúl Reyes o las capturas de Remedios García en España, de Miguel Ángel Beltrán en México, o Liliany Patricia Obando y Jairo Alfonso Lesmes en Colombia, su diplomacia sigue vivita y coleando.

Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, reemplazó a Reyes como eje de la dirección internacional de las Farc, que ha logrado construir relaciones en más de 25 países, en donde desarrolla contactos con traficantes de armas y explosivos, estructura enlaces para traficar narcóticos, infiltra organizaciones sociales o universidades para capturar apoyos, a través de ONG cruza procesos de cooperación en inteligencia y, en últimas, actividades de propaganda sobre el grupo subversivo, como el documental Farc, insurgencia del siglo XXI. Las autoridades siguen el rastro de sus contactos, así como de la recuperación de capitales de las Farc en el exterior.

Un inédito correo que aparece en los archivos del computador del abatido líder de las Farc Raúl Reyes pone en contexto que son los entretelones del tráfico de estupefacientes o de armas el oxígeno de las finanzas de la guerrilla y no el cacao y el lulo, como ingenuamente pretenden mostrar al mundo. El e-mail, fechado el 4 de agosto de 2007, reporta que un socio del extraditado capo Juan Carlos Ramírez Abadía (Chupeta) estaría interesado en comprar 5.000 armas cortas a $2’700.000 la unidad, y la destinación de $1.496 millones como pago por la mercancía. El correo advierte que al sujeto, que se presentó como Camilo, se le sugirió un préstamo de US$10 millones “para asegurar la seriedad del negocio”.

El correo tiene otras perlas inquietantes. Por ejemplo, que se discutió la compra de misiles para las Farc a través de unos contactos libaneses que dispondrían de aviones y barcos para entregar el material en zona fronteriza, y en donde los vendedores “aportan los instructores” para el manejo de estos artefactos bélicos. “En el Líbano cada misil cuesta US$35 mil. Esta gente ofreció donar unos aparatos de estos a las Farc. No dijeron cuántos”, reza el documento conocido por El Espectador. Y añade cálculos sobre el negocio en conjunto para llevar armas o droga a México y a Europa, descontando los gastos operativos y con utilidades absurdas.

Del e-mail en el cual le informan a Joaquín Gómez y Fabián Ramírez de este contacto se desprende la organización del frente internacional de las Farc, hoy por hoy comandado por el triunvirato de Iván Márquez, Rodrigo Granda y Francisco Antonio Cadena; al frente de la comisión en El Salvador y Nicaragua aparecen Nubia Calderón o Esperanza, Ovidio Salinas Pérez, alias Juan Antonio Rojas; Olga Lucía Marín en Ecuador, Amílkar Figueroa, alias Tino, en Venezuela —diputado venezolano que tiene orden de arresto por un juez colombiano—; Orlay Jurado Palomino y el Cura Camilo desarrollando en Perú y Bolivia capacitación doctrinal y finanzas.

Organismos de inteligencia saben que Ómar Arturo Zabala Padilla, alias Lucas Gualdrón, constituye un enlace fundamental para las Farc en Suiza, además de que tiene bajo su cuidado a dos hijos de Granda y, junto con alias Alberto Martínez , moviliza operaciones y contactos con carteles de las drogas de Europa, o alianzas con la Eta en España. Martínez controla la página web de Anncol de las Farc y articula la consecución de actividades propagandísticas con células ilegales en el Eje Nórdico —Suecia, Noruega y Dinamarca—. Gualdrón, en cambio, se mueve en Zurich y Ginebra y tiene una orden de captura por la financiación y administración de recursos con fines terroristas, además de haber sido incluido en la Lista Clinton.

En Suecia también se mueve Hernando Vanegas Tolosa, alias Salvador. En Dinamarca, dos sujetos conocidos como Roberto y Carlos Mono; en Portugal, alias Miguel Burbano; en Bélgica, alias Natalia; o en Italia, Max y Marco. Todos, identificados por las autoridades, son el objetivo de la ofensiva diplomática que anunciaron el canciller Jaime Bermúdez y el propio presidente Álvaro Uribe. Tras la reunión del ministro Bermúdez con los 29 embajadores colombianos el jueves pasado, se determinó desplegar una feroz batalla en el campo internacional para atenazar los tentáculos de la subversión y poner en evidencia cómo se mueve la guerrilla más antigua del mundo.


La Coordinadora Continental Bolivariana, creada en 2003, es la punta de lanza del proyecto de las Farc. Creada por Iván Márquez, hoy cuenta con capítulos en Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, República Dominicana, Costa Rica, México, Bolivia, Brasil, otros países de Europa y, en especial, en Venezuela, donde hace menos de un mes se llevó a cabo una conferencia en la que se leyó una carta de Alfonso Cano que produjo escozor en el Gobierno de Uribe. En la configuración del grupo de la Coordinadora en el país vecino, el diputado Figueroa ha jugado un papel clave, dicen las autoridades colombianas.

“La comisión internacional de las Farc coadyuvó a las coordinaciones de las Farc con carteles narcotraficantes en México, contactos de mercenarios y ex militares rusos, yugoslavos y libios, para la obtención de armas”. Así reposa, en un documento de los organismos de inteligencia conocido por El Espectador, el rastreo a sus contactos, que se extienden a Francia y Alemania. Y mientras las autoridades reportan la incautación de US$480 mil en Costa Rica, que pertenecían a Rodrigo Granda, o las capturas de reconocidos enlaces en Europa y Centroamérica, sus reemplazos afinan sus estrategias y se hacen más invisibles.

De $4 billones (la misma fortuna que captó ilegalmente David Murcia Guzmán) calculan las autoridades que son las ganancias anuales de las Farc. Buena parte de éstas por el concurso de las relaciones que por décadas han trabado Márquez y sus hombres. El presidente Uribe señaló que su Gobierno va a perseguir a todos los terroristas internacionales de las Farc y que hay que recordarles a los criminales que desde el extranjero les ayudan a las Farc que sus actividades son terroristas. A los argentinos que realizaron el documental divulgado en Buenos Aires, les increpó: “Se les olvidó filmar lo que realmente hacen las Farc, que es sembrar minas antipersona”, o poner carros bomba, o degollar mandatarios regionales.

Un documento encontrado en el computador de Raúl Reyes, en el que se habla de un reajuste en el plan de trabajo de la comisión internacional, engloba sus estrategias para colar en los parlamentos europeo y latinoamericanos, así como en congresos bolivarianos, en iglesias, universidades, medios, periodistas, centrales obreras, organizaciones de mujeres o juveniles y hasta el Vaticano o Estados Unidos, su parte revolucionario, distorsionando la realidad sobre el secuestro o sus crímenes, al tiempo que siembran semillas de apoyos a células del Partido Comunista clandestino (PC3). Para ello se estipuló editar tres números al año de la revista Resistencia, 13.500 ejemplares que serían distribuidos en Brasil, Ecuador, Venezuela, México, Argentina, Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos y Canadá.

El documento fija la elaboración de un video sobre la mujer en la guerrilla, en portugués y en español; un plan de trabajo para Anncol para desarrollar contactos con sindicatos en Dinamarca o Inglaterra, cuentas bancarias y direcciones postales como logística para sus proyectos en Europa; se establece incrementar el número de lectores a través del manejo de buscadores web, mantener una revisión a sus páginas de internet para evitar “ataques de ciberpiratas”, así como se distribuyen sus apoyos en Canadá, Guayaquil, Chile, Australia y otro largo etcétera de países. En esencia, una diplomacia paralela con resultados y contactos que ridículamente les siguen permitiendo tener presencia y hacer daño desde el exterior.

Las Farc se expanden en los setenta

El trabajo de internacionalización de la guerrilla de las Farc comenzó a finales de los años setenta. En aquella época el grupo subversivo estrechó vínculos con las guerrillas de Nicaragua y El Salvador. Incluso con el triunfo de la Revolución Sandinista en el primero de esos dos países, en 1979, las Farc enviaron representantes suyos como delegados para recibir capacitación y asimilar la experiencia del conflicto de ese país. Pero las Farc dieron un paso más allá en abril de 1993, cuando en su octava Conferencia decidieron crear la comisión internacional, cuya finalidad era acrecentar relaciones con los países socialistas, difundir la imagen y los proyectos de la organización buscando un reconocimiento político, en virtud del “Plan Estratégico hacia la Toma del Poder”.

Por Redacción Judicial

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