Hacinamiento, hambre, un nuevo brote de Covid-19 y deficientes condiciones de salud es el panorama que se percibe en el albergue que dispuso la Alcaldía de Medellín para atender a los indígenas que se desplazaron forzosamente desde el Carmen de Atrato, en Chocó, hasta la capital de Antioquia.
Según lo informó la Defensoría del Pueblo, a pesar de que el lugar en el que están los indígenas tiene una capacidad para 120 personas, son 160 los que ocupan el espacio y según algunos líderes de las comunidades indígenas ya son más de 200 los que han llegado a la ciudad.
La Defensoría realizó una visita para verificar las condiciones del albergue, en el que se encontraron con una atención inadecuada, que está afectando a 72 niños indígenas que se encuentran en el lugar junto a sus familias. 50 de ellos serían menores de 5 años.
Según la defensora Regional del Pueblo, Yucelly Rincón, “tuve que requerir a la Secretaría de Salud toda vez que encontramos una niña desmayada en el piso, un bebé con un brote impresionante, los niños con diarrea”.
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Rincón agregó que según la Secretaría de Salud de Medellín “muchos de los niños ya están siendo vacunados contra el virus”, pero, mientras estuvo allí no llegó nadie. Por lo que, hace una alerta a las instituciones para que se investigue y se den soluciones frente a las condiciones de los indígenas en ese lugar.
Por el momento, la Alcaldía espera la llegada de más indígenas. Así lo señaló Sonia Peña, líder del Grupo de Asuntos Étnicos, Migrantes y Refugiados de la Personería de Medellín. “La idea es prepararnos. Asimismo, se hará articulación con la Gobernación del Chocó e instituciones de ese departamento para que tomen otras acciones que prevengan más desplazamientos”.
Las familias desplazadas se encuentran en un albergue cerca al Obelisco, en el sector del Estadio Atanasio Girardot.