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“El guardia”, la película que protagonizaba el excombatiente asesinado en Mesetas

Alexánder Parra, conocido como “Rodolfo Fierro”, quien fue asesinado el 24 de octubre, fue uno de los hombres de seguridad más cercanos a “Manuel Marulanda Vélez”. Iba a ser el protagonista de un largometraje que recorría los caminos históricos de “Tirofijo”, para después convertirlos en una ruta turística.

Sebastián Forero Rueda / @SebastianForerr
30 de octubre de 2019 - 11:00 a. m.
En “El guardia”,  'Rodolfo Fierro' iba a narrar en primera persona los recuerdos de la guerra junto a “Manuel Marulanda”, por los caminos históricos de esa guerrilla. / Fotos: Asspacomunicaciones
En “El guardia”, 'Rodolfo Fierro' iba a narrar en primera persona los recuerdos de la guerra junto a “Manuel Marulanda”, por los caminos históricos de esa guerrilla. / Fotos: Asspacomunicaciones

El próximo recorrido iba a empezar en diciembre. La cita era en el páramo de Sumapaz para emprender camino hacia lo que fue Casa Verde, el simbólico campamento de las Farc en la Uribe, Meta. Alexánder Parra, o Rodolfo Fierro, iría a la cabeza como guía por los caminos aún poco conocidos del cañón del río Duda y que fueron los senderos que conocía de memoria Pedro Antonio Marín, conocido en la guerra como Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo. La idea era precisamente recoger los pasos de ese histórico comandante de la insurgencia, de la mano de uno de los hombres que integraron su círculo de seguridad más cercano, de uno de sus guardias.

Pero esa producción, que inicialmente lleva por nombre 'El guardia, por los caminos de Tirofijo', verá la luz de manera distinta. El viernes 24 de octubre, hacia las 9:30 p.m., hombres armados ingresaron al espacio de reincorporación de Mesetas (Meta), llegaron hasta la vivienda de Alexánder Parra y lo asesinaron a tiros, en lo que significó el primer asesinato de un excombatiente de las Farc dentro de uno de los espacios habilitados para que realizaran su tránsito a la vida civil.

Detrás de 'El guardia'

La producción del documental había empezado casi un año atrás. William Ospina Ramírez, un director bogotano de cine independiente, en la víspera de la firma del Acuerdo de paz en 2016 se interesó por documentar “ese mundo que hasta ahí solo conocíamos por los noticieros”, dice refiriéndose a la vida de los guerrilleros en la guerra. Una de las primeras apuestas que hizo fue reconstruir la vida de Marulanda Vélez, a manera de biografía y a través de los sitios emblemáticos de esa guerrilla: Marquetalia, Casa Verde y el Caguán.

Ese trabajo, que lleva por nombre 'Tirofijo, el guerrillero oculto', ya está terminado y a través de Prime Time Media está siendo presentado a Netflix, para difundirlo a través de esa plataforma. Fue este documental la semilla de 'El guardia'. En medio de esa producción fueron consultadas personas muy cercanas al comandante Marulanda, como Sandra Ramírez, quien fue su compañera sentimental, Rodrigo Londoño, actual director del Partido FARC, o Carlos Antonio Lozada, senador por ese partido, y ellos le fueron soltando pistas de que Rodolfo era una persona clave en la vida de Tirofijo. “Por donde íbamos, todo el mundo nos decía ‘¿ya entrevistaron a Rodolfo?’”, dice hoy el director.

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A él llegaron a través de su esposa, Luz Marina Giraldo, Yessenia, a quien Ospina había conocido en medio de las grabaciones que venía haciendo. El director y Rodolfo se reunieron hace un año y fue este último quien marcó la ruta de lo que debería ser la producción. “Él me explicó que él tenía el sueño de que el mundo y el país conocieran los caminos por donde ellos habían hecho la guerra, que eran unos caminos de ríos y de cascadas, pero lo que más le dolía era que en esos caminos donde había bosques ya no hay bosques y donde había ríos ya no hay ríos, porque el medioambiente estaba siendo afectado”.

La idea, entonces, era recorrer esos caminos, el narrador iba a ser Rodolfo, y a medida de que iban descubriendo los lugares, él iba recordando los episodios que dejó la guerra al lado de Marulanda. La película-documental tendría entonces dos resultados: reconstruir la historia del comandante de las Farc desde la perspectiva de uno de sus hombres de seguridad más cercanos y develar la belleza de los paisajes que por décadas ocultó el conflicto armado. El destino final: el sitio donde está enterrado Tirofijo, cuya ubicación exacta pocos conocen.

“Aquí vamos rumbo a la Uribe, la punta del recorrido histórico, hacia el cañón del Duda”, dice Rodolfo visiblemente emocionado frente a la cámara de William Ospina, en el interior de un vehículo, en una de las escenas que alcanzaron a quedar registradas. Según dice el director, en lo que alcanzaron a grabar antes de que el excombatiente fuera asesinado, Rodolfo les dejó descrita la ruta que seguirían. “Tirofijo toda su vida estuvo en la cordillera Oriental, y hay unos sitios claves que él nos describe minuciosamente, vereda por vereda, río por río, era una persona que milimétricamente conocía esos pasos”. La mayoría de ello quedó grabado. Buena parte de ese material son conversaciones en el espacio de reincorporación de Mesetas, donde Rodolfo fue asesinado, en que el excombatiente les dibuja los mapas de la ruta en un tablero.

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La ruta es histórica. En lo que dejó Rodolfo se incluye una descripción detallada de lo que fue en realidad el campamento Casa Verde, bombardeado por las Fuerzas Militares el 9 de diciembre de 1990. Antes de eso, en esa región de la Uribe, fueron claves La Caucha y el Rincón de los Abuelos, sitios que funcionaron como sedes del Secretariado de las Farc en la segunda mitad de la década de 1980, y ambos objetivos en el bombardeo de 1990. En la ruta trazada llegarían hasta esos lugares.

Los sitios descritos por el excombatiente asesinado son también los mitos fundacionales de esa guerrilla. La región de El Pato, en Caquetá, y el Guayabero, en Meta, conocidos en la década de 1960 como “repúblicas independientes”. El largometraje lo grabarían allí, mientras Alexánder Parra relataba sus recuerdos de la guerra, pues a las filas de la insurgencia entró a los 16 años y desde entonces fue uno de los “consentidos” de Manuel Marulanda.

En las grabaciones, Rodolfo alcanzó a develar detalles de uno de los enigmas que hasta hoy siguen sin resolverse: la ubicación exacta de la tumba de Tirofijo. “En Platanillo dio como un primer mensaje que se estaba preparando para la muerte”, dice en medio del rodaje, refiriéndose a una vereda de Meta ubicada en cercanías de El Pato. “Uno coge una espesa montaña que se encuentra entre Platanillo y El Pato para llegar al sitio donde se encuentran los restos de nuestro comandante Manuel Marulanda Vélez”, dice el exguerrillero señalando la ruta sobre un mapa. Allí culminaría el largometraje. “Al principio buscábamos una tumba, pero resulta que ahora tenemos dos: la de Tirofijo y la de él”, comenta el director Ospina.

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El asesinato fue sorpresivo para quienes avanzaban en la producción de 'El guardia' con él. Ospina recuerda que en los últimos meses Rodolfo estaba empeñado en sacar adelante un proyecto de turismo del que, de hecho, esta película-documental iba a ser un abrebocas. La idea del excombatiente era abrir una ruta turística por los antiguos caminos de la guerra y que esa ruta la recorrieran tanto visitantes locales como extranjeros. Con el fin de ir avanzando en ese proyecto, hace cerca de un mes Rodolfo y Ospina se reunieron en Bogotá con conocedores del tema de turismo de paz. Esa fue la última vez que el director vio a su protagonista y el próximo encuentro, sin fecha exacta, se acordó para diciembre.

Hoy Alexánder Parra ya no está y el futuro de 'El guardia' es incierto. La idea inicial era presentársela a Netflix, y hoy su director contempla dos caminos: “Él ya me dijo cómo es la ruta, la puedo continuar solo con mi equipo y seguir la historia con la voz de Rodolfo, que está grabada, y seguir la historia como una travesía, porque una cosa es tenerlo a él y otra cosa irme solo de acuerdo con la descripción que él me hizo”. El otro, dice, es encontrar a alguno de los compañeros de Rodolfo que también hubiera integrado la guardia cercana de Marulanda Vélez y que él continúe la ruta trazada, porque, en últimas, el sueño de Alexánder Parra era que los caminos de la guerra se conocieran, pero en tiempos de paz.

Por Sebastián Forero Rueda / @SebastianForerr

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