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“Estábamos juntos en cada plato de la balanza y cada uno hacía un importante trabajo para la reincorporación de la gente del ETCR. La comunidad nos reconoce y reconoce nuestro trabajo y por eso nos está apoyando, pero a las maquinarias no les gusta eso”. Así describió, Luz Marina Giraldo, candidata por el partido FARC al Concejo de Mesetas (Meta), en medio del llanto, el dolor innombrable que ha sentido tras el asesinato de su compañero y pareja, Alexander Parra Uribe, conocido también como "Rodolfo".
Alexander Parra fue asesinado en la noche de este jueves dentro del espacio de reincorporación de Mesetas (Meta), por dos hombres encapuchados que le dispararon seis veces. Su asesinato generó un contundente rechazo por la Misión de Verificación del Acuerdo de Paz de Naciones Unidas, así como por el Gobierno, y se suma a la terrible lista de 158 homicidios de excombatientes, que ha verificado la misión, aunque según el partido de la exguerrilla serían 168, desde la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc, en noviembre de 2016.
Una apuesta por el ecoturismo
Alexander Parra era excomandante de la guerrilla, delegado de FARC al Consejo Departamental de Reincorporación en el Meta y coordinador del proyecto turístico Ambientes para la Paz apoyado por la cooperación internacional. Un proyecto que mostraron como ejemplo durante la visita del Secretario General de la ONU, en enero 2018.
Fue por eso que, en febrero de 2019, Alexander acompañó al príncipe Haakon Magnus, de Noruega, y al embajador de ese país, John Petter Opdahl, a recorrer el sendero ecoturístico de los excombatientes de las Farc en Mesetas (Meta), uno de los proyectos que lideraba junto a su compañera, Luz Marina Giraldo, conocida también como “Yessenia".
La iniciativa Paraísos Ocultos, que presentaron al mundo en enero de este año, es una ruta ecoturística que crearon los excombatientes de Mesetas, (el espacio de reincorporación más grande del país donde hoy viven 304 personas entre excombatientes y sus familias) junto a las comunidades para preservar la vida de su territorio y descubrir la enorme biodiversidad que durante décadas estuvo escondida en la guerra.
Durante el conflicto armado, los municipios de Mesetas y Uribe (Meta) fueron escenarios de confrontación armada entre tropas del Bloque Oriental de las antiguas Farc y las Fuerzas Militares. De hecho, Uribe fue uno de los municipios en donde se adelantaron los fallidos diálogos de paz entre las Farc y el gobierno de Belisario Betancur a mediados de la década de los 80. A finales de los 90, ambos territorios harían parte de la zona de despeje para desarrollar las conversaciones fallidas entre esa guerrilla y el gobierno de Andrés Pastrana.
Hoy, producto del acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc, se conoce como el Corredor de Paz Mesetas-Uribe, y hace parte del programa “Ambientes para la Paz”, en una de las áreas más amenazadas por la deforestación.
La iniciativa contribuye a transformar la adaptación al cambio climático de estos destinos turísticos, protegiendo los bosques y lugares de enorme riqueza hídrica. Es el caso de Caño Rojo, ubicado a un kilómetro de la vereda Buenavista donde queda el ETCR Mariana Páez. Aquí, los excombatientes que se capacitaron en rappel, guían un descenso de más de 30 metros de altura en medio del agua de la cascada.
Ambientes para la Paz es un proyecto liderado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, implementado por el PNUD y el Consejo Noruego para los Refugiados, en coordinación con la Alta Consejería para la Estabilización y Consolidación, y financiado por Noruega. Un ejemplo de su compromiso por la paz en el diseño e implementación de soluciones para enfrentar la crisis climática, que hoy más que nunca el país entero debe rodear y respaldar.
Vea aquí en video a Alexander Parra , presentando esta apuesta de reincorporación a través del ecoturísmo: