800 yenes cuesta vivir la experiencia en el féretro (30.000 pesos aproximadamente).
El día que estemos lejos del 2020, podremos pronunciar sin rencor las palabras pandemia, nuevo coronavirus, cuarentena, normas de bioseguridad y confinamiento. Mientras llega ese momento, debemos resignarnos a un año en el que solo vale cuidarse y esperar la ansiada vacuna.
La ansiedad y el estrés se convirtieron en visitantes recurrentes. Hay días de extremos: podemos estar tranquilo, como discípulos del Dalai Lama o somos un saco nervios, irritables y sospechosamente agresivos. Vivimos una guerra fría interna amenazante, que llegó para quedarse.
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Sigue a Cromos en WhatsAppLos japoneses se les conoce por su capacidad para crear. Suyo es el Play Station, los Caballeros del Zodiaco, Evangelion y tantos elementos más que ya están en la cultura popular de Occidente. De la isla asiática viene este invento que nada tiene que ver con integrados, mangas y electrodomésticos. Esta es una experiencia que, a simple vista, parece algo rebuscada.
En Tokio un grupo de productores reunió un puñado de ataúdes para que los interesados se acuesten, se encierren y vivan una experiencia audiovisual de terror, capaz de reducir el estrés. “La pandemia es estresante y esperamos que la gente pueda obtener alivio con un buen grito”, dijo Kenta Iwana, uno de los que está detrás de esta iniciativa que combate el desasosiego inherente a la pandemia con quince minutos de entretenimiento con zombies, sonidos estridentes y narraciones terroríficas en el féretro.
“Necesitábamos tener algo que pudiéramos llevar a cualquier parte, y los ataúdes son fáciles de mover. Todo lo que necesitas hacer es ponerlos en una habitación oscura”, manifestó Iwan a un diario de su país.
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Los interesados en esta modalidad encuentran los ataúdes en salas de descanso de centros comerciales. Aunque todavía no es masiva, se espera que varios shoppings le abran las puertas. El servicio cuesta 30.000 pesos colombianos -aproximadamente- y, de acuerdo con lo dicho por Iwana, además de cumplir con las medidas de bioseguridad, estimula el empleo en personas que antes trabajaban en parques de diversiones.