En octubre del año pasado, en Santa Marta se concretó algo que se venía trabajando desde hace varios años: el inicio de la implementación de un Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP) que no solo permitiera organizar la movilidad en la ciudad, sino además la frecuencia de los buses, el pago y los puntos de parada, con el fin de hacer el transporte público más competitivo, eficiente y equitativo, como ya se ha hecho en otras ciudades intermedias del país.
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Por ello, el inicio de la fase preoperativa llegó con anuncios de nuevas inversiones y mejoras en el servicio; el problema para algunos de los usuarios es que la experiencia cotidiana con las busetas sigue siendo similar a la de años anteriores. Hay mejoras, como el uso de una tarjeta para el pago del pasaje y la adecuación de rutas, pero en la práctica, siguen predominando las largas esperas, buses llenos y cobros en efectivo.
Karen Rojas es una usuaria del barrio La Paz que usa a diario las busetas para ir a su lugar de trabajo. Asegura que en las mañanas lograr subirse a un bus era difícil por la alta demanda, mientras que para el regreso la situación era algo más llevadera; no obstante, tenía que tomar dos rutas para llegar a su casa y la demora de una de ellas podría hacerla llegar más tarde de lo previsto.
Reconoce que ve mejoría en algunas rutas, pero las adecuaciones no fueron uniformes en todos los recorridos. “Algunas tenían el sistema de la tarjeta, otras no. Entonces no sirve así, al final todo el mundo siguió pagando en efectivo”.
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La tarjeta a la que se refiere es Ciudad, uno de los cambios anunciados a finales del año pasado para mejorar el acceso y reducir el uso de dinero en efectivo por parte de los conductores, pero no ha logrado posicionarse. Al respecto, José Muñoz, otro usuario frecuente, coincide en que la estrategia no funcionó: “Se intentó, pero no se ha podido. Se sigue trabajando con el efectivo. Yo no logré usar la tarjeta y no parece rentable”.
Desde el SETP aseguran que el proceso de adopción ha sido complejo debido a los cambios grandes que representa. “Se trata de un cambio profundo de comportamientos ciudadanos y de todos los actores del sistema”. Sumado a esto, la entidad señala que se han generado expectativas positivas sobre el uso y están trabajando en superar las barreras culturales y operativas que dificultan la transición tecnológica.
Pero no es su único reto. En cuanto a mejoras en infraestructura, desde el SETP destacan las inversiones en malla vial para mejorar los tiempos de viaje de los usuarios, sin embargo, dentro de las críticas está que los tiempos de los recorridos se mantienen y falta capacitación a los conductores, que siguen andando a alta velocidad.
“Nuestro reto actual es recuperar y aumentar cada vez más los usuarios del transporte público colectivo legal”, indica el SETP, por lo que aseguran que están trabajando en mesas con líderes comunitarios para extender rutas de acuerdo con la demanda.
En cuanto al estado de los buses, ya que muchos son busetas antiguas, desde el SETP aseguran que existe un proyecto de adquisición de vehículos, pero no han definido si serán eléctricos o a gas. “Lo importante es mejorar lo que tenemos actualmente. Esperamos poder entregarle a la ciudad un transporte más sostenible y así generar una mejora en el servicio”.
También están en proceso la construcción de un centro de operaciones que permitirá mejorar la logística y gestionar integralmente la flota, facilitando tanto el mantenimiento preventivo como correctivo. Además, la obra contempla una zona de parqueo con capacidad hasta 100 buses, lo que mejoraría significativamente la organización y operatividad del sistema.
A pesar de los anuncios y a quela transición lleva menos de un año, para los usuarios es importante que se comiencen a ver los cambios. Sobre esto, José Muñoz asegura que el servicio cumple en lo básico, pues “funciona bien desde las 5 a. m. hasta las 10 p. m.”, pero se requiere que en verdad se preste un servicio de calidad.