Un WhatsApp de “expertos de la Javeriana" que metió en líos a un profesor

El mensaje que se atribuye a epidemiólogos de la U. Javeriana plantea que para el 6 de abril tendríamos 22.000 casos confirmados de coronavirus. Más allá de sus imprecisiones y alarmismo lo que sí revela esa cadena es que hace falta pedagogía y transparencia sobre los modelos matemáticos de la epidemia en el país.

Pablo Correa = Thomas Blanco
27 de marzo de 2020 - 10:37 p. m.
Imagen del WhatsApp que circula sobre las conclusiones de un supuesto panel de expertos de la U. Javeriana.
Imagen del WhatsApp que circula sobre las conclusiones de un supuesto panel de expertos de la U. Javeriana.

Desde hace varias horas circula una cadena de WhatsApp que se refiere a los impactos que tendría la pandemia de coronavirus en el país. El mensaje que fue pasando de celular en celular hasta llegar a quién sabe cuántos colombianos, es interesante porque a diferencia de muchas otras noticias falsas - desde conspiraciones sobre la creación del virus hasta falsos remedios- resultó adornado con datos y proyecciones que hasta cierto punto podrían tener un sustento real. 

La primera impresión que tuvimos en El Espectador al leerlo es que se trataba de una noticia falsa bastante elaborada que debería ir a parar al mismo basurero de las otras. Pero al comenzar un rastreo  para determinar su falsedad comenzaron a surgir elementos de análisis interesantes. 

Efectivamente, en su cuenta de Facebook el médico Rosselli escribió: “Está circulando en las redes un mensaje así (copiaba el mensaje). Es Fake y no refleja ni las proyecciones que yo he hecho ni ninguna reunión de epidemiólogos de la Javeriana. Por favor ignorar, y sobre todo no compartir”. 

¿Por qué Rosselli se vió comprometido a desmentirlo de esa manera? El pasado 24 de marzo fue invitado al programa Hora 20 para hablar del asunto. Al aire Rosselli explicó que la epidemia comenzó oficialmente el 6 de marzo cuando se diagnosticó el primer caso. En los trece días siguientes se acumularon 100 casos. Pero los siguientes 100 casos aparecieron en tres días y los 100 siguientes en dos días. Si esa tasa de crecimiento continuaba, explicó Rosselli a los oyentes, Colombia llegaría a 15.000 a 22.000 casos un mes después del primer caso, es decir el 6 de abril. 

Con ese antecedente, esta cadena de WhatsApp no se podía clausurar con un simple Falso como lo hemos hecho con muchas otras noticias durante estos días. Pero tampoco un Verdadero. Hasta ahora no conocemos ningún modelo matemático de la epidemia elaborado por la U. Javeriana. Es casi imposible saber quién escribió ese mensaje. Por qué lo hizo. Sus intenciones. Pero el mensaje así como la reacción del médico Diego Rosselli revelan  un asunto central de esta pandemia y es la necesidad de una mayor transparencia y pedagogía sobre los modelos matemáticos que se están usando para tomar decisiones políticas.

De hecho, resultó curioso que el mismo día de la emisión del programa Hora 20, a la epidemióloga colombiana Zulma Cucunubá, del Imperial College de Londres, y quien ha venido guiando uno de los grupos que trabaja en los modelos para Colombia se vio obligada a escribir en su cuenta de twitter: “Literalmente no alcanza el tiempo para rebatir cada opinión o cálculos que una persona entusiasta hace cada día. Todos tienen derecho a hacerlos. Pero hacer estimaciones rigurosas no es fácil y es un trabajo dinámico, en equipo, de contrastar métodos, de mucha revisión interna”. 

Los datos de los modelos para Colombia no han sido presentados con transparencia más allá de los que se incluyeron en en el decreto 417 del 17 de marzo que firmó el presidente Iván Duque. En ese documento se explica que las medidas adoptadas están basadas en la consideración de una tasa de transmisibilidad del virus de 2,68, es decir que cada persona contagiada podría contagiar a casi 3. La estimación basada en esa y otras variables arrojó que unos 3.989.853 de colombianos podrían contagiarse del nuevo coronavirus. Ese modelo, del que no se han han dado detalles, habla de 187.523 pacientes críticos (4,7%) y 550.600 pacientes severos (13,8%).

Más allá de esto desde que comenzó la pandemia en Colombia no se han conocido oficialmente otros datos, ni proyecciones, ni escenarios, ni el origen de estos datos. Sin duda durante una situación que resulta una ameneza para la salud pública el manejo de la información es delicado por el riesgo de generar pánico o malentendidos, pero el excesivo silencio también puede convertirse en un arma de doble filo. 

El problema con el análisis de los datos de la epidemia no es exclusivo de Colombia. Los modelos matemáticos tienen enfrentados a grupos de investigación en todo el mundo. La discusión sobre las verdaderas dimensiones del problema y los pronósticos de lo que puede ocurrir en cada país o región son espinosas. Y la transparencia para comunicarlos varía de país en país. 

En un artículo sobre esta discusión global en la revista Science, el matemático Jacco Wallinga, principal modelador de epidemias en el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente que asesora al gobierno holandés, comentó: “No se trata de si los modelos son defectuosos, sino de qué manera son defectuosos, y los modelos pueden ser enormemente valiosos si se aprecian sus defectos. Sin embargo, al igual que con otras fuentes de información, nunca deben usarse solos”.

Wallinga recordó que COVID-19 no es la primera enfermedad infecciosa que los científicos han modelado (el Ébola y el Zika son ejemplos recientes), sólo que nunca habían “dependido tanto de su trabajo, De repente se ha vuelto muy visible cuánto se basa la respuesta a las enfermedades infecciosas en los modelos".  Con más de dos mil millones de personas en el mundo en aislamiento, ciudades y países enteros bloqueados, y una crisis económica en marcha, esos modelos matemáticos nos demostraron lo mucho que dependemos de ellos cuando aparece un nuevo agente infeccioso. 

"Es una gran responsabilidad", comentó la epidemióloga Caitlin Rivers, del Centro de Seguridad de la Salud de la Universidad Johns Hopkins a Science. 

Y en medio de esa discusión, una de las figuras más relevantes del tema en el mundo, Adam Kucharski de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, recordó que todos los modelos sobre el nuevo coronavirus siguen cojos por una razón: nadie sabe exactamente cuántas personas desarrollan síntomas muy leves o ninguno en absoluto. Sin esa cifra es imposible cerrar la discusión de las tasas de letalidad y número real de infectados. "No sabemos en este momento, es 50% asintomático o es 20% o 10%".

Con humor el epidemiólogo de la U. de Harvard William Hanage resumió los dilemas de los modelos matemáticos para Science:  "Es como si hubieras decidido montar un tigre. Excepto que no sabes dónde está el tigre, qué tan grande es o cuántos tigres hay en realidad".

Un poco más de transparencia y pedagogía por parte del gobierno en la comunicación de las cifras también podría ayudar a evitar que terminemos todos víctimas de los epidemiólogos de garaje que proliferan por redes sociales o en WhatsApp con modelos matemáticos piratas. 

Tras el malentendido, el médico Rosselli horas más tarde publicó un segundo mensaje en su cuenta de Facebook: "Esta noticia falsa enardeció a algunos directivos que, ante la capacidad de la gente de discernir lo real de lo falso, me han pedido que cese mis comunicados y no de más declaraciones a la prensa. Les ruego comprensión". Un mal final para esta cadena de WhatsApp.

En medio de una pandemia de coronavirus y otra de desinformación, como la catalogó el mismo director de la Organización Mundial de la Salud Tedros Adhanom Ghebreyesus, la comunicación por parte del Gobierno así como de las universidades, centros de investigación y medios de comunicación juega un papel fundamental para superar esta crisis.

Por Pablo Correa = Thomas Blanco

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