¿Cómo fue el panorama de la salud mental y la psiquiatría durante el período de pandemia?
Nosotros veníamos observando un incremento en las necesidades de atención en salud mental en la población en general antes de la pandemia. Cada vez la gente está necesitando más consulta de psiquiatría y psicología, y cuando llega la pandemia, en 2020, vienen los confinamientos, el estrés generalizado por el riesgo de infección, el sufrimiento por el fallecimiento y la convalecencia de familiares y el panorama tan difícil que se vio desde el punto de vista económico, con el cierre de empresas de todo tipo, y la parálisis de la economía global.
Y todo eso se volvió un caldo de cultivo que potenció aún más el estrés en la población, y que lo terminamos viendo posteriormente con esas secuelas de estrés generalizado que se observó posteriormente. Entonces empezamos a encontrar una demanda exponencial de atenciones en salud mental, lo que han denominado una pandemia de la salud mental, es decir, salimos de todo ese estrés de riesgo infeccioso por el virus del covid-19, y posterior a eso empezaron a surgir todas estas manifestaciones de estrés contenido durante esa época que se sumaba a la ya creciente necesidad de la población.
Esto no solamente ocurre en Bogotá o en el país, sino que de manera generalizada en el mundo se ha observado un número creciente de necesidades de atención en salud mental en la población.
A eso también le agregamos que el virus del covid-19 también tiene una afinidad por el cerebro, y genera unas afectaciones a nivel cerebral que pueden verse representadas en manifestaciones neuropsiquiátricas como ansiedad o depresión, problemas atencionales, mal manejo del estrés, dificultades para concentrarse y asuntos de memoria.
Por otro lado, la necesidad de cuidar la salud mental, en un país como el nuestro, en donde los temas emocionales y mentales siempre han sido un tabú, ha venido cambiando, por fortuna. La pandemia y el estrés de la población alimentaron esa necesidad de las personas buscar ayuda para estos asuntos, y es que, hoy en día, la ansiedad y la depresión pululan en la población colombiana, o se han hecho más evidentes. La gente consulta más, lo reconoce más; y vemos en las instituciones especializadas en psiquiatría que buena parte del año no hay la capacidad instalada suficiente para atender a esta población que cada vez está necesitando más.
¿Qué tipo de enfermedades o trastornos se agudizaron durante la pandemia?
El trastorno depresivo y los trastornos de ansiedad han sido las condiciones que más han incrementado en todos los grupos poblacionales y, también hemos observado, un incremento significativo en ciertos grupos poblacionales, como lo son los menores de 18 años y también en el personal de la salud.
¿Cuáles son esos cambios positivos que dejo la pandemia en temas de salud mental y psiquiatría?
Hay varios cambios, algunos, sin duda, positivos. El primero es que, al estar sometidos a tanto estrés colectivo, se aumentó la conciencia de la población en cuidar la salud mental. Uno puede estar bien físicamente, pero el manejo de las emociones es necesario para nuestra propia salud general. La OMS describe en su concepto de salud, el de tener salud mental como parte de la ecuación.
Lo segundo, que también llegó para quedarse, y no solo en la medicina y en la psiquiatría, sino, en general, para las diferentes actividades productivas en el país, es la virtualidad. Esta herramienta tecnológica tuvo un impacto muy importante en lo que ha sido la prestación de servicios de salud, y en psiquiatría no ha sido la excepción. Todo lo contrario, ha tenido un impacto positivo, pues mucho del trabajo del médico especialista en psiquiatría, es hablar con el paciente, entrevistarlo, tratar de entender cómo piensa y como se siente, y esto se ha facilitado con las herramientas virtuales, pues le permitieron a muchas personas, desde la seguridad de sus hogares (durante el confinamiento) y posteriormente, acudir a cita con el especialista de una manera fácil e inmediata, evitándose desplazamientos y todo lo demás que ello conlleva, cuando se acude a una cita médica.
Ha sido tan importante, que la gran mayoría de instituciones especializadas en salud mental habilitaron sus servicios de prestación terapéutica en salud mental también con la virtualidad. Y eso facilita muchísimo el acceso de los pacientes a la consulta, no solo en las ciudades sino desde las regiones, pues ayudó a que muchas personas que viven fuera de la ciudad tengan la posibilidad de acceder a las citas, y eso ha ayudado a favorecer el acceso, especialmente en el área de la salud mental.
Hay otros beneficios que son más intangibles pero que, sin duda alguna, son valiosos. Y es la capacidad de resiliencia que tenemos los seres humanos de recuperarnos de circunstancias adversas o de calamidad, incluyendo de aquellas que pueden ser desastrosas. Por ejemplo, un país como el nuestro, golpeado por la violencia, por las dificultades económicas, por las inequidades en las regiones, por la corrupción, etc., y uno mira el manejo que se le dio a la pandemia, en medio de todas estas dificultades, pues mostró nuestra capacidad de levantarnos y recuperarnos, y seguir adelante, en temas de resultados de atención y manejo de la pandemia, el país, y nuestro sistema de salud, salió mucho mejor que en otros países, inclusive del primer mundo. Colombia mostró la capacidad de resiliencia de su población, y de los colombianos de recuperarnos ante las adversidades. Nuestro sistema de salud, tan criticado, y con muchas cosas por mejorar, logró responder de una manera eficaz y eficiente a una calamidad pública como lo fue la pandemia por covid-19, y logró garantizarle la atención a la mayoría de la población sin que eso repercutiera en el bolsillo particular de cada colombiano que se vio afectado por la condición.
Siendo así, yo creo que, de manera consolidada estos han sido los grandes beneficios que surgieron de una situación tan compleja como lo fue la pandemia global por covid-19.
¿Cuáles son los retos en salud mental que presenta el sistema de salud de Colombia?
Los retos son grandísimos. Lo más importante es de recursos y gestión. La Organización Mundial de la Salud (OMS) mostraba que a comienzos de 2023 los gobiernos a nivel mundial solamente destinaban un 3 % del presupuesto nacional en salud para temas de la salud mental, y Colombia no está lejos de eso. Entonces, evidentemente, uno de los grandes retos es que, desde el presupuesto, desde la organización de las políticas públicas, desde la organización de las actividades en salud pública y actividades comunitarias para la salud mental, se requieren mayores recursos y mayor implementación de lo que ya está legislado.
La prioridad de la salud mental debe ser un imperativo categórico de cualquier sistema de salud, pues, yo puedo estar bien en mi cuerpo, no tener enfermedad cardiovascular, no tener cáncer, no tener cualquier otra condición incapacitante, pero si yo tengo una enfermedad mental, eso puede ser tan o más generador de discapacidad, pues hace que yo no produzca, que no trabaje, que no estudie, que no pueda compartir con mi familia, entre varias otras actividades de la cotidianidad del ser humano. Por poner un dato relevante, la depresión es hoy una de las tres primeras causas de discapacidad en el mundo, casi cercana a lo que producen las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Ese dato….dice mucho.
El costo en salud pública que representa tener a una persona con discapacidad por enfermedad mental es muy alto; además, estas condiciones tienden a ser recurrentes en muchos casos, si o reciben el tratamiento oportuno y adecuado; y si no se maneja bien, eso va a representar que se deteriore la capacidad de funcionar de la persona, de producir, de compartir con sus seres queridos, y afecta la capacidad de vivir tranquilamente.
Otra de las necesidades es la de ajustar el sistema del giro de recursos en lo que tiene que ver con las atenciones en las instituciones prestadoras de servicios de salud, y no solo en la salud mental, sino en general. El endeudamiento que tienen las aseguradoras con los prestadores de salud es muy grande, algunas cifras hablan de estar alrededor de los $7 billones, y al ser instituciones que prestan servicios de salud pues no pueden parar de atender a la población. La necesidad de recursos es muy importante, y no solo de que el recurso esté disponible sino de que le llegue a los que prestan el servicio, para pagar el personal, los insumos, los costos de la prestación de los servicios en general. En todo caso, a pesar de las dificultades en el sistema, existen muchos logros alcanzados en las últimas décadas, y no deberíamos perder lo que se ha ganado en 30 años, y se podría buscar optimizar el sistema en las cosas que fallan, sin que tengamos que acabar con el modelo actual y tener que volver a replantearlo, para empezar desde ceros, o desde algo nuevo, que puede ser toda una incógnita y alimenta la incertidumbre.
Por otro lado, todo lo que tiene que ver con la atención más preventiva, y motivar a las personas a que hagan sus controles médicos antes de que se presente la enfermedad, intervenciones colectivas y el enfoque en la atención primaria y preventiva, pues mucho de eso ya está en el sistema de salud, pero de alguna manera no se ha hecho como se debe, y se debería buscar la manera de poder hacerlo de una manera más efectiva, y trabajar sobre lo preventivo sin dejar de lado los tratamientos, la prevención secundaria y terciaria, que es cuando uno ya tiene la condición y requiere el tratamiento. Al final, la atención en salud debe ser integral, incluyendo promoción, prevención y atención primaria, secundaria y terciaria.
¿De qué manera la Clínica Montserrat ha mejorado la prevención, atención e investigación de la salud mental en Colombia?
La Clínica Montserrat, que es el Instituto Colombiano del Sistema Nervioso, es una institución privada sin ánimo de lucro, con 72 años de experiencia, especializada en la prestación de servicios en salud mental.
En los últimos años hemos logrado consolidar lo que ha sido nuestro modelo de atención histórico, entendiendo que los problemas de salud mental nos tocan a todos, que nadie está exento de tener dificultades en sus emociones y en los temas personales de salud mental, y que ayudamos a que el paciente y su familia entiendan que el paciente que tiene un problema de salud mental es un paciente como cualquier otro. En la Clínica Montserrat siempre buscamos brindar una atención humanizada a los pacientes y a las familias, trabajando en la comprensión de que los pacientes no solamente necesitan medicamentos, que es una parte del tratamiento en algunos casos, sino que también se pueda trabajar en entender lo que le pasa al paciente desde su dolencia psíquica y su sufrimiento emocional, y brindar herramientas para que pueda seguir adelante con su vida. Nuestro trabajo histórico, y los esfuerzos de los últimos años, nos han llevado a buscar estándares de calidad superior en nuestros procesos, tanto que en 2022 nos otorgaron el mayor reconocimiento que tienen las instituciones prestadoras de servicios de salud en Colombia, que se llama la Acreditación en Salud. En el país hay cerca miles de instituciones prestadores de servicios de salud, y de estas, solamente cerca de 56 instituciones estamos acreditadas, lo que respalda que nuestros servicios, en todas nuestras modalidades de atención, los préstamos con calidad superior.
Adicionalmente, la Clínica Montserrat es también la casa de la formación de los especialistas en psiquiatría de la Universidad El Bosque. Hace 42 años hicimos una alianza estratégica con la Universidad y desde entonces somos la casa que forma a los médicos que se especializan como psiquiatras de dicha universidad, y a la fecha hemos graduado 280 médicos especialistas en psiquiatría en este proceso, especialistas que salen a prestar sus servicios a la comunidad, en cualquier parte del país, brindando la atención con calidad que aprendieron en nuestro modelo.
Por otro lado, nuestra institución también tiene como pilar de sus actividades misionales, la investigación. Luego de varios años de arduos esfuerzos, nuestro grupo de investigación recibió el reconocimiento por Colciencias (hoy Minciencias) como grupo de investigación en salud mental en categoría B. Somos el único grupo de investigación en salud mental en Bogotá que cuenta con dicha categoría, y eso se desprende de la calidad de nuestras producciones científicas y de nuestras investigaciones, que quedan como un aporte al conocimiento médico general, para su posterior aplicación en la comunidad. De otra parte, nuestra labor investigativa también tiene un perfil de atención comunitaria; las investigaciones que hacemos son una forma de generar conocimiento que sirve a la comunidad científica para poderlo aplicar en los pacientes, en la docencia, y en formar médicos especialistas con la calidad de nuestro modelo de atención. También tenemos una línea de responsabilidad social empresarial, en donde tenemos un trabajo muy grande en temas relacionados con el trabajo hacia la comunidad.
Por último, tenemos el reconocimiento como Hospital Universitario, este rótulo, que lo entrega una comisión conjunta entre el Ministerio de Educación y el Ministerio de Salud, a las instituciones de alta calidad que demuestran toda una organización orientada a la formación del personal de la salud, y en el caso nuestro, de la salud mental. Hoy tenemos 10 convenios de docencia-servicio con otras instituciones de educación de alta calidad, en donde recibimos estudiantes de pregrado y de postgrado de diferentes áreas de la salud, que incluyen trabajo social, enfermería profesional y auxiliar, terapeutas ocupacionales, psicólogos, neurólogos, geriatras, y psiquiatras de otras escuelas que vienen a aprender con nosotros. Todo ese andamiaje académico nos permitió aplicar para el reconocimiento como Hospital Universitario. Para ponerlo en cifras, de las 56 instituciones de salud acreditadas en el país, solo hay 23 reconocidas como Hospital Universitario, y nosotros somos una de ellas, pero somos la primera en el país, especializada en salud mental, que está oficialmente reconocida como Hospital Universitario.