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Bogotá se calienta y el deseo sexual también

El novedoso clima bogotano (causante de preocupación, con toda razón) ha elevado mi apetito sexual, cosa que me llevó a revisar mi comportamiento erótico en los lugares donde la temperatura está mediada por un sol radiante.

Por Odalisca
08 de febrero de 2016
Bogotá se calienta y el deseo sexual también
Bogotá se calienta y el deseo sexual también

Bogotá se calienta y el deseo sexual también

Bueno, no me culpen si peco de “coyuntural” con todo esto del cambio climático (que no es un mito, por si acaso), pero escribo esta columna escuchando bachata (Romeo Santos,  que suena en todas las emisoras bogotanas, al mejor estilo de la radio dominicana) tengo una ombliguera, o eso que llaman crop top y los shorts con los que hago ejercicio (cuando estoy en Cali). El sol que entra por mi ventana parece que quiere empelotarme, pero no lo voy a dejar porque a ese paso, cuando venga a recogerme mi hombre voy a estar como dice mi mamá “en bandeja de plata”, y tampoco pues.

El año que pasó estuve cinco veces de paseo en tierra caliente con mi chico, y no quiero alardear pero el sexo se incrementaba cada vez que pasábamos los 24 grados centígrados.  Fue tal la frecuencia y la fogosidad, que fue él quien me sugirió analizar el tema. Y no digo que cogimos la enciclopedia del sexo y nos adentramos en una lectura avanzada con resaltador en mano, no, simplemente identificamos las variables que nos llevaban a estar inmersos en este deseo incontenible de comernos todo el día.

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Dos aspectos son dignos de análisis: la ropa y la testosterona. El sexo es una conjunción de elementos que bien mezclados generan excitación y deseo. No es solo una pulsión natural, un instinto animal, es mucho más que eso. Por ejemplo, a mí me excitan algunas palabras que me dicen en la cotidianidad, y algunos gestos también. A los hombres, o por lo menos al mío, la vestimenta calentana, los hombros y las piernas al descubierto lo ponen a mil y eso es una constante en tierra caliente.

 

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"Me excitan algunas palabras que me dicen en la cotidianidad, y algunos gestos también. A los hombres, o por lo menos al mío, la vestimenta calentana, los hombros y las piernas al descubierto lo ponen a mil".

 

Prescindir de chaquetas, medias, leggins, bufandas y pantalones crea un ambiente donde la piel está libre, al aire, visible y dispuesta. Y si estamos en la playa la cosa es aún más contundente. Las nalgas atrapadas en un cachetero ajustado, las tetas expuestas, recibiendo los rayos de sol que tanto merecen; la vida en vestido de baño es, sin lugar a dudas, más excitante que con saco de lana. Puede parecer un argumento muy básico, pero no es verbo, bien puedan comprobarlo (no olvidar la tanga).

Ahora, la testosterona. Los rayos del sol son responsables de la presencia de la vitamina D en el organismo. Esta aumenta los niveles de testosterona en el hombre. La testosterona es la encargada de, entre otras cosas, el apetito sexual (qué encrucijada, todo esto para decir que en tierra caliente los hombres están más hot) y eso está comprobado. Así que por el lado médico también va ganando la tierrita caliente.

Y el último factor que no podemos desconocer es la frescura del calor nocturno. Nada más agradable que estar libre de cobijas, plumones, colchas, tendidos, medias peludas. Acostarse en pareja en una casita tibia que deja entrar la brisa de la noche es un escenario propicio para terminar el día con un polvo casi orgánico. No hay edredones de por medio ni miedo al frío. Hay libertad, ganas de juntar los cuerpos y exhibir la pijama femenina, que por lo general está conformada por unos calzones y una blusa esqueleto. El clima caliente debería ser recetado en las terapias de pareja. La placidez de un polvo calientico debe estar en los nuevos propósitos de 2016.   

 

Para aumentar el deseo:

1. El salmón y el atún son buena fuente de vitamina D, ideal para aumentar la testosterona en los hombres.

2. Recuerda que el estrés y el exceso de trabajo son dos factores que juegan en contra del deseo sexual. El trabajo no es necesariamente sinónimo de felicidad.

3. En clima caliente o frío, recuerda escoger los momentos en los que más relajada te sientes para tener sexo y compártelo con tu pareja, muchos desconocen estos datos.

 

Foto: iStock. 

 

Por Odalisca

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