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En la mañana del pasado 3 de noviembre, sobre las ocho de la mañana, vecinos del barrio Olaya Herrera, en Cartagena, oyeron una fuerte explosión. Atónitos, algunos pensaron que se trataba de un cilindro que había explotado, pero después de unos momentos, se dieron cuenta de que, al parecer, uno de los cables de la empresa ISA explotó y generó una descarga eléctrica.
Unos menores de edad, entre siete y trece años, que aparentemente jugaban cerca de los cables, fueron alcanzados por la descarga. A raíz de esto, resultaron con quemaduras, dos de ellos de segundo y de tercer grado. Los menores se encuentran el Hospital Infantil Napoleón Franco Pareja.
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Algunos vecinos de la zona indicaron también que la explosión dejó un colchón quemado, una habitación parcialmente destruida una cocina destruida. Sonia Mena, presidente de la Junta de Acción Comunal del Sector, aseguró que ya la comunidad había pedido que los cables de energía se ubicaran subterráneamente, porque están muy cerca a las viviendas de personas en el barrio. Sin embargo, enfatiza, no les prestaron atención. La comunidad exige la presencia del alcalde William Dau en la zona.
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Julio González, arquitecto de la Oficina de Gestión del Riesgo y Desastres de Cartagena, indicó que se está: “esperando a que la empresa ISA entregue el dictamen de lo que pasó”. La empresa de energía manifestó que está adelantando investigaciones que determinen la causa del accidente. Agregó que ejecuta mantenimientos preventivos periódicos para evitar cualquier tipo de accidente.
En octubre de este año, un turista bogotano murió en Cartagena a raíz de una descarga eléctrica por un cable suelto en el Centro Histórico. Diego Alejandro Gutiérrez, de 22 años, recibió una descarga de 7.600 voltios. El cable suelto fue de la empresa Afinia, que explicó que el cable terminó adherido a un árbol y energizó accidentalmente una reja cerca al Parque de la Marina.