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Mientras las y los chilenos se alistan para decidir si aprueban o rechazan una propuesta de nueva Constitución este 4 de septiembre, en varias ciudades de América Latina: Buenos Aires, Ciudad de México y Bogotá, organizaciones civiles se han manifestado a favor de la nueva propuesta constitucional.
En varios puntos icónicos de las ciudades fueron proyectados mensajes que apoyan la aprobación de la nueva constitución chilena. Estas proyecciones que cada día se hacen más populares buscan fusionar el arte con la tecnología para expresar mensajes y reclamos populares de manera pacífica.
“Chile Aprueba”
La nueva constitución que se someterá a aprobación en Chile es un hito histórico para América Latina. Después de la fuerte dictadura de Augusto Pinochet, el pueblo chileno se encuentra frente a la decisión de adoptar una nueva constitución que sea más inclusiva y reconozca derechos básicos cómo la educación, la salud y el acceso a los servicios públicos.
Las revueltas sociales en Chile: un ejemplo para el mundo
Durante décadas, las constantes revueltas , llenaron de asombro no solo a chilenos, si no también a todo América Latina. Los reclamos populares por un cambio real en la política chilena llenaron las portadas de los diarios y las imágenes de los noticieros. El enojo, el hartazgo de amplios sectores sociales contenidos por años de represión, se convirtió en un estallido social.
Los partidos políticos optaron por la búsqueda de un acuerdo: establecer un proceso por una nueva Constitución que recogiera las demandas de las y los chilenos.
En este contexto, la propuesta por la reforma constitucional en Chile surge como una nueva propuesta que busca generar equidad en una región que se caracteriza por la desigualdad social y la concentración del poder en unas cuantas personas.
El proceso que han llevado a cabo las y los chilenos para cambiar su constitución ha estado desde su inicio en los ojos del mundo. El proceso constituyente que inició en 2021 ha logrado llamar la atención del mundo al ser paritario, incluyente y diverso. Además el texto constitucional propuesto es de vanguardia, moderno y apunta hacia un futuro deseable incluyendo principios ecológicos y humanistas.
La Nueva Constitución está hecha para este siglo y entierra aquella que se quedó estancada en la antigua dictadura y en la doctrina de la seguridad nacional, en la “democracia protegida” y que resultó ser una coraza para un modelo económico concentrador y excluyente, generador de profundas desigualdades.