Personas allegadas a Julieth Álvarez Mejía, la mujer de 22 años que fue hallada dentro de una maleta el pasado 14 de enero en Bucaramanga, señalaron que la versión entregada por el hombre que la asesinó no corresponde a la realidad, ya que ella no se dedicaría al trabajo sexual.
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Según indicó Ofelia Chinchilla, quien fue como una madre para la joven, las cosas no fueron como lo contó Edwin Yesid Medina, confeso asesino, ya que conocía previamente a Julieth y la asediaba con tono sexual. “Ella puso una publicación para buscar trabajo y el tipo, que trabajaba en Emaus, se dio cuenta de que era ella y empezó a llamarla a mi número y al de mi hijo”, narró la mujer a Caracol Radio.
Aunque Chichilla indica que le advirtió a Julieth que no trabajara con Medina, la última vez que la vio fue cuando él la recogió en San Alonso, en una moto. “Se la llevó. Yo le dije a mi hijo que por qué ese tipo había venido a recoger a Julieth y me dijo que porque se iba a trabajar con él”. Eso fue hace más de dos meses.
Julieth Álvarez tuvo una infancia difícil. Estudió hasta octavo en la Escuela Normal de Bucaramanga y gran parte de su infancia la vivió con su abuela, que murió hace cuatro años. Desde ahí, la joven estuvo viviendo en la calle y tuvo un hijo, cuya custodia quedó en manos de la mamá biológica de Julieth, quien vive con el niño, que ahora tiene 3 años, en otra ciudad.
En los últimos años, Julieth trabajaba vendiendo tintos y empanadas en parques de la ciudad, por lo que amigos cercanos han insistido, al igual que Chinchilla, que ella no se dedicaba al trabajo sexual.
El cuerpo de Julieth fue encontrado en la noche del pasado 14 de enero en una de las calles céntricas de Bucaramanga, envuelto en una cobija y dentro de una maleta, luego de que un habitante de la zona llamó a la Policía. Según relató el hombre que ayudó a cargar la maleta, Medina le pidió el favor de ayudarlo y le indicó que adentro había escombros que quería botar.
Esa misma noche, Medina fue capturado en su apartamento, a tres cuadras de donde se encontró el cuerpo, así como las autoridades hallaron en el lugar el bolso y otras pertenencias de la víctima. Durante la legalización de la captura, Medina aceptó los cargos e indicó que Julieth Álvarez era una trabajadora sexual que contactó en un parque y a la que le pidió pasar la noche, pero finalmente la habría ahorcado la mañana siguiente al no tener dinero para pagarle, versión que contrarían los allegados a la mujer.
Tras conocerse los hechos, el Observatorio de Mujeres de Santander solicitó que se tratara el caso como un feminicidio, pero la Fiscalía terminó imputando a Edwin Yesid Medina por los delitos de homicidio agravado en concurso heterogéneo con ocultamiento y alteración o destrucción de elemento material probatorio, lo que generó el rechazo de organizaciones de mujeres.
“La administración de justicia en Santander le ha fallado a Julieth y a todas las mujeres, tolerando la violencia feminicida. Las autoridades han evidenciado desconocimiento sobre el delito de feminicidio, una ausencia de la debida diligencia en la investigación con enfoque de género y dificultades para comprender que los feminicidios no solo ocurren en el contexto de pareja, expareja o familiar, sino que pueden ser perpetrados en cualquier ámbito y por cualquier persona”, dijo Gina Pineda, directora del Observatorio Ciudadano del Feminicidio de Santander.