COVID-19: las razones por las que no se debería suspender la lactancia materna

La recomendación de un grupo internacional de expertos para las madres es simple: hay que continuar con la lactancia. No hay estudios que demuestren la diseminación del virus SARS-CoV-2 por medio de esta.

Nancy Milena Bernal Camargo*
10 de abril de 2020 - 05:10 p. m.
La lactancia materna es fundamental para el desarrollo del recién nacido.  / Flickr
La lactancia materna es fundamental para el desarrollo del recién nacido. / Flickr

Durante marzo de 2020 se conformó el Grupo de Trabajo Internacional Voluntario de Profesionales Expertos en Lactancia TASK FORCE: PASO10, un equipo interdisciplinario con el fin de crear políticas que informen a las instituciones de gobierno y a la población en general sobre los lineamientos, riesgos y beneficios de alimentar con leche materna a los bebés en tiempos de emergencia COVID-19. (Lea Esta es la situación del coronavirus en Colombia en tiempo real)

Así las cosas, se desarrolló la Guía Operativa “Lactancia en emergencia: COVID-19”, la cual busca ser un documento consultivo a la hora de implementar políticas públicas que busquen proteger a la primera infancia, en particular en la coyuntura que estamos viviendo en Colombia y en el mundo, donde la falta de información técnica sobre la lactancia está poniendo en riesgo la salud de cientos de miles de niños y con esto el bienestar de toda una generación. (Aquí puede descargar Guía Operativa: “Lactancia en Emergencia”)

Con el fin de informar a la opinión pública sobre los principales beneficios y riesgos de lactar a nuestros bebés en estos momentos y de esta manera ayudar a las familias para que tomen decisiones informadas, es importante resumir los impactos de la lactancia (o la falta de ella) desde el punto de vista de salud, económico, social y sicológico. 

Evitar suspender la lactancia 

Según la Guía, se debe alentar a las madres lactantes con sospecha, probabilidad o confirmación de COVID- 19, continuar amamantando, tomando medidas de bioseguridad pertinentes. Esta recomendación se da en razón que la lactancia materna fortalece la microbiota del bebé, en particular mediante el contacto piel con piel (entre los papás y el bebé) y alimentando con calostro al recién nacido dentro de su primera hora de vida, lo cual le otorga protección con más de 700 tipos de bacterias deseables (Reviriego, 2009 y Oikonomou et al., 2020). 

También deben saber los padres que el calostro es un ejército defensivo personalizado formado por anticuerpos, macrófagos, leucocitos, inmunoglobulinas y otras células defensivas de todo tipo (Castillo 2006) y que a través de la lactoferrina otorga al bebé propiedades antimicrobianas, antivirales, antiinflamatorias e inmunomoduladoras (Reviriego, 2009), indispensables para afrontar cualquier tipo de infección y en particular el COVID-19.

En complemento a los beneficios de la lactancia, los padres de familia pueden implementar controles que disminuyan la exposición del bebé a las secreciones respiratorias de los padres, en particular si existen síntomas leves de gripe, o se encuentran positivos para COVID-19; deberán utilizar mascarilla, lavarse las manos y se recomienda a la mamá usar bata larga de material desechable según disponibilidad, antes de amamantar (“Academy of Breastfeeding Medicine,” 2013). En última instancia y cuando el bebé requiera hospitalización en Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal, y/o la succión directa no sea posible, se recomienda cuidar la producción, extracción y alimentación del niño, mediante el alimento extraído.

En conclusión, diversas entidades gubernamentales y no gubernamentales de múltiples países, recomiendan en forma unánime y categórica, el inicio, el mantenimiento y la continuación de la lactancia, ya que no hay estudios que demuestran la diseminación del virus SARS-CoV-2 a través de ésta, destacando que los beneficios del amamantamiento superan cualquier riesgo potencial de transmisión del virus (E-lactancia, 2020).

Por último, es importante avisar a los padres que eligen dar sustitutos de leche materna a sus bebés menores a 6 meses o que decidan suspender la lactancia materna antes de los 2 años de vida, que están aumentando el riesgo del bebé para adquirir y controlar las enfermedades respiratorias, en particular las que se derivan del COVID-19.

Impacto económico de la lactancia materna 

Un hogar colombiano puede gastar $402.966 mensualmente si decide alimentar a un bebé únicamente con sustitutos de leche materna y en promedio $223.796 mensuales en los casos en que la alimentación sea mixta (Cabrejo & Bernal, 2019). 

Para afrontar las nuevas realidades económicas de los hogares colombianos, se pueden disminuir los costos de la alimentación con sustitutos de la leche materna, a través de alternativas como: 1) Dar una alimentación exclusiva de leche materna durante los 6 primeros meses de vida. 2) Introducción de una alimentación complementaria tradicional para los bebés mayores a 6 meses. 3) Relactación, en particular para bebés menores a 6 meses se sugiere conseguir apoyo por parte de consultores internacionales o personal de salud capacitado en lactancia, con el objetivo de ayudar a las madres a relactar.

Finalmente, es importante resaltar los costos sociales de sustituir la leche materna por fórmulas infantiles o leche de vaca, ya que cada persona que no cuente con lactancia apropiada pierde en promedio 2.6 puntos de coeficiente intelectual y aumenta su predisposición a varias enfermedades crónicas, lo cual se transforma cada año en la pérdida del 0.49% del PIB mundial (Nigel C Rollins, Nita Bhandari, Nemat Hajeebhoy, Susan Horton, Chessa K Lutter, Jose C Martines, Ellen G Piwoz, Linda M Richter, Cesar G Victora, on behalf of The Lancet Breastfeeding Series Group, 2016).

Estrés sicológico para los miembros de la familia

La cuarentena de una familia lactante tiene múltiples aspectos que hace difícil definir una política única que garantice la paz y la armonía de todos los miembros del hogar, entre los que se destacan: 1) El llanto del bebé; 2) El estrés post parto de la madre; 3i) La falta de experiencia de los padres primerizos; 4) El miedo de contagio del COVID-19 al bebé; 5) Los problemas económicos en la familia derivados de la cuarentena; 6) La ansiedad generada por el encierro.  

Así las cosas, se sugiere consultar con profesionales de la salud expertos en lactancia, sobre los miedos y riesgos que se perciben, a la hora de tomar decisiones sobre la crianza y alimentación de los bebés.

Sin perjuicio de lo anterior, toda familia debe tener presente que para el neurodesarrollo del bebé es necesario contar con la cercanía y amor de sus progenitores y de la misma manera para toda madre y para cualquier cuidador comprometido es importante estar cerca y atendiendo a su bebé, ya que de otra forma se pueden crear desbalances en los niveles de oxitocina y cortisol en las personas, creando sensaciones de estrés que dificultan la convivencia en el hogar.

Adicionalmente, se debe brindar a la madre todas las condiciones que le permitan estar cerca de su hijo, dormir cerca de él y calmar su llanto de manera inmediata e instintiva, lo cual contribuye no solo a la tranquilidad del hogar sino a la seguridad del nuevo individuo que se está formando (Gonzalez, 2012). En el caso extremo en que la madre o algún familiar haya contraído el COVID-19, se deben tomar todas las medidas de bioseguridad pertinentes (lavado de manos antes de tocar al bebé, uso de máscara facial cubriendo boca y nariz, reemplazo de máscaras faciales una vez se humedecen, limpieza con agua y jabón de los implementos donde se extraiga y almacene la leche materna), sin que se tenga que alejar al bebé de sus padres.

Por último, se invita a las familias ampliadas a empoderar a la mamá y al papá en la toma de decisiones relacionadas con la alimentación y crianza de su hijo. No son los abuelos, los tíos o las redes sociales quienes tengan una verdad definitiva sobre cómo actuar en cada caso y tampoco son estos actores los que definen los valores humanos y sociales que se quiere enseñar al bebé. Por esta razón se pide a los padres que expresen de manera asertiva su deseo de criar y alimentar a su bebé a sus familiares y que entre ellos dos se definan mecanismos de solución de conflictos.

Conclusiones y recomendaciones

El resumen del trabajo realizado con el Grupo de Trabajo Internacional Voluntario de Profesionales Expertos en Lactancia TASK FORCE: PASO10, arroja las siguientes recomendaciones y conclusiones:

• Evitar suspender la lactancia.

• Tomar en cuenta todas las medidas de prevención y control de  infecciones, si una persona sabe que está infectada del COVID-19 o sospecha que podría estarlo.

• Que los hijos de madre con caso sospechoso, probable o confirmado de COVID-19 sean alimentados de acuerdo a las pautas estándar de alimentación infantil si la madre lo desea, aplicando las medidas de prevención y control de infecciones para evitar el contagio madre-hijo.

• Iniciar la lactancia durante la primera hora de vida, ya que sus beneficios demostrados superan cualquier riesgo potencial de transmisión del virus madre hijo.

• Continuar la lactancia siguiendo las normas de bioseguridad (mascarilla o tapabocas, lavado de manos).

• Si la madre presenta síntomas, pero se encuentra lo suficientemente bien de salud para amamantar a su bebé, deberá llevar mascarilla siempre que esté cerca y mientras lo está amamantando, lavarse las manos antes y después de tener contacto con el lactante y limpiar o desinfectar superficies que puedan estar contaminadas.

• Continuar lactancia diferida (leche materna extraída) con normas de bioseguridad en los casos de madres sintomáticas que requieren mayor nivel de atención.

• Buscar asistencia médica si se encuentra en una zona de riesgo afectada por el virus y presenta síntomas como fiebre, tos o dificultad para respirar, seguir las instrucciones de un profesional de la salud y, llamar al teléfono de emergencias de las autoridades de salud locales.

Para los Gobiernos, ONG’s, Academia e Instituciones Hospitalarias:

• En la emergencia COVID-19, rechazar donaciones de sustitutos de leche materna.

• La adquisición de sustitutos de la leche materna estará a cargo del Estado y se realizará para cubrir las necesidades de aquellos niños/os que no tienen la posibilidad de recibir leche humana (IBFAN, 2002).

• Recomendaciones puntuales amparadas en el código internacional de sustitutos de la leche materna:

a) El personal de salud y los servicios sociales y de salud tienen prohibido recibir donaciones de sustitutos de leche materna.

b) El proveedor de fórmulas infantiles y sustitutos de leche materna en general debe entregar los productos con un rotulado, etiquetado y envasado acordes al código Internacional de Sucedáneos y las resoluciones posteriores de la Asamblea Mundial de la Salud; se recomienda el uso de etiquetado plano (sin Marcas) o publicidad implícita en el etiquetado y envasado que eviten que los productos suministrados sean vehículos de publicidad que puedan llevar a los beneficiarios a idealizar el producto o generar fidelidad de marca con los sustitutos de leche materna.

• Es imprescindible tener en cuenta que en situaciones de emergencia los sustitutos de leche materna pueden representar un riesgo de infecciones para los lactantes no amamantados, teniendo en cuenta el potencial de contaminación intrínseca o por manipulación de las preparaciones en polvo. Cuando se distribuyan las fórmulas infantiles, se debe asegurar educación y apoyo adecuado a las madres y/o cuidadores.

*Médico Pediatra, Epidemióloga, IBCLC/ Coordinadora de País, TASK FORCE: PASO 10 

@dranancypediatra

 

* Estamos cubriendo de manera responsable esta pandemia, parte de eso es dejar sin restricción todos los contenidos sobre el tema que puedes consultar en el especial sobre Coronavirus

Apóyanos con tu suscripción

Por Nancy Milena Bernal Camargo*

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar