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“Siempre habrá drogas”

Zar antidrogas de Francia, Etienne Apaire, dice que esa guerra no se está ganando.

Marcela Osorio
06 de enero de 2010 - 10:40 p. m.

En momentos cuando en Colombia aún reina la incertidumbre en torno a la forma como funcionarán los centros de salud a los que se les confiará la atención de los consumidores de droga en el país, el zar antidrogas de Francia, Etienne Apaire, hizo un llamado al país para incrementar los esfuerzos preventivos desde la educación y dio un espaldarazo a la prohibición del consumo.

Para Apaire, presidente de la Misión Interministerial de Lucha contra la Droga y la Toxicología de Francia, la guerra contra la droga está mal definida y no se va ganando. Destacó que los modelos coercitivos han sido insuficientes para resolver el problema, pero, al mismo tiempo, que aquellos basados en la libertad de consumo (casos Suecia y Gran Bretaña) también fallaron.

¿El tema de las drogas ilícitas debe ser un asunto policial o de salud pública?

Es un asunto que toca directamente a la organización de la sociedad, por eso la reacción debe ser en todos los campos y sectores: en la educación, en la aplicación de las leyes y en la familia.

Comienzan a tener fuerza en EE.UU. las voces que dicen que la estrategia de ayuda a Colombia es un fracaso porque no pudo reducir los cultivos. ¿Está de acuerdo con esta idea?

Lo que hay que hacer es rechazar la idea de que la guerra de la droga se ha ganado. Primero que todo el término de guerra contra la droga no es bueno. Se lucha por la educación, por la aplicación de la ley, el orden y la salud de los ciudadanos. Segundo, en este caso, la victoria no es posible porque siempre habrá drogas: hoy tenemos la cocaína, mañana las drogas sintéticas. Los esfuerzos hechos por los americanos, por los colombianos, por el conjunto de la comunidad internacional, están puestos a nombre de una moral, pero también en nombre de un concepto que privilegia la libertad en vez de la dependencia. Por eso hay que reducir de todas formas el consumo de drogas en nuestros países.

¿Le ve futuro a la legalización del consumo de drogas?

Ha habido países que estaban de acuerdo con la legalización, países que retrocedieron. Suecia, por ejemplo, y ahora Gran Bretaña, que acaba de recriminalizar el uso de la marihuana. Los países que tuvieron cierta tolerancia tienen niveles de consumo muy grandes. La experiencia francesa es que cuanto más claro sea el discurso sobre el consumo y el uso de las drogas, más se ve la disminución. Cuando Francia no tenía un discurso claro el consumo aumentó. Pero la ley no lo es todo. La educación, por ejemplo, ayuda mucho para evitar el consumo.

Ahora que Colombia se metió en el asunto, ¿qué características debe tener un centro de salud que atienda a drogadictos?

Las circunstancias que llevan a una persona a volverse adicta son múltiples, y las formas de sanarlo también. En algunos casos se necesita el uso de medicamento, en otros técnicas de comportamiento, lo que obliga a desarrollar dispositivos muy variados. En este tipo de cuidados de salud últimamente es común incluir a la familia en el proceso de recuperación. Hay que cambiar el imaginario y entender que los consumidores de droga no son enfermos contagiosos. Son nuestros hijos y nuestros hermanos y hay que acompañarlos en ese proceso sanatorio.

¿Cómo se maneja el tema en Francia?

En Francia no existe dosis mínima, simplemente está prohibido el uso de drogas estupefacientes. Pero no hay que focalizarse solamente en la normatividad. La ley debe estar acompañada por procesos de educación para los jóvenes y por un discurso regular sobre el peligro de las drogas que justifica esa prohibición. Francia está haciendo una campaña audiovisual cuyo eslogan es “Si es ilegal, no es casualidad”; esta campaña viene tras otra que evocaba los peligros de la salud por el consumo de drogas.

¿Y qué tanto ayuda, en realidad, la extradición de los narcos?

La decisión de la extradición es exclusiva del Gobierno colombiano. Lo que puedo decir es que cuando la ley se aplica las decisiones de justicia deben ser aplicadas. El sitio no importa, lo importante es que se necesitan prisiones cerradas, sea aquí o en cualquier otra parte.

¿Y cuál es la mejor forma de erradicarlos?

Hay que hacer ensayos. En un sitio hay que desarrollar el turismo, en otro café, cacao, yuca y aceptar la variedad. En Santa Marta vimos una cooperativa en donde se hacen grandes esfuerzos en materia de calidad que permiten aumentar los ingresos de los campesinos cafeteros. El chocolate en Francia es muy caro, hay un mercado para desarrollar, porque el cacao de acá es de muy buena calidad. Colombia está provista de otro tipo de riquezas que se pueden aprovechar para que no haya más cultivos ilícitos.

¿Qué tanto le falta a Colombia en la lucha antidrogas?

La tendencia es que una ciudad no se desarrolla en seis meses, una ruta de drogas no se desmantela tampoco muy pronto, un proceso judicial también toma tiempo. Entonces hay que darse el tiempo para que las cosas cambien, lo más importante es tener indicadores aceptados por todos que permitan medir esas evoluciones. Por eso es que con (el vicepresidente Francisco) Santos estuvimos de acuerdo con que sería interesante que Colombia se dote de un laboratorio para medir todo el movimiento de la droga, de dónde sale, cuál es su origen, cuando se encuentra droga en Francia saber de dónde viene. Así mismo, en que es necesario mejorar un poco la observación satelital para que podamos hablar el mismo lenguaje.

Pero, ¿ha habido alguna evolución?

Considero que ha habido una gran evolución en estos últimos años, primero hubo como una concientización de todos esos elementos, sobre la educación, desarrollo de la economía,  desarrollo de las ciudades en si, por ejemplo en Santa Marta se iluminaron las calles, se arreglaron espacio públicos para que los jóvenes compartan en un sitio agradable con mayor seguridad, se crearon sitios también para que los vendedores ambulantes puedan trabajar, vimos hoteles muy bonitos para que los turistas puedan llegar, vimos programas para niños, vimos lo que se llama en Francia como un tratamiento global del problema.  También fuimos a la Sierra Nevada con el vicepresidente Santos y vimos un ambiente geográfico difícil, los terrenos que antes habían sido cultivados con coca, hablamos un poco de todo y del deseo de que sigamos una lucha eficaz siempre en el respeto de los derechos humanos y creo que lo menos que Europa puede hacer es acompañar en los esfuerzos que se han hecho aquí. Usted puede preguntarme si esto sirve de algo y creo que este asunto de la eficiencia hay que apreciarlo pero a largo plazo.

¿Cuáles fueron las conclusiones de sus reuniones con voceros del gobierno colombiano?

La solidaridad  para que haya una necesidad. La lucha contra las drogas no será eficaz si no es aceptada por cada uno, porque cada uno va a sentir que la salud de los jóvenes colombianos y europeos.  El equilibrio de la sociedad pero también el equilibrio de las otras sociedades  estará también comprometida, el equilibrio del medio ambiente en el mundo. Tenemos intereses comunes, tenemos valores comunes, todo esto se hace en un marco legal y yo personalmente seré el portavoz ante los europeos de la evolución de estos últimos años y prometí decir que Colombia es un bello país que merece ser visitada cada vez más por europeos.

Por Marcela Osorio

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