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Educación para la sostenibilidad: el camino para impulsar a las empresas

Este enfoque en la educación proporciona a los profesionales las competencias, valores y el poder de acción requeridos para superar los retos globales ambientales y sociales, mientras se promueven mejores procesos productivos, amigables con el entorno.

22 de marzo de 2024 - 08:19 p. m.
 La Universidad de Los Andes ofrece una maestría en Gerencia Ambiental, otra en Gerencia y Práctica del Desarrollo, y una maestría virtual en Regeneración y Desarrollo Sostenible. / Cortesía
La Universidad de Los Andes ofrece una maestría en Gerencia Ambiental, otra en Gerencia y Práctica del Desarrollo, y una maestría virtual en Regeneración y Desarrollo Sostenible. / Cortesía
Foto: Cortesía Uniandes

Sin duda, la sostenibilidad se ha convertido en ese tema que, en busca de mitigar los efectos del cambio climático y mejorar nuestra relación con el entorno natural, se debe aplicar en todas las acciones del ser humano, incluidos los procesos productivos empresariales.

Tan es así que la Organización de Naciones Unidas (ONU) implementó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, en el que se propone -para lograr los cambios necesarios- un fuerte enfoque educativo que permita construir nuevas maneras de relacionarnos con el entorno y los cambios que se presentan.

“Conectar cosas aparentemente desconectadas y poder mirar los fenómenos sociales y naturales desde distintas escalas espaciales y temporales”, es uno de los atributos que destaca Ximena Rueda Fajardo, decana de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes, sobre la importancia de educar para la sostenibilidad.

En diálogo con El Espectador, la decana habló sobre los beneficios sociales, económicos y ambientales de incorporar la sostenibilidad en la vida diaria, en las empresas, e industrias; también resaltó los programas con enfoque sostenible que tiene la Facultad, y destacó el papel de las instituciones educativas en el contexto actual en donde se requieren más y mejores ofertas que permitan lograr un mundo y unas relaciones más sostenibles.

¿Cuál es la importancia de la sostenibilidad en el contexto actual de crisis ambiental y climática, para las organizaciones y la sociedad en general?

La crisis climática nos parecía siempre como un fantasma que nos estaba rondando y que en algún momento iba a llegar, pues ya está encima, ya no es una cosa del futuro. La profundización de los fenómenos naturales como las sequías, los huracanes, los incendios nos demuestra que ya estamos abocados a tratar esta crisis. Ya no es momento de pensar qué vamos a hacer en el futuro, sino de comenzar a actuar. Hay que empezar a hacer nuestras actividades cotidianas de forma diferente para adaptarnos, reducir nuestros impactos en la naturaleza y mitigar los efectos del cambio ambiental global. Como sociedad tenemos que actuar porque los impactos globales de este cambio son profundamente desiguales y afectan más a los más pobres y más vulnerables, y como individuos y ciudadanos tenemos que comenzar a pensar en cómo nos afectan en nuestra vida cotidiana.

¿Qué papel juega la educación en la formación de personas comprometidas con la sostenibilidad?

Formarse en sostenibilidad significa hacer conexiones que no son obvias, entre fenómenos que están aparentemente desligados. Por ejemplo, pensar en qué me afecta que haya una sequía en la India; aparentemente ese no es mi problema, pero en algún momento se empiezan a ver las repercusiones en los precios internacionales de los productos, en la migración, en la geopolítica, es decir, esos fenómenos distantes sí tienen repercusiones en nuestra vida.

Educarse en sostenibilidad significa mirar los fenómenos sociales y naturales desde distintas escalas espaciales y temporales. Entender cómo cosas que están ocurriendo en un pequeño territorio pueden estar siendo influenciadas por fenómenos que ocurren en un lugar muy distante.

También hay fenómenos en los que uno advierte las consecuencias en el corto plazo, pero puede que las transformaciones sean de largo plazo y nos pasen desapercibidas hasta que es demasiado tarde. Por ejemplo, perder una especie puede desencadenar efectos muy importantes sobre las relaciones entre depredadores y presas, sobre el control de plagas y enfermedades, etc. Educarse en sostenibilidad significa poder hacer esas conexiones en el tiempo y en el espacio que no son tan obvias y encontrar los mecanismos para entender sus causas y actuar efectivamente para modificarlas.

¿Cree oportuno que las universidades impulsen la sostenibilidad de manera transversal en los programas académicos?

No sé si en todos, pero sí en muchos. Me explico: pensar en sostenibilidad es pensarse uno en relación con su entorno. Lo disciplinar sigue siendo muy importante; entender profundamente dentro de cada disciplina las implicaciones de cada decisión; y es imposible pretender que un abogado tenga el conocimiento de un climatólogo, o que un biólogo sepa lo mismo del comportamiento de los agentes económicos que un economista.

Siento que hay un espacio importante para la profundización disciplinar, porque uno puede, desde su disciplina, entender las implicaciones de la sostenibilidad dentro su conocimiento particular. Por lo que no podría decirte que sí, que todo se tiene que transversalizar y todo lo tenemos que entender de manera conjunta y sistémica, porque perdemos profundidad y conocimiento disciplinar.

Es un juego de equilibrio: profundizar y permitir que las disciplinas aprendan más en su rigor científico y en su área de conocimiento específica, pero que logren establecer puentes con las otras para comunicarse y entender las interdependencias.

Ahora bien, creo que la enseñanza de la sostenibilidad social no puede separarse de la enseñanza de la sostenibilidad ambiental y en ese sentido sí hay una necesidad de que se aborden de manera integral. Los problemas ambientales son también de justicia social, son problemas de cómo se distribuyen los costos y beneficios del uso de la naturaleza, por lo que se vuelven asuntos de equidad y derechos.

¿Cuáles son los beneficios sociales, económicos y ambientales de incorporar la sostenibilidad en la formación académica?

Para una joven profesional que se está formando, creo que el mercado laboral cada vez más le va a pedir que sea capaz de incorporar estos temas, que no vea la sostenibilidad ni la ética como un tema simplemente de filantropía o de responsabilidad social corporativa, sino que sea capaz de entender y pensar cómo la sostenibilidad transforma las organizaciones y genera más valor.

Pensar en sostenibilidad es incorporar esta visión para reducir costos innecesarios e ineficiencias; y al mismo tiempo es identificar y aprovechar oportunidades de mercado, de lo que hoy se llaman las soluciones basadas en la naturaleza, y poder entender cómo esta imitación de la naturaleza nos puede ayudar a cambiar la forma de hacer nuestros procesos productivos.

Entonces siento que las personas que logran estas habilidades de entender cómo funciona la naturaleza y conectar escalas temporales y espaciales distintas para pensar críticamente sobre los fenómenos y sus causas y consecuencias, son profesionales mucho más integrales que pueden desempeñarse mejor en el mercado laboral. Una profesional así puede trabajar en organizaciones que sean en su interior muy sostenibles, pero también en las que no, porque puede aportar muchísimo para que esas que no son tan sostenibles se transformen.

¿Cómo puede la enseñanza de la sostenibilidad fomentar la innovación y la resolución de problemas en diferentes áreas?

Te doy un ejemplo que es el de la biomímesis: el conocimiento de los procesos naturales nos puede inspirar a crear materiales que hagan lo mismo que hacen los materiales y productos naturales. Podemos pensar en soluciones inspiradas en la naturaleza para, por ejemplo, diseñar empaques de los alimentos que comemos todos los días. Pueden inspirar la fabricación de materiales que aseguren la durabilidad que se necesita para llegar al supermercado y tener una vida útil larga, y al mismo tiempo, garantizar que al momento en que entren de nuevo en contacto con el entorno natural se puedan desintegrar y volver al ciclo natural.

El icopor o el plástico no tienen incorporado el costo ambiental de su permanencia en el entorno. Entonces cuando uno compra un envase de plástico solo está pagando por el costo del material, no por el costo ambiental de su permanencia en el planeta; este costo es lo que se llama en lenguaje económico una externalidad negativa, un costo impuesto a la sociedad que las empresas que lo causan no asumen. Si estos costos se empiezan a incorporar en la contabilidad empresarial, las empresas se ven en la necesidad de innovar para reducir su impacto ambiental.

¿Cuál es el papel da las instituciones educativas en la promoción de la sostenibilidad?

Creo que las instituciones educativas que están en la frontera del conocimiento, tienen que entregar ese conocimiento y discutirlo con sus estudiantes; son las llamadas a promover los cambios más transformadores, a entender los impactos de los fenómenos naturales, de los problemas a los que estamos abocados, y a diseñar los mecanismos para que los responsables de estos cambios asuman esta responsabilidad y trabajen por el bien común.

Las instituciones educativas también deben ayudar a los jóvenes a desarrollar las competencias que les permitan actuar en un mundo que es complejo, que está interrelacionado, donde hay unas relaciones de poder que son muy determinantes en las posibilidades de volver más sostenible el planeta.

Su rol es entregar esa comprensión y las herramientas para actuar. A veces el discurso sobre sostenibilidad y crisis climática puede ser aterrador, y creo que las instituciones educativas tenemos la obligación de dar esperanza, no una esperanza ingenua, basada solamente en el deseo, sino basada en la acción política, porque los estudiantes tienen en sus manos la capacidad de ser actores de cambio en la sociedad.

¿De qué manera la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes promueve la formación en sostenibilidad?

La Facultad fue pionera en esta formación. Esta Facultad, que hoy tengo el privilegio de dirigir, siempre ha sido muy visionaria; no puedo atribuir a un único factor el origen de esa habilidad de anticipación, pero creo que parte de la explicación tiene que ver con la diversidad disciplinar de sus profesores: tenemos administradores, economistas, ingenieros, biólogas. Eso nos ha permitido tener una apertura mental y de trabajo interdisciplinar muy grande.

Hace más de 15 años la Facultad decidió actuar en los temas de sostenibilidad; empezó con la maestría en Gerencia Ambiental, con la intención de entregar herramientas gerenciales para solucionar los problemas ambientales de las organizaciones.

Luego se dio cuenta de que tenía mucho sentido mirar la gerencia, en general, a través de los ojos de la sostenibilidad, entonces entendió que no era solamente entregar unas herramientas gerenciales, de finanzas, mercadeo, organizaciones o estrategia a quienes hacían conservación, sino meterse en el corazón de la estrategia de las organizaciones y de su modo de operación e imbuir de sostenibilidad sus acciones.

Arrancamos pensando en cómo las herramientas del management le sirven a las organizaciones que están buscando la sostenibilidad ambiental y social; ahora pensamos en como transformar todo tipo de organizaciones desde la perspectiva de la sostenibilidad, y ese es el camino que hemos recorrido.

Tenemos tres maestrías, cada una con un énfasis distinto: la de Gerencia Ambiental está dirigida a los gerentes ambientales dentro de las compañías; la de Gerencia y Práctica del Desarrollo es para las personas que están trabajando en temas de desarrollo en los territorios; es una maestría para generalistas, y entrega un conocimiento en administración que es profundamente transformador para abordar los retos del desarrollo . Y un nuevo programa, que es nuestra maestría en Regeneración y Desarrollo Sostenible, que es completamente online, se orienta a las personas que no pueden venir al campus pero que tienen un interés en estos temas y quieren ser actores de cambio en sus organizaciones.

Tenemos esos programas formales y programas en educación ejecutiva, a través de los cuales trabajamos con empresas ayudándoles a desarrollar e implementar su estrategia de sostenibilidad y a encontrar alternativas para involucrar los temas de biodiversidad y cambio climático, a su quehacer.

¿Cuáles son las estrategias y acciones de la Universidad y la Facultad para aplicar la sostenibilidad?

Eso es un tema que siempre es retador, porque implica no sólo un cambio en el discurso y en las convicciones, sino un cambio en el comportamiento. Para eso hemos emprendido distintas acciones desde lo educativo y desde la manera misma como hacemos las cosas.

Por ejemplo, hace un par de años hicimos una alianza con Manos Visibles y formamos a 60 líderes del Pacífico en nuestra Maestría en Gerencia y Práctica del Desarrollo, con una beca otorgada por la Fundación Ford y por la Facultad.

En el campus estamos tratando de ser autosuficientes en el uso de la energía y en el reciclaje del agua. El edificio donde está nuestra Facultad de Administración está en proceso de certificarse como infraestructura LEED, bajo los estándares de la arquitectura sostenible.

Estamos cambiando en la Facultad la gestión de compras para hacerlas más sostenibles y midiendo nuestra huella de carbono. Queremos fomentar también la creación de corredores biológicos que conecten los cerros orientales con el centro de la ciudad a través del campus. Con nuestro comportamiento como Facultad y como Universidad buscamos ser más coherentes con la enseñanza que impartimos como institución educativa.

Conozca más información en:

https://administracion.uniandes.edu.co/programas/maestrias/

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